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INFORME DE LA OIT

El examen genético, otro tipo de discriminación para acceder al empleo

El nuevo informe de la OIT sobre discriminación laboral habla de casos de nuevas prácticas que pueden suponer un trato desfavorable a candidatos a un empleo. Una de estas prácticas, el examen genético, es cuestionada por tribunales en diversos países.

En 2004, a una joven maestra de Alemania le fue negado un trabajo fijo sobre la base de un examen médico que señalaba que su futuro laboral podría estar comprometido por su historia familiar. Durante una rutina médica realizada a todos los candidatos al servicio civil alemán, que incluía a los maestros, los examinadores notaron que algunos familiares de la mujer habían sido afectados por el mal de Huntington, una enfermedad rara, progresiva, degenerativa que ocasiona el debilitamiento de las células nerviosas del cerebro, y es hereditaria. El caso ha generado preocupación por la posibilidad de que los empleadores pudiesen utilizar el vacío legal sobre los exámenes genéticos que hay en Alemania en la actualidad para discriminar de manera injusta a los empleados.

«No es aceptable una ley que coloca una enfermedad grave capaz de entorpecer la ejecución de un trabajo al mismo nivel que una predicción de lo que puede ser la salud de la persona dentro de 10, 20 ó 30 años», opina el profesor Spiritos Simitis, director del Consejo Nacional de Ética de Alemania, constituido para aconsejar el Gobierno alemán sobre temas éticos de la genética humana, y que condenó la decisión de las autoridades educativas de Hessen.

«No tiene por qué ser cierto que esta joven maestra tendrá determinados síntomas a cierta edad», agregó. «Las autoridades le negaron un trabajo sólo sobre la base de una predicción y así dejaron sobre ella todo el peso del riesgo». El tema es complicado debido a que algunas condiciones parecen ser más «aceptables» que otras cuando se trata de considerar el reclutamiento.

Según Simitis, si el empleador estaba preparado a aceptar el riesgo de que los trabajadores desarrollasen alcoholismo, depresión u otras formas de enfermedad, esto debería valer para aceptar los riesgos asociados a las enfermedades genéticas.

La maestra impugnó con éxito la decisión ante la Corte Administrativa de Darmstadt, y el Gobierno alemán elaboró un proyecto de legislación que aún no ha concluido.

Otros casos

Este caso particular es citado entre otros en el nuevo informe de la OIT «La igualdad en el trabajo: afrontar los retos que se plantean». «Los exámenes genéticos pueden llevar con facilidad a despidos injustificados o a la negación de un trabajo» explica la autora del informe, Manuela Tomei. «Tomar una decisión sobre el empleo basándose en la probabilidad de que un individuo puede estar predispuesto a desarrollar determinada enfermedad más que en sus capacidades reales de realizar el trabajo, es discriminatorio». En el informe de la OIT, el caso alemán no es una excepción. En 2001, la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo de Estados Unidos alegó que el Burlington Northern Santa Fe Railroad sometió de forma secreta a sus empleados a exámenes encubiertos para un marcador genético vinculado al síndrome del túnel carpiano.

Un año antes, tres hombres recibieron de la Corte de Distrito de Hong Kong en China una indemnización por daños porque el Gobierno les había rehusado el empleo sólo porque sus familiares habían sido afectados por esquizofrenia. La preocupación sobre este tema provocó la adopción de medidas legales.

El Estado francés, Suecia, Finlandia y Dinamarca han introducido leyes que prohíben la discriminación genética. Austria, Holanda, Luxenburgo, Grecia e Italia han prohibido o restringido la recolección de datos genéticos de los empleados sin su consenso explícito.

En EEUU, el Senado aprobó por unanimidad la Ley de No Discriminación por Información Genética de 2005 que prohíbe el uso impropio de información genética para tomar decisiones sobre seguro médico y empleo.

Los empleadores y los sindicatos también emprenden acciones preventivas. IBM fue la primera gran corporación que revisó su política para prevenir el uso de información genética en la toma de decisiones sobre empleo. En 2002, el Consejo Australiano de Sindicatos (ACTU) estableció, como respuesta a la investigación realizada por la Comisión Australiana de Reforma de la Ley y la Comisión Australiana de Ética de la Salud sobre la protección de la información genética humana, que los empleadores no deberían estar autorizados a recopilar información genética acerca de ningún empleado.

«Mientras el debate sigue abierto sobre si hay o no razones objetivas para excluir o tratar de forma menos favorable a una persona a causa de sus genes, cualquier diferencia de trato debe ser objetiva, razonable y proporcionada», opina Tomei. «Un aspecto clave del principio de no discriminación e igualdad en el trabajo es que todas las decisiones de empleo deben basarse en la capacidad de la persona para realizar un trabajo».

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