Vuelve el miedo a Londres, a unos días del aniversario del 7 de julio
El fantasma de las explosiones en el transporte público londinense del 7 de julio de 2005 planea sobre Londres y el nuevo Gobierno de Gordon Brown. La Policía londinense ya busca al conductor del Mercedes verde que en la madrugada del viernes fue localizado cerca de una discoteca en el centro de la capital cargado con combustible, cilindros de gas y clavos. La existencia de un segundo coche-bomba en un aparcamiento cercano a Hyde Park se confirmó esa misma tarde.
Soledad GALIANA
El hallazgo de explosivos en un coche accidentado alrededor de la 1.30 de la madrugada del viernes a las puertas de una discoteca en las cercanías de Piccadilly Circus, en el centro de Londres, destapó la Caja de Pandora que es la Seguridad británica. Alrededor de las 20.30 de la tarde en Londres, la Policía confirmaba la existencia de otro coche-bomba que había sido retirado del mismo área y trasladado a un aparcamiento de Park Lane, en las cercanías de Hyde Park, uno de los distritos más concurridos de la capital.
En su evaluación de las circunstancias, el jefe del comando contraterrorista de Scotland Yard, Peter Clarke, afirmó que el contenido del primer vehículo -sesenta litros de gasolina, cilindros de gas y clavos-, de la marca Mercedes, hubiera podido transformarse en un artefacto explosivo que «podría haber causado una carnicería». Los especialistas forenses de la Policía examinaron el lugar en el que apareció el coche y el propio vehículo, que fue trasladado al Laboratorio Forense de Explosivos en Kent.
Varias versiones
Existen distintas versiones sobre cómo las fuerzas de seguridad localizaron el vehículo en Piccadilly Circus. Una de las hipótesis apuntaba a que los porteros de la discoteca se percataron de que el turismo chocaba contra un contenedor de basuras y el conductor lo abandonaba. Otra señala que un paramédico, que atendía a una de las asistentes a la discoteca, notó humo en el interior del coche.
La Policía sospecha de la participación de un elemento internacional en la acción y, rápidamente, se establecieron víncu- los con otras investigaciones policiales anteriores, ya que Clarke aseguró que el incidente «resonaba a previos planes terroristas». El pasado mes de abril cinco hombres fueron condenados a cadena perpetua por conspiración para poner una bomba de fertilizante en un centro comercial y una discoteca, y en noviembre del pasado año, Dhiren Barot fue encarcelado tras haber sido acusado de planear la detonación de limusinas llenas de cilindros de gas en las inmediaciones de edificios importantes.
Las declaraciones de Peter Clarke no han servido para tranquilizar a la población, ya que el jefe antiterrorista considera que la «amenaza terrorista perdurará» y su único consejo a sus conciudadanos es que «la vida debe continuar, pero debemos permanecer alerta».
En este sentido, las llamadas telefónicas informando de la ubicación de supuestos vehículos sospechosos se sucedieron a lo largo del día de ayer, como como fue el caso de un coche aparcado en el distrito financiero de Fleet Street, que resultó ser una falsa alarma. La Policía ha incrementado su presencia en las calles para tranquilizar a los londinenses.
El Consejo Musulmán Británico, que representa a la mayoría de las organizaciones musulmanas en Gran Bretaña, ha pedido al público que ayude a la Policía a localizar a los responsables de los incidentes de ayer.
Horas después de la presentación de su nuevo Gabinete, el primer ministro británico, Gordon Brown, se enfrenta a la primera crisis en materia de seguridad. El mandatario, que fue informado sobre el hallazgo del vehículo en Picadilly a primeras horas de la mañana de ayer, apuntó a que este hecho servía para recordar a los británicos que se enfrentan «a una amenaza seria y continua contra la seguridad de nuestro país».
Así pues, tan sólo un día después de su nombramiento como ministra de Interior, Jacqui Smith, así como el que fuera jefe de la Policía Metropolitana, John Steven -que ha sido designado por Brown su consejero en materia de seguridad internacional- se han tenido que enfrentar a su primera crisis, que se complicó con el paso de las horas con el hallazgo de un segundo vehículo sospechoso en las inmediaciones de donde fue encontrado el primero.
A pesar de todo, Brown siguió adelante con la remodelación del Ejecutivo. El que fuera responsable de la Marina, Alan West, es el nuevo ministro de Seguridad, y el jefe de la Conferencia de la Industria Británica, Digby Jones, el ministro de Promoción de Comercio. El diputado de Dewsbury Shahid Malik es el primer musulmán en el Gobierno británico, como ministro de Desarrollo Internacional.