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Jonan Fernández, Fausto Yudego Baketik y Fundación Tau, respectivamente

Africa, nuestra contradicción

Europa tiene una especial responsabilidad en la actual situación de Africa, por su papel en la colonización, en la descolonización, en la guerra fría y en las políticas basadas en la implantación de modelos ajenos a la realidad de África

La celebración de la semana de Africa en Arantzazu nos ha dejado una valoración muy positiva. Ha cumplido sus tres principales objetivos: (1) acercar Africa a nuestra sociedad y nuestra sociedad a Africa, (2) ofrecer a quien lo desee un marco de estudio y reflexión para conocer con rigor y seriedad las realidades africanas y (3) convertir Arantzazu en un punto de encuentro social con Africa durante una semana. Además esta iniciativa nos ha permitido extraer las siguientes conclusiones:

Conocer Africa es un imperativo de justicia y humanidad para Europa y los europeos. Tenemos primero una responsabilidad colectiva. Europa tiene una especial responsabilidad en la actual situación de Africa, por su papel en la colonización, en la descolonización, en la guerra fría y en las políticas posteriores basadas en la implantación e imposición por la fuerza de modelos sociales, económicos y políticos ajenos a la realidad de Africa. Tenemos también una responsabilidad personal de acercamiento y conocimiento. Tomar conciencia de lo que ocurre en Africa es una prioridad ética de primera magnitud en el mundo de hoy.

No podemos reducir los conflictos que se producen en Africa a rivalidades étnicas. Nuestro deber de conocer Africa implica acercarnos a diagnósticos rigurosos de su situación. Uno de los más graves y cómodos reduccionismos que padece el continente africano por parte de la literatura oficial del Primer Mundo es relatar sus más graves conflictos violentos como rivalidades étnicas o problemas tribales. Los conflictos en Africa tienen causas múltiples. Una de ellas es la diversidad étnica, pero muchas otras tienen que ver con más de 400 años de dominación, con la explotación y usurpación de los recursos naturales, con la globalización, con dictaduras promovidas o toleradas por la comunidad internacional, con intereses económicos o geopolíticos, con la Política Agraria Común europea, con las políticas de Cooperación al desarrollo... El relato de conflictos en Africa es fundamental para entender el mundo en el que vivimos y para colaborar en la superación de los problemas que sufre el continente negro.

Ayudar a Africa significa humildad y respeto a la idiosincrasia africana. No se puede ayudar a alguien si no hay un presupuesto de respeto. La ayuda del primer mundo a Africa se basa en una mentalidad asistencial del rico hacia el pobre y en un prejuicio de superioridad por el que se trata a los africanos y a sus sistemas sociales, políticos o económicos como inferiores. La ayuda y la cooperación con Africa debe respetar y promover la iniciativa y la autoorganización africana. Ayudar significa aportar recursos que puedan ser administrados por los propios africanos. Dejar de lado la imposición y los paternalismos interesados. Aunque nos cueste creerlo el Primer Mundo tiene mucho que aprender de Africa, de nuestro origen, de su historia, de su fuerza comunitaria humanamente centrada frente al individualismo occidental, de su capacidad de so- brevivir a las dificultades, de su economía popular o de sus mujeres y de su liderazgo creciente. La cooperación con Africa necesita una cura de humildad por parte del mundo occidental.

Africa es nuestra principal contradicción. La foto real de Africa encarna las principales contradicciones que acompañan al sistema y al modo de vida occidental. Africa pone en contradic- ción a las principales instituciones internacionales (FMI, Banco Mundial, el G-8) porque es el fracaso que no pueden eludir. Pone en contradicción a la Comunidad internacional y a las principales potencias y a todo el modelo de globalización económica porque lo enfrenta a su injusticia más descarnada. Pone en contradicción las políticas de estado y regionales porque les sitúa frente al espejo de su egoísmo incapaz de articular hacia fuera lo que propugnan hacia adentro. Pone en contradicción la imagen exitosa de las grandes multinacionales y especialmente de las farmacéuticas. Pone en contradic- ción también nuestro modo de vida personal y colectivo, cuyo bienestar insostenible se asienta en la explotación más cruel de los recursos naturales de un continente rico y de sus pobladores empobrecidos. El fenómeno de la inmigración subsahariana o el deterioro del medio ambiente y el calentamiento del planeta son sólo los primeros rebotes de esta inmensa e insostenible contradicción. Tomar conciencia de la misma, denunciarla y apoyar alternativas es la forma de concretar la prioridad ética con Africa.

Arantzazu seguirá siendo punto de encuentro con Africa. Arantzazu ha sido por una semana punto de encuentro con Africa. Y quiere seguir siéndolo. El año que viene volveremos a repetir esta iniciativa, pero queremos que este punto de encuentro sea progresivamente permanente. A partir de esta primera experiencia, queremos crear una comunidad de participación con Africa, una asociación de amigos/as con Africa en Arantzazu. Esta comunidad de participación estará compuesta al principio por unas pocas personas decididas a extender esta convicción ética de que hoy lo primero es Africa. Sabemos que en este momento éste es el empeño de una minoría. Nuestra pretensión es que esta convicción y esa comunidad se extienda y alcance a la conciencia de nuestra sociedad.

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