El organismo por el cambio social Elkartzen ha hecho público en Gasteiz un manifiesto por el derecho a la vivienda que recoge cinco puntos concretos para su aplicación por parte de las instituciones. Elkartzen ha traído a colación este texto con medidas concretas al alertar de que sólo en la capital de Araba existen más de diez mil viviendas vacías, mientras que miles de personas no tienen cubierto el derecho a una vivienda.

Considera que el de la vivienda es el problema más importante a la que tienen que hacer frente los gasteiztarras. «Junto a la falta de seguridad para tener unos ingresos dignos, a la ausencia de servicios sociales y de cauces para ejercer la participación social activa, la imposibilidad de acceder al uso y disfrute de una vivienda se ha convertido en uno de los factores que está precarizando las condiciones vitales de una parte importante de la población», explica.

En esta tesitura, y con objeto de garantizar los derechos señalados y para hacer frente a la tendencia de conculcación permanente, Elkartzen ha demandado, en el caso de la vivienda, la aplicación de cinco medidas.

La primera demanda que recoge el manifiesto reza de la siguiente forma: «Se nos debe garantizar el derecho al uso de una vivienda». El colectivo, en este primer bloque, hace referencia a los documentos y tratados internacionales que reconocen como un derecho el acceso a una vivienda. Por ello, Elkartzen se revela y afirma que «no podemos permitir que un derecho se sortee». Debe ser «la comunidad» la que, a juicio de Elkartxen, debe garantizar este derecho. Pero va más allá, y afirma que mientras que «no se respete el derecho a la vivienda, la ocupación es legítima».

Despenalizar la ocupación

La segunda medida es la referente a las viviendas vacías. Alrededor de 10.050 son las que a día de hoy se encuentran vacías en Gasteiz, en detrimento de las miles de personas que no pueden acceder a una. Elkartzen propone las siguientes medidas para que estas viviendas sean utilizadas: despenalizar la ocupación; establecer un canon especial a las viviendas vacías y «multiplicar el IBI sobre estas viviendas por cinco»; y, por último, fijar unas normas y poner en práctica la expropiación del uso de la vivienda vacía.

También defiende, en el tercer punto, el desarrollo del alquiler público para paliar la problemática de la vivienda. Todo ello con miras a constituir un parque público de viviendas de alquiler gestionado por la comunidad.

Acto seguido, Elkartzen se centra en los límites a los alquileres. «Mientras que nuestro modo de vida sea precario, no podemos hacer frente a los alquileres del mercado. Y siendo la vivienda una necesidad básica, hay que establecer límites a los intereses privados, ya que no se puede hacer riqueza a costa de necesidades básicas», añade.

Como última medida, Elkartzen reclama la gestión pública y social de la vivienda; pero una gestión comunitaria, con la participación y organización de la comunidad social.