El Ejército paquistaní tomó en la madrugada de ayer el control del seminario islámico masculino (Jamia Faridia) dirigido por los clérigos Abdul Aziz -ya detenido- y Abdul Rashid Ghazi, líderes de la Mezquita Roja o Lal Masjid de Islamabad, que desde hace seis días se encuentra rodeada por miles de soldados y policías y en cuyo interior permanecen atrincherados varios centenares de estudiantes. Fuentes de la seguridad citadas por la cadena paquistaní GEO indicaron que «la Policía asaltó Jamia Faridia y arrestó a decenas de estudiantes y los trasladaron a un lugar desconocido».

Las mismas fuentes aseguraron que los atrincherados dispararon fuego de armas pesadas, lo que desató un intenso tiroteo. Además, se escucharon varias explosiones e intensos disparos.

Durante los seis días de esporádicos intercambios de fuego, en los que han muerto al menos 25 personas, según el Gobierno, las fuerzas militares y policiales que rodean el templo han ido destruyendo los muros del recinto y ocupando posiciones para su asalto, opción que había sido descartada para evitar víctimas pero que parecía cobrar fuerza después de que los responsables gubernamentales declararan que «extremistas vinculados a Al Qaeda» habían tomado el control de la mezquita, y de la muerte de uno de los comandantes de la bautizada como «Operación Silencio».

El presidente paquistaní, Pervez Musharraf, manifestó que sus hombres han mostrado contención para garantizar la seguridad de las mujeres y niños de las madrasas (escuelas coránicas) a los que, según las autoridades, retienen contra su voluntad y utilizan como «escudos humanos».

Asedio prolongado

El Gobierno parecía haber optado por un asedio prolongado y haber descartado el asalto al complejo por esta razón, pero a medida que pasaban las horas todo apuntaba a que las tropas que rodeaban el recinto iban tomando posiciones para llevar acabo el asalto.

Sin embargo, la operación militar de la noche afectó a la madrasa femenina Jamia Hafsa y el clérigo Abdul Rashid Ghazi, líder de los atrincherados, afirmó que el techo se había derrumbado matando a 305 personas -285 de ellas mujeres-. El portavoz del Ejército, el general Waheed Arshad, señaló que en el interior de la madrasa «había un gran arsenal de armas y explosivos», por lo que era posible que se hubiera producido muertes, pero descartó la cifra dada por Ghazi.

El objetivo de las tropas paquistaníes al derribar los muros era preparar el asalto, pero también abrir camino a quienes quieren huir de la Mezquita Roja, ya que las autoridades mantienen que están siendo retenidos por la fuerza.

Abdul Rashid Ghazi aseguró que en el interior hay 1.800 personas y que ya han enterrado a 40, aunque elevó las muertes de sus seguidores a más de 300. Esta cifra fue calificada de «risible» por las autoridades, que rechazaron la propuesta del clérigo de dejar entrar a los medios de comunicación.

Al Qaeda

Responsables de los servicios de seguridad y una fuente del interior de la Mezquita Roja, declararon a France Press que hombres de Harkat Jihad-e-Islami, un grupo paquistaní vinculado a Al Qaeda que ya ha llevado a cabo varios atentados frustrados contra Musharraf, controlaban ya el complejo con apoyo extranjero, habiendo desplazado al clérigo que la había liderado hasta ahora. Las autoridades paquistaníes citaron también a integrantes del grupo Jaish-e-Mohammed, al que igualmente relacionaron con Al Qaeda.

La fuente del interior añadió que «hay una gran tensión entre los grupos sobre la manera de conducir la lucha».

Musharraf no quiere negociar y la víspera ya advirtió a los atrincherados de serán eliminados si no se rinden. Indicó que «la panda de fanáticos que se esconden en la ratonera de Lal Masjid debe rendirse o serán todos eliminados» y descartó cualquier compromiso con «criminales prófugos que están intentando lograr un acuerdo cuando es demasiado tarde».