Familiares, alumnos, compañeros de la agencia Banoa y amigos abarrotaron en silencio la iglesia San Vicente de Donostia para despedir a Mikel Essery, muerto en el atentado del lunes en Yemen junto a la zarauztarra Magie Álvarez, cinco ciudadanos catalanes y dos yemeníes, además del kamikaze.

«Era un nómada. Lo que más le gustaba era conocer y comunicarse con todas las esferas del mundo. Conoció todas las hermosuras y miserias de los humanos», resaltó su prima y compañera de viaje Arantxa Arruti. Con él recorrió parte de África y Tibet.

«Mikel tenía una mentalidad tan amplia que nada le era extraño. ¡Era tan fácil convivir con él!», exclamó al tiempo que destacó su labor como «militante de izquierda. Era un hombre luchador». Al hilo de ello, recordó la etapa en la que Essery estuvo viviendo en las favelas de Brasil.

«Compartíamos ese espíritu nómada y seguiremos siendo nómadas», subrayó. Arruti quiso también expresar su apoyo a Banoa, que «nos brinda la oportunidad de conocer el mundo».

Durante la ceremonia religiosa, a la que asistió la portavoz de Lakua Miren Azkarate, se leyó un mensaje del Obispo de Donostia, Juan María Uriarte, en el que «reprobó sin ningún paliativo la muerte violenta de Mikel y sus compañeros de viaje».

Expresó su deseo de que Occidente, «al tiempo que se defiende eficazmente contra estos ataques, sepa acertar con los medios justos y pedagógicos que subsanen viejas injusticias, neutralicen resentimientos ancestrales y contribuyan desde el respeto a su cultura, al desarrollo y a la evolución de los pueblos en los que nacen tales acciones homicidas».

El cuerpo de Essery, que llegó procedente de Madrid, fue enterrado sobre las 13.00 horas en el cementerio de Aia en la más estricta intimidad. Su hijo menor, ayudado por allegados, introdujo el féretro hasta el pequeño cementerio, donde aguardaban numerosos familiares, entre ellos, la hija mayor y el padre de Essery. En el entierro estuvieron, además, la viuda del escultor Eduardo Chillida y una de sus hijas, casada con un hermano del fallecido.

Mientras, en el tanatorio de Zarautz, localidad natal de Magie Álvarez, se volvieron a vivir escenas de dolor, mezcladas con el sentimiento de que ambos han muerto «haciendo lo que más les gustaba; viajar y conocer mundo». Así lo manifestó el concejal del PSE en Zarautz, Paxi Elola, primo de la madre, Blanca Calleja. Al velatorio acudió también la alcaldesa Maite Etxaniz. Por expreso deseo de la familia, no hubo presencia mediática. El cuerpo de la joven zarauztarra será incinerado hoy.

En cuanto a la evolución de los heridos, los médicos del hospital militar Gómez Ulla dieron el alta a Estibaliz Díez del Río, de Bizkaia, y autorizaron el traslado de Esteve Masó a Girona. El estado de este último, que perdió a su esposa en el atentado del lunes, sigue siendo «grave». Tras realizarle ecografías del tórax y el abdomen, los médicos descartaron que tenga lesiones en órganos internos.

Una tercera persona, también grave, fue llevada al Hospital Vall d´Hebron de Barcelona con múltiples traumatismos.

Mientras, en Yemen, Asunción Vitorica permanece en el hospital Al Zaura de Sana´a. El secretario de Acción Exterior de Lakua, Iñaki Agirre, aclaró que Vitorica está «muy sedada, no en coma» y que, según el neurocirujano que viajó a la capital yemení desde Madrid, se mantiene «estable». Añadió que las próximas horas «serán claves» para ver si se puede trasladar a la vecina de Amurrio.