El Gobierno británico expulsará a cuatro diplomáticos rusos en respuesta a la negativa de Moscú a extraditar al ex agente secreto Andrei Lugovoi, principal sospechoso de la muerte del antiguo espía Alexander Litvinenko. En una intervención en el Parlamento, el ministro británico de Asuntos Exteriores, David Miliband, afirmó que ésa era la «respuesta apropiada» a la decisión «extremadamente decepcionante» de Rusia. Anunció también que la cooperación con este país será igualmente revisada en «una gama de asuntos».

«Es una situación que el Gobierno no ha buscado y que no acogemos con agrado. Pero, no tenemos otra opción que afrontarla», subrayó. Miliband explicó que se había optado por ese número de diplomáticos para enviar «una señal clara y proporcionada» a Rusia de «la gravedad de este caso» ya que no sólo Litvinenko sufrió una muerte «horrorosa y prolongada» sino que cientos de personas estuvieron expuestas al riesgo de contaