GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

reflexiones de la izquierda abertzale

Batasuna traslada a su base que actuará con iniciativa para retomar el proceso que lleve al acuerdo

En las últimas semanas, dirigentes de Batasuna están poniendo en común con su base social sus reflexiones sobre el proceso de normalización democrática, las conversaciones que ha habido y las perspectivas de futuro. Las ideas centrales que se están transmitiendo es que la búsqueda de una solución democrática es un proceso de lucha que requiere visión a largo plazo, puesto que suelen ser procesos con «arranques y parones». Batasuna entiende que el objetivo es alcanzar un consenso entre las diferentes culturas del país y se compromete a «actuar con iniciativa» para ello.

Iñaki IRIONDO | GASTEIZ

Batasuna está transmitiendo a su base social la idea de que los procesos de resolución de conflictos son largos y con altibajos, por lo que no conviene dejarse enganchar en la «espiral de euforia-depresión-euforia». En este contexto, las treguas de ETA «son un elemento constructivo y, probablemente, necesario», pero no son «el proceso en sí mismo». Por ello, se insiste en que «la batalla política debe dañase en términos políticos» y la «herramienta clave» y la «apuesta con mayúsculas» de la izquierda abertzale en esta fase es la «Propuesta de marco democrático». Destaca que, además, trabajará con iniciativa para «recuperar los compromisos y condiciones para retomar el proceso que nos lleve al acuerdo político».

En las últimas semanas Batasuna está desarrollando una serie de actos en los que trata de poner en común con su base social unas reflexiones generales sobre el actual momento político. GARA ha tenido acceso al documento de bases con el que los dirigentes de la formación independentista desarrollan su intervención inicial para luego dar la palabra a los asistentes.

Vista al horizonte

El análisis comienza mostrando la necesidad de «alejarse de los enfoques a corto plazo hechos desde la ansiedad», para dotarse de horizontes más amplios». Esta idea se basa en la certeza de que «el proceso de búsqueda de una solución democrática al conflicto político es un proceso de lucha, un proceso histórico de largo recorrido al que conviene acercarse con amplitud de miras y profundidad en los horizontes. Es decir, no se puede ni poner en marcha ni analizar un proceso de resolución pensando en el corto plazo; o en base a la noticia de turno que hoy escuchamos en el teleberri o leemos en algún periódico», se señala desde Batasuna.

Este análisis arranca de la evidencia de que los procesos de resolución en todos los conflictos suelen ser «largos, tienen arranques y parones, rupturas y retomas, altos y bajos». Por eso, se considera que la ciudadanía en general y la base social de la izquierda abertzale, no debe «caer en una espiral de euforia-depresión-euforia». Aunque esta afirmación se hace siendo conscientes de que «es normal, es humano, que en esta situación de sufrimiento continuo que vivimos, el más pequeño avance encienda nuestras ilusiones y que un retroceso nos deje hechos polvo».

Pero se entiende que esta especie de montaña rusa es lo que se debe evitar. Desde la izquierda abertzale se deja constancia de que siempre se ha intentado transmitir que «el proceso iba a ser largo, duro y complicado y que habría que estar preparado para cualquier situación». En términos coloquiales, en los encuentros se está haciendo hincapié en que desde el principio se ha intentado transmitir que «en marzo del año pasado, con todas las buenas noticias sobre la mesa, la situación no era de euforia, que el proceso no iba a ir cuesta abajo y sin frenos. Y ahora, en junio de este año, con malas noticias sobre la mesa, queremos decir que la situación no es de depresión, que todos los escollos se pueden superar».

Para avanzar en esta tesitura, desde Batasuna se invita a analizar el camino recorrido y la situación actual con la cabeza bien fría y afrontar los pasos siguientes «con temple, con mucho temple».

Esfuerzo colectivo

Mirando precisamente a ese futuro, los dirigentes de Batasuna se preguntan qué es lo que se quiere hacer, cómo es el proceso que se pretende abrir. La respuesta es que «el proceso es un esfuerzo colectivo, un consenso entre las diferentes culturas políticas del país, en el que todas las partes vamos a dejar pelos en la gatera, pero en el que todas las partes ganamos un escenario de libertad. Lo que buscamos mediante el proceso es un acuerdo político que permita construir nuestro futuro desde el reconocimiento del pueblo vasco y su derecho a decidir».

