El Gobierno francés continúa dando sus calculados pasos para lograr la reapertura de la pesquería de la anchoa. Tras el esperado fracaso de la reunión del pasado miércoles en Madrid, donde el ministro de Agricultura y Pesca francés, Michel Barnier, adelantó sus «reivindicaciones», ayer llevó sus ya conocidos planteamientos a Bruselas, aunque continúan sin conocerse los datos científicos que aportará, aunque no faltan voces que señalan que dicho informe está elaborado siguiendo el guión de los intereses del Gobierno francés.

Barnier manifestó ayer a la prensa que pretende conseguir una «cuota de pesca de 3.000 ó 4.000 toneladas», que se capturarían en un período de tres meses. El ministro indicó que dará nuevos argumentos científicos y que planteará a la Comisión esta propuesta de forma «bilateral», aparte del Consejo de Agricultura de la UE que ayer se reunió para hablar de cuestiones como la reforma del vino.

Por su parte, la ministra española de Pesca, Elena Espinosa, manifestó a la entrada del Consejo que ya no hacen falta más datos adicionales para que la CE decida sobre si continúa la veda o no y remarcó que se han dado «todos los argumentos» para que no se reabra el caladero. «No necesitamos más información adicional para tomar la decisión correspondiente», dijo.

Entretanto, el Ministerio español de Agricultura, Pesca y Alimentación aprobó una Orden, que ayer publicó el Boletín Oficial del Estado, por la que se establece un plan de gestión para la pesquería de la anchoa en el Golfo de Bizkaia. En la Orden se dispone una paralización temporal por un período máximo de 40 días, dentro del período comprendido entre el 23 de abril y el 30 de setiembre de este año, y anuncia ayudas por el parón.