Fito Rodríguez Miembro de la Asociación Praileaitzen Lagunak
Puntos suspensivos...
Queremos la paralización de la cantera, la protección del entorno y la defensa del yacimiento. Hasta entonces, ni esto habrá acabado ni nosotros nos vamos a callar
Al realizar un informe que nadie le había solicitado sobre la supuesta compatibilidad entre la explotación de la cantera de Sasiola y la investigación del yacimiento Praileaitz I, el delegado del Gobierno central en Gipuzkoa hizo alusión a la existencia de pinturas paleolíticas que calificó como «puntos». Tiene su punto de gracia... dado que un punto de inflexión insoslayable ha sido, a nuestro parecer, la agresividad y animadversión de la que hicieron gala los máximos responsables de la preocupante situación actual de ese patrimonio cultural, Miren Azkarate y José Juan González de Txabarri, al referirse de manera insultante a miembros de nuestra asociación en la presentación del complejo Ekain. Después de hacer reposar los sentimientos que sus palabras produjeron, creemos llegado el momento de hacer algunas aclaraciones al respecto, aunque debido a ellas, el respeto que ambos nos merecían haya perdido muchos puntos...
Aunque no creemos que se deba responder punto por punto, sí parece conveniente subrayar las desfasadas ideas que sobre el mecenazgo mal se han utilizado en su comparecencia.
Los más de doscientos autores del libro Praileaitz I somos creadores en distintas áreas culturales que, a menudo, debemos trabajar codo con codo con distintos tipos de mecenas (particulares y/o institucionales) y esta relación no supone ningún tipo de dependencia ideológica, servidumbre política ni esclavitud personal. Pensar que la gestión de un dinero público o privado en la producción, promoción o contrata de servicios culturales debe acarrear necesariamente la supeditación de las ideas y expresiones del trabajador de ese ámbito, es pensar que la Revolución Francesa no ha existido... es ser más corto que un punto.
Mozart pudo conseguir ser un creador porque se liberó de un mecenazgo medieval eclesiástico que no le permitía desarrollar su capacidad de expresión. Diderot pudo llevar adelante la inmensa obra de la Enciclopedia porque rompió con las dependencias que los mecenas del Antiguo Régimen todavía imponían en su época... así nació la modernidad y con ella los artistas e intelectuales que crearon la sociedad del conocimiento contemporánea. En el País Vasco actual, sin embargo, los gestores públicos del patrimonio cultural no quieren admitir las opiniones y preocupaciones del sector y optan por la descalificación personalizada y la amenaza velada... el Antiguo Régimen apunta de nuevo.
Ante la importancia del yacimiento de Praileaitz I, el grupo Amenabar tenía muchos puntos para convertirse en un mecenas privado que demostrase la compatibilidad del desarrollo y la protección al patrimonio. Sin ir mucho más lejos, el Ayuntamiento de Deba en pleno sí que ha optado por la postura de defender sus bienes culturales. La Diputación de Gipuzkoa se ha quedado en esto bastantes puntos por debajo... y el Gobierno Vasco, también.
Esconder la inoperancia y/o intereses propios y/o ajenos en descalificaciones al que opina lo contrario y lo dice no parece una postura ni moderna ni democrática sino, más bien, tan despótica como ultramontana.
Pero rectificar es de sabios. Por eso, siendo conscientes de que la Historia no se ha detenido y de que en torno a Praileaitz el punto final está por llegar, nosotros seguimos esperando la decisión adecuada.
Miren Azkarate decía «si quieren la paralización de la cantera que lo digan, pero que no lo disfracen con la defensa de una cueva... (puntos suspensivos)». Pues sí, queremos la paralización de la cantera, la protección del entorno y la defensa del yacimiento. Y hasta que los responsables actuales no cambien, y con ellos sus actitudes y dictámenes al respecto, continuarán los puntos suspensivos... porque ni esto habrá acabado ni nosotros/as nos vamos a callar.