Jon Odriozola Periodista
No me creo nada
Si yo fuera iraní o sirio,y no digamos libanés o un palestino de Gaza, ante las «alertas terroristas» que propalan desde Londres y Washington, me echaría a temblar. Porque eso significa que el Imperio, la CIA y el Mossad están tramando alguna masacre que, por supuesto, luego la opinión pública occidental «sabrá», masajeada y mensajeada por los mass media, que ha sido obra del «terrorismo islámico», por supuesto.
Nos quieren hacer creer que los soldados españoles muertos en Líbano estaban en misión de paz enviados por la ONU. No me lo creo. Ocurre que el verano pasado el imperialismo y el sionismo salió derrotado por Hezbolá en el sur del Líbano. Y pasó que Hamás ganó las elecciones en Gaza. ¿Qué hacer? Lo mismo que en Afganistán (y antes en Yugoslavia): desplegar una fuerza militar ofensiva conducida por la OTAN para que tome el control militar en la zona, o sea, el Plan B. En Líbano, la CIA se está valiendo de grupos islámicos infiltrados (entre ellos Fatah al Islam) para crear una oleada de «atentados terroristas», uno de los cuales causó la muerte del contingente hispanoamericano. Por descontado, detrás estaría la mano de Hezbolá (que lo condenó) a su vez, acabáramos, financiado por Irán y su proyecto nuclear.
En agosto del año pasado, tras la derrota israelí en Líbano, Londres dijo abortar un «plan para estallar aviones en pleno vuelo». No me lo creo. Como tampoco me creo la detección de los últimos coches-bomba en la City o el que explotó en Glasgow y aún menos que fueran obra de «médicos islámicos» (ya no te puedes fiar de ningún moro:mensaje subliminal).Gordon Brown lo adjudicó a Al Qaeda, ese espantajo que sirve para aplicar «medidas contraterroristas», reforzar la «seguridad nacional» y crear artificialmente un clima de terror y psicosis mundial, sobre todo europeo, que justifique nuevas agresiones contra los países (islámicos, por supuesto) del «eje del mal». Crean la alarma con «inminentes atentados» que se «desbaratan» o frustran para «mentalizar» a la opinión pública y luego fijar un «blanco» donde, entonces sí, habrá una carnicería bien real que se adjudicará al fantasma de Ben Laden que saldrá en un video. Ya hay coartada para nuevos ataques y expolios.
Cuando aparecieron en febrero de 2006 las provocadoras caricaturas sobre Mahoma con un misil en el turbante en un periódico danés, la nata «intelectual» europea despachaba flores sobre la libertad de expresión o el escaso humor musulmán. Gente necia. El propósito era crear una reacción de «furia islámica» alentada, cómo no, por el «fundamentalismo» iraní. Es como explicar la historia por la estupidez o las bolingas del presidente Bush. Y no. Bush es un clown en manos de lobbys y grandes multinacionales que dictan la política y cortan el bacalao.
Y acabo mi ejercicio pirrónico. Tampoco me creo que quienes han sido juzgados en Madrid por el 11-M sean los autores, cómplices o encubridores de la matanza (ETA menos, claro) ni que los de Leganés se «suicidaran». También Nerón echó la culpa del incendio de Roma a los cristianos...