En otro momento ese esfuerzo colectivo se define en cinco palabras «cerrar bien para abrir bien». En el documento al que ha tenido acceso este diario se aclara qué es lo que debe cerrarse bien. «Debemos cerrar bien -se dice- un ciclo histórico de negación nacional, de división territorial y de imposición de un marco jurídico-político en el que Euskal Herria no cabe. Debemos cerrar bien un ciclo que ha tenido como consecuencia la confrontación armada y un sufrimiento general, para abrir bien, con fuerza, el telón de un escenario de democracia y justicia para nuestro pueblo que, como consecuencia, traerá la paz. Una paz estable y duradera. Ese es el esfuerzo y el ejercicio al que llamamos proceso».

Desde Batasuna se llama la atención sobre el hecho de que un proceso de estas características «no es una partida de mus entre quienes se sientan en la mesa que plantean cada jugada viendo qué gano o qué pierdo». Señalan que quien gana y quien pierde al final «es nuestro pueblo» y, por lo tanto, éste debe ser el «único destinatario y el principal protagonista». Es este apartado se incide en «la voluntad y la presión popular» como garantía del proceso, lo que encaja con la autocrítica que realiza la izquierda abertzale sobre cómo ha afrontado ella misma las negociaciones.

Agenda compartida

Ese esfuerzo compartido en el que la izquierda abertzale está dispuesta a dejarse «pelos en la gatera» para lograr un acuerdo entre diferentes requiere, en opinión de Batasuna, tener «la honestidad de reconocer que en Euskal Herria hay un conflicto histórico de carácter político «que se debe abordar con una agenda compartida que responda a esa realidad».

La izquierda abertzale ve con nitidez, y así lo ha dicho en innumerables ocasiones, que el Gobierno español no tiene un problema con ETA o con Batasuna, sino con un pueblo que se considera una nación y que cree que tiene derecho a decidir su futuro por sí mismo. Desde ese principio, Batasuna señala que «pretender, como hace el Gobierno español, que el proceso empieza y termina en el fin de ETA, no tener la honradez suficiente de reconocer la naturaleza política del conflicto es partir de la mentira; pretender abordar el proceso con el único objetivo del desarme unilateral, de la rendición, sin ninguna intención de solucionar el conflicto político que es la base del conflicto armado, es alargar eternamente el conflicto».

Admitida la raíz política del conflicto, en opinión de Batasuna la agenda común debe ir a resolver el reconocimiento de la existencia de Euskal Herria y la cuestión del derecho a decidir.

Y para abordar estas cuestiones de fondo, la izquierda abertzale considera que es necesario garantizar la igualdad de condiciones entre las partes y su dignidad.

En este apartado, el documento recoge dos preguntas: ¿Es posible hacer un proceso si una de las partes es constantemente apaleada, judicialmente acosada e ilegalizada políticamente?. ¿Alguien cree que se puede estabilizar un proceso de soluciones cuando te sientas en una mesa y por debajo te patean las espinillas, tus interlocutores están encarcelados o una de las partes es ilegal, está sometida a la guerra física, psicológica y al espionaje político?».

La respuesta a semejantes cuestiones, evidentemente, sólo puede ser una y en el texto se recoge con rotundidad: «No. No es posible».

Y, sin embargo, desde Batasuna se entiende -y así lo está transmientiendo en estas puestas en común- que siendo graves los ataques que la izquierda abertzale ha sufrido durante el proceso de negociaciones, lo verdaderamente grave es la intencionalidad de los mismos.

Según señalan los dirigentes independentistas, «esos ataques buscan que rebajemos nuestras posiciones, intentan conseguir acuerdos y compromisos que no solucionan el conflicto y que traicionen décadas de lucha y esfuerzo colectivo. Creen que apaleando, ilegalizando y persiguiendo a la izquierda abertzale -se está diciendo en estos encuentros- pueden hacer un proceso sin contenidos; un proceso que, en lugar de solucionar de una vez por todas el conflicto político, solucione los problemas particulares de la izquierda abertzale. Eso es lo que quieren, pero van dados. Si continúan por ahí, se equivocarán. Una vez más».

