La presidenta de la Comunidad de Madrid y conocida dirigente del PP, Esperanza Aguirre, declaró el domingo, en una entrevista concedida a «El Mundo», que no le parecería mal que «UPN y el PSN se entendieran, aunque hubiera un presidente socialista» en Nafarroa.

Las palabras de la ex ministra española no tardaron en ser motivo de valoraciones, especialmente por parte de UPN. Las críticas de esta formación han sido tan aceradas que el secretario general del PP, Angel Acebes, tuvo que salir ayer a rectificar las declaraciones de su compañera.

Mientras tanto, desde el PSOE José Blanco aplaudió la aportación de Aguirre al escenario postelectoral de Nafarroa.

Muy contundente fue el presidente del Gobierno navarro, Miguel Sanz, que en una entrevista concedida a Onda Cero valoró que sería «una aberración» que UPN cediera al PSN la presidencia del Ejecutivo, y valoró que «sería como perder la dignidad, ya que supondría que el partido claramente ganador de las elecciones le otorgara la presidencia al claro perdedor».

«Me daría vergüenza»

Fue más allá el líder de UPN, y aseguró que si él fuera el candidato del PSN a presidir el Gobierno de Nafarroa, Fernando Puras, «me daría vergüenza reclamar la presidencia al partido más votado».

Preguntado por las declaraciones realizadas por Aguirre, Sanz opinó que la mandataria madrileña «ha cometido un error». «No ha sabido valorar bien sus palabras; los políticos no tenemos siempre días buenos, y ella tuvo uno malo».

En cualquier caso, y tras haber arremetido contra el candidato del PSN, el presidente en funciones de Nafarroa no ocultó su deseo de pactar con este partido a fin de repetir en el cargo. «Prefiero gobernar en coalición con el PSN, porque garantiza la estabilidad política e institucional de Navarra» manifestó, antes de insistir en que «la presidencia debe recaer en UPN, que por algo es la formación que tiene la mayoría».

Asu parecer, la situación actual del herrialde, que mes y medio después de las elecciones no conoce quién va a gobernar, «viene derivada de las reticencias que el PSN tiene para pactar con Nafarroa Bai, a pesar de todas las apariencias» y, junto a ello, «por el odio visceral por parte de los militantes del Consejo Regional del PSN» hacia su partido.

«En Navarra debe vencer el interés de los ciudadanos, que está muy claro» agregó, para sostener que «los navarros quieren formar parte de una comunidad diferenciada, no de corte nacionalista. Hay que tener en cuenta el interés de los ciudadanos, que en ningún momento han votado por el cambio».

No fueron las de Sanz las únicas declaraciones de dirigente de UPN que censuraron las palabras de Aguirre. El mismo domingo, el histórico líder de este partido y diputado en el grupo del PP, Jaime Ignacio del Burgo, replicó que lo que suceda en Nafarroa «es únicamente responsabilidad» de UPN, partido para cuya autonomía a la hora de decidir pidió «respeto».

En esta misma línea, el secretario general de UPN, Alberto Catalán, calificó de «absolutamente desafortunadas e improcedentes» las manifestaciones de la ex presidenta del Senado, y valoró que con ellas «no le hace ningún favor a UPN y además desvía la atención en una cuestión tan importante como la posibilidad de que se constituya un Gobierno de nacionalistas con el PSN». Y es que, en su opinión, «ésa es la auténtica preocupación que hay en la sociedad navarra».

A este respecto, explicó que los órganos de dirección de su partido ya han decidido que la presidencia del Gobierno es «irrenunciable», y apuntó que «en política hay que tener dignidad; no es cuestión de alcanzar o mantenerse en el poder a cualquier precio».

Catalán apuntó, por ello, que «la señora Aguirre evidencia un desconocimiento tanto de Navarra como de UPN», y quiso marcar distancias señalando que la presidenta de Madrid «pertenece a una formación política distinta a UPN». «Esta señora, en vez de hacer este tipo de declaraciones, lo mejor que puede hacer es estarse callada».

Acebes, con Sanz

Ante críticas tan contundentes, el secretario general del PP, Angel Acebes, quiso matizar las palabras de Aguirre, asegurando que la postura de su partido es la misma que la expuesta por los dirigentes de UPN. Acebes, tras mantener una reunión con representantes del PP de Araba en la sede de la calle Génova de Madrid, subrayó que «el más votado debe gobernar Navarra».

El ex ministro de Interior se refirió a la posición que «de manera generosa» ha defendido en las últimas semanas el presidente del Ejecutivo navarro, Miguel Sanz, proponiendo al PSN un pacto de gobierno liderado por UPN, y aseguró que ésa es la posición del PP.

Sin embargo, la entrevista de Aguirre fue aprovechada por el PSOE para apuntalar la candidatura de Puras y cargar al mismo tiempo contra el líder del PP, Mariano Rajoy.

José Blanco, secretario de Organización del PSOE, se felicitó porque la presidenta de Madrid estimara la opción de que Puras gobierne en Nafarroa, y sostuvo que sus palabras reflejan «el sentimiento que tienen muchos dirigentes y cuadros del PP» que, a su parecer, son conscientes de que «han cometido un error y han generado un clima de enfrentamiento y división».

En este sentido, Blanco, que hace días mantuvo un encuentro en Madrid con Miguel Sanz y Jaime Ignacio del Burgo, defendió que la única fórmula para superar «el clima de enfrentamiento y división» que según opinó ha generado el PP en Nafarroa, es que Puras presida el Gobierno.

En una comparecencia celebrada tras la reunión de la Comisión Ejecutiva del PSOE, el número dos de Rodríguez Zapatero criticó el «empecinamiento» del presidente del PP, Mariano Rajoy, y de otros dirigentes «más radicales» de este partido, a los que acusó de querer utilizar Nafarroa, «como utilizan el terrorismo», al objeto de desgastar el Gobierno del PSOE.

«Les importa poco Navarra, sólo les importa intentar desesperadamente volver al poder», declaró Blanco, al tiempo que se preguntaba qué problema tiene UPN en dar un segundo paso, después de que Sanz haya admitido coincidencias básicas con el planteamiento programático del PSN.

Curiosamente, en las negociaciones habidas entre este partido y Nafarroa Bai ambas fuerzas parecían haber llegado a un acuerdo respecto al programa de gobierno, y fue el reparto de carteras el punto que impidió presentar formalmente la candidatura de Puras.