Paradojas de la vida, «Abc» inicia su campaña a favor de Juan José Ibarretxe. Pocas cosas pueden reforzar más al actual lehendakari que anuncios en la prensa española de que están tratando de segarle la hierba bajo los pies. Ayer el diario de Zarzalejos aseguraba que «sectores del PNV afines a Imaz» postulan a Erkoreka como candidato.

Vistas estas noticias, Ibarretxe habrá dormido mucho más tranquilo esta noche en Ajuria Enea, aunque sus opiniones y las de Patxi Zabaleta y Joseba Azkarraga sobre la Ley de Partidos no sean del gusto de Aurelio Arteta, que escribía en «El País» sobre «La aritmética para demagogos», todo un artículo demagógico basado en el viejo truco dialéctico -impropio de la profundidad de análisis que se supone a un catedrático de Filosofía Moral y Política- de atribuir al adversario un posicionamiento falso para luego rebatirlo. Arteta viene a decir, con razón, que las mayorías no lo son todo en una democracia y que, por ejemplo, la protección de los derechos no puede estar sometida a votación. Pero luego hace trampa. Asegura que quienes se oponen a la Ley de Partidos lo hacen porque «aducen que algo falla si tanta gente de Euskadi queda privada de lo que sería su representación política más propia». Según Arteta «resulta insensato proclamar que no puede ser injusto lo que tantos desean, en lugar de reconocer que lo injusto no mejora por numerosos que sean sus partidarios».

Pero si se altera la premisa todo cambia. Son muchos quienes están contra la Ley de Partidos porque la consideran injusta y además ven que estando pensada sólo para Euskal Herria la mayoría española se la impone a la mayoría vasca que la considera impertinente y contraproducente. Siguiendo las palabras de Arteta, «lo injusto no mejora por numerosos que sean sus partidarios» aunque sean españoles.

Por cierto, tras criticar a quienes critican la Ley de Partidos (Ibarretxe, Zabaleta, Azkarraga), Arteta se pregunta «¿por qué lo que decimos de los asesinos y sus cómplices inmediatos no ha de extenderse a los cómplices de los cómplices? ¿Sabría alguien señalar el punto exacto donde se interrumpe la cadena de complicidades?». Les dejo pensando -inquietos- a dónde quiere llegar.