A continuación, el esquema con el que Batasuna está desarrollando la puesta en común sobre la situación actual con su base aborda las fases, avances, retrocesos y colapsos que se han dado en las diversas mesas de conversaciones y que se recogen en otro apartado en esta misma página, además de que ya ha sido abordado por GARA en las últimas semanas.

La apuesta con mayúsculas

En estas mismas páginas ya se ha expuesto con anterioridad que la «Propuesta de marco democrático» es considerada por la izquierda abertzale como la «herramienta clave» para el futuro y su «apuesta con mayúsculas». En los encuentros que la dirección independentista está teniendo se aborda también el contenido esencial de esta propuesta, que es definida como «una continuación coherente de las propuestas históricas de la izquierda abertzale, puesto que su base sigue las directrices tanto de la alternativa KAS como de la propuesta de Estatuto Nacional de Autonomía».

Sobre esos cimientos, Batasuna expone que «hay, por supuesto, una evolución en sus contenidos que, en caso del Estado español, se consolida en un marco único para lo cuatro territorios de Hego Euskal Herria. Un marco que recoge y regula el derecho a decidir el futuro de Euskal Herria y que, además, garantiza la realización de todos los proyectos políticos, incluida la independencia. Es una propuesta concreta, sencilla, razonada y razonable, que superaría definitivamente el conflicto político y armado».

Se añade que esta propuesta, que se insiste en que «nos traería una paz duradera y estable», abordada en su totalidad, «recompone Euskal Herria, el jarrón roto que decía Telesforo Monzón. Una propuesta táctica que constituye una estación intermedia pero imprescindible para conseguir la meta final de la independencia nacional», siempre y cuando ésta fuera la elección que hiciera la ciudadanía vasca.

Ante la negativa a abordar estas cuestiones, los dirigentes de Batasuna vuelven a preguntarse ante su base ¿por qué PSOE y PNV le han dicho que no? «¿Qué problemas le ven? ¿Cuál es su alternativa». La conclusión que extraen es que hay sectores en estos partidos que «tienen miedo a perder el poder y a que sus intereses particulares se vean perjudicados».

Seguimos en la mesa

Ante esta situación, la izquierda abertzale insiste ante su base social en que sigue sentada en la mesa, esperando el regreso del resto de interlocutores, porque no entiende que haya quien pretenda «apostar por la guerra cuando existe la posibilidad escrupulosamente democrática de construir la paz».

Desde Batasuna se admite que«el proceso negociador ha terminado y, como consecuencia, también la tregua permanente de ETA», pero se añade que el proceso es más que eso.

A su entender, la solución democrática es necesaria, porque la demanda el pueblo, y «las condiciones objetivas» que permitieron iniciar este intento de solución, como la invalidez del marco actual, la mayoría social que reclama la solución negociada y la apuesta decidida de la base militante del independentismo, siguen ahí.

Y, por todo ello, se concluye que «la izquierda abertzale, aún con todo lo que está cayendo, tiene la mano tendida para quien quiera recogerla».

A partir de ahí, Batasuna recuerda a sus bases que -«aunque otros intentarán que el debate sea sobre la violencia»- la batalla principal se tiene que dar en términos políticos en base a la «Propuesta de marco democrático», que hay que trabajar «pueblo a pueblo», agrupando fuerzas y estableciendo alianzas con otros sectores.

Para concluir, el documento apunta que «hay que actuar con iniciativa para retomar el proceso que lleve al acuerdo político», aunque teniendo en cuenta también que son otros los que se han negado a ello y deberán poner sobre la mesa sus propuestas de solución.

batalla politica

Para la Izquierda Abertzale esta es «una batalla política que debe darse en términos políticos». La herramienta es «la propupuesta de marco democrático» que es «la apuesta con mayúsculas» para este tiempo.

pelos en la gatera

Es «un esfuerzo colectivo» que busca «un consenso entre las diferentes culturas políticas del país, en el que todas las partes vamos a dejar pelos en la gatera, pero en el que todas las partes ganamos un escenario de libertad».

