Un diente hallado en el yacimiento burgalés el pasado miércoles y presentado ayer a los medios de comunicación por los codirectores del yacimiento confirma la presencia más antigua de homínidos de Europa, con una antigüedad superior a 1.200.000 años. De esta manera, supera en 400.000 años a los que hasta ahora eran los restos más antiguos de Europa, correspondientes a la especie Homo antecessor, también localizada en Atapuerca.

Eudald Carbonell, uno de los codirectores del proyecto, precisó en conferencia de prensa que el hallazgo se produjo en la zona conocida como la cueva de la Sima del Elefante, muy próxima a la Gran Dolina, donde se localizaron varios restos de Homo antecessor en 1994. Precisamente, fue una de las integrantes del equipo de Carbonell quien protagonizó el hallazgo: Rosa Huguet, una zooarqueóloga recién doctorada por la Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) que comenzó a trabajar en estos yacimientos en 1993 y que desde 1996 centra su actividad en la Sima del Elefante.

Especie sin determinar

José María Bermúdez de Castro, otro de los responsables de las excavaciones, explicó que se trata de un segundo premolar inferior y es «un diente un poco gastado, probablemente de un individuo de entre 20 y 25 años». El científico afirmó que la intención del equipo de Atapuerca es aprovechar el mes de julio para estudiar el diente, de manera que pueda realizarse cuanto antes una publicación en alguna revista científica especializada, un importante trámite para certificar la autenticidad del hallazgo y validar la hipótesis lanzada ayer a la opinión pública. «El diente está limpio pero todavía sin consolidar, aunque ya se puede decir que supera todas las espectativas que habíamos planteado al inicio de esta campaña de excavaciones», puntualizó sin poder disimular la satisfacción por el resultado del trabajo desarrollado en los últimos días.

Por tanto, a falta de realizar el estudio científico, el codirector de las excavaciones dio por sentado que la antigüedad de este diente es sin duda superior a 1.200.000 años ya que la cronología del estrato en el que ha aparecido, el denominado TE-9, está perfectamente determinada.

A partir de ahora, los responsables de este proyecto científico tienen por delante un trabajo no menos apasionante, el que les debería conducir a determinar «quién es» este antepasado de los europeos. Bermúdez de Castro reconoció que el diente es insuficiente para determinar con precisión la especie a la que pertenece, aunque se aventuró a indicar por dónde pueden ir las siguientes pesquisas: «La Sima del Elefante está muy cerca de Gran Dolina y podríamos pensar por ello que se trata de un Homo antecessor, pero también podemos estar pensando en que se va aproximando a la antigüedad del Hombre de Georgia, localizado en el yacimiento de Dmanissi, por lo que también podría haber alguna vinculación».

Mirando hacia Georgia

El Homo georgicus empezó a dar sus primeros pasos entre nosotros en 1999, en el yacimiento de Dmanissi, cuando se encontraron una treintena de restos de cráneos, que en principio fueron atribuidos al Homo ergaster. No obstante, al profundizar en su estudio, los científicos constataron notables diferencias, especialmente en su talla, por lo que optaron por bautizarle como Homo georgicus y le colocaron en el árbol genealógico como descendiente del Homo habilis y ascentro del Homo erectus asiático, con una antiguedad de 1.800.ooo años. Siendo Georgia el nexo entre Europa y Asia, se le concedió el título de ser el primer homínido que pobló Europa, retrocediendo 800.000 años respecto a las investigaciones desarrolladas hasta ese momento. «El primer europeo fue georgiano», se pudo leer en uno de los artículos periodísticos publicados por entonces.

Hace tiempo que los responsables de las excavaciones de Atapuerca tenían puesta la mirada sobre el Homo georgicus: «Nosotros ya expresamos hace dos años la posibilidad de que el Homo antecessor tuviera origen asiático, y es que este cruce de caminos entre Asia y África puede ser un buen centro de origen para la dispersión de muchas especies», recordó ayer Bermúdez de Castro.

En cuanto al porvenir más inmediato, adelantó que durante el resto de la campaña, en el mes de julio, se seguirá trabajando en extensión en el nivel TE-9 de la Sima del Elefante, por lo que no se descarta -al contrario, más bien se anhela- que se localicen más restos de homínidos que puedan datarse con una antiguedad de más de 1.200.000 años. Por su parte, Carbonell precisó que el yacimiento donde se ha encontrado el diente de homínido tiene todavía 14 metros sin excavar y estimó que tardarán 10 años en llegar a la base de ese relleno.

«El diente es la confirmación de una sospecha que ya teníamos, porque habían aparecido en anteriores campañas elementos arqueológicos, fundamentalmente herramientas de sílex, pero nos faltaba la confirmación que supone encontrar restos de quién pudo hacer y utilizar esas herramientas», manifestó el arqueólogo catalán.

Los yacimientos de la Sierra de Atapuerca, ubicada a 80 kilómetros de Euskal Herria, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000. El terreno está configurado por los karst -término acuñado en la región de Trieste para describir las áreas carbonatadas donde hay fuertes procesos de disolución, como se recuerda en la web oficial-, en los que habitualmente se encuentran cavidades abiertas en horizontal, como cuevas y grandes abrigos, y cavidades abiertas en vertical, las denominadas simas y dolinas. Un paisaje kárstico es, por tanto, una suma de oquedades que funcionan como trampas sedimentarias. Precisamente, Rosa Huguet es autora, junto a Jordi Rossell y Carlos Díez, de un artículo que defiende la teoría de que los homínidos de Atapuerca llegaron a controlar el ambiente kárstico usando las distintas formaciones cavernarias de manera complementaria, es decir, que en unos sitios instalaron campamentos, en otros se aprovisionaban de agua o animales, otros servían de refugio temporal, y otros como vivacs o como altos desde los que controlar la caza.