PROCESO ES «CERRAR BIEN PARA ABRIR BIEN»

Una de las ideas clave que están trasmitiendo los dirigentes de Batasuna es la de «el esfuerzo y ejercicio al que llamamos proceso» consiste «cerrar bien para abrir bien». Hay que cerrar bien «un ciclo histórico de negación nacional, de división territorial y de imposición de un marco en el que no cabe Euskal Herria, un ciclo que ha tenido como consecuencia la confrontación armada y un sufrimiento general, para abrir bien, con fuerza, un escenario de democracia y justicia que como consecuencia traerá una paz estable y duradera.

Análisis del comportamiento de las partes

1. el psoe utiliza al pp como pretexto: Batasuna entiende que el principal obstáculo del proceso ha sido que el PSOE ha pretendido ir del alto el fuego permanente al definitivo sin afrontar contenidos políticos. Considera que ha estado condicionado por las encuestas de opinión y de intención de voto «intentando salvar el día a día». En opinión de la izquierda abertzale, la referencia de las elecciones generales y que el proceso se haya convertido en arma arrojadiza entre el PP y el PSOE ha sido una losa, porque «en el momento de las grandes apuestas el PSOE se ha mostrado acomplejado y cobarde». En cualquier caso, ve que el PSOE ha utilizado «la presión del PP» dentro de su «cálculo negociador» para «ralentizar la agenda del proceso y para incumplir todos sus compromisos». Pero la izquierda abertzale cree que el gran escollo está dentro del PSOE, no en el PP, cuya dura posición «ha sido un pretexto en el que se ha parapetado para intentar justificar su esquema de proceso».

2. eL PAPEL DEL PNV: Batasuna considera que el PNV ha jugado sucio y que se ha colocado «en la misma barrera que el Gobierno español». Según su análisis, la dirección jeltzale, ante la oportunidad de empezar a reorganizar Euskal Herria como nación y resolver el conflicto político con todas sus consecuencias, se ha presentado ante el Gobierno español como «socio leal» para reducirlo todo a «un proceso de mera reforma estatutaria a cambio de poltrona e interés propio». La izquierda abertzale sostiene que hace tiempo que el PNV se comprometió con el Estado «en cerrar las puertas a la independencia nacional». Se ha situado en un «esquema antiterrorista» y «su juego a corto plazo es alimentar el conflicto para engordar el michelín. Y, a largo plazo, ya lo dijo Imaz: cautivar a España».

3. izquierda abertzale, enfoque escorado: Desde Batasuna se dice que la izquierda abertzale tampoco quiere ocultar la parte de responsabilidad que le corresponde en la situación actual. Entre aquellos aspectos en los que ha fallado destaca en un análisis inicial que durante estos meses ha tenido «un enfoque del proceso escorado», en el que «ha estado demasiado pendiente de las mesas de negociación». Señala que «aun siendo ese un ámbito importantísimo» había también «otros fundamentales a atender. Y entre ellos, el más importante, el de integrar proceso y pueblo». Batasuna está trasmitiendo a su base social que «en esa parte del proceso se han creado demasiadas lagunas y tenemos mucho que mejorar».

I.I.

«En Loiola hubo avances, pero la falta de concreción no evitaba futuras chapuzas»

En sus encuentros con la ciudadanía, los dirigentes de Batasuna están haciendo también un somero repaso de lo acontecido en las mesas de diálogo. Destacan el esfuerzo que se hizo en Loiola entre el PSOE, PNV y la izquierda abertzale, en el que se dieron aproximaciones entre las partes y avances sobre los «mimbres del acuerdo político», pero que fueron insuficientes, puesto que la falta de concreción y los términos en los que se hablaba «no cerraban las puertas a nuevas chapuzas particionistas o futuros acuerdos que no resolvieran el nudo del conflicto».

En un repaso cronológico, primero se aborda la fase del «contacto privado y personal», en el que se apunta que «para la izquierda abertzale la importancia de mantener canales abiertos por encima de cualquier coyuntura ha sido y es un elemento clave. Y hemos mantenido abiertos canales de comunicación con el PSOE incluso en los momentos más duros del pasado reciente, incluso con muertes de uno y otro lado encima de la mesa. Esos canales eran, en un principio, de carácter privado, para que trabajando la química personal, se pudieran posteriormente oficializar, dotándolos de contenido político y método de trabajo».

El trabajo realizado a través de esos canales abiertos con el PSOE dieron lugar al anuncio de alto el fuego permanente por parte de ETA y a la apuesta por un proceso democrático para Euskal Herria. Desde Batasuna se explica que todo ello se hizo, «como es bien sabido, sobre compromisos y garantías acordadas con el Gobierno español sobre condiciones democráticas para el proceso y agenda política para abordar la raíz del conflicto histórico, político y militar». Pero «el cumplimiento de los compromisos por parte del Gobierno español ha sido el que ha sido, el que todo el mundo conoce. Tirando a cero», lo que ha provocado la actual situación.

Las explicaciones se detienen más en el «ejercicio de triangulación negociadora entre delegaciones del PNV, PSOE y la izquierda abertzale» que se dio en Loiola, que se define como «un ejercicio de trabajo intensivo, de muchas horas de reuniones, abordando los mimbres del acuerdo político resolutivo ene l que hubo una aproximación que resultó insuficiente».

Desde Batasuna se insiste en que fue sin duda una aproximación, porque los mimbres de los contenidos del acuerdo político resolutivo estaban ahí. Se hablaba de Euskal Herria como nación, del derecho a decidir, de todos los proyectos, de órganos institucionales comunes... De todo eso se hablaba, pero sin ninguna concreción. Se hablaba tan en abierto, que tenía el riesgo de quedar en una simple declaración de intenciones. Se hablaba en términos que no cerraban las puertas a nuevas chapuzas particionistas, las puertas quedaban abiertas para llegar a acuerdos que no resolvieran los nudos del conflicto».

Por ello, a pesar de los avances, la izquierda abertzale «consideró que las insuficiencias e indefiniciones que contenía, las posibilidades y márgenes de interpretación que se abrían hacían necesario apostar por un acuerdo más concreto, que concretara el escenario final y marcara la hoja de ruta para alcanzarlo».

Las explicaciones sobre el proceso negociador concluyen con la referencia al último intento realizado ya en campaña electoral y del que GARA dio cuenta en ediciones anteriores. Batasuna entiende que se había puesto encima de la mesa «una propuesta para un marco democrático anclada en las aspiraciones mayoritarias y en las líneas rojas que ha marcado nuestro pueblo». Y denuncia que ante esa propuesta «PSOE y PNV simple y llanamente se han levantado de la mesa sin ofrecer alternativas o responder sobre qué problemas le ven a la propuesta. Se han atrincherado en una mera reforma autonómica de los marcos actuales, una receta que se ha demostrado estéril».

«Todo ello -concluyen- supuso el fin del proceso negociador y, por tanto, los compromisos que estaban sobre la mesa ya no existen, entre ellos, la tregua permanente de ETA».

I.I.

mano tendida

La izquierda abertzale insiste en que «aún con todo lo que está cayendo, tiene la mano tendida para quien quiera cogerla». Y que las condiciones objetivas que dieron lugar a este intento de negociación siguen estando igual de vigentes.

preguntas

En los encuetros surge la pregunta de si alguien cree que se puede estabilizar un proceso cuando por debajo de la mesa te dan patadas, te encarcelan a los interlocutores, una de las partes es ilegal y está sometida a ataques continuos.

proceso largo

Batasuna recuerda a su base que este tipo de procesos de resolución de conflictos suelen ser largos y con altibajos. Que deben ser entendidos como procesos de lucha continua que requieren tener la vista puesta en un horizonte bien definido.

pueblo a pueblo

Batasuna llama a su base a extender pueblo a pueblo, de abajo a arriba, la «Propuesta de marco democrático», haciendo camino desde la acumulación de fuerzas y el establecimiento de alianzas con otros sectores sociales y políticos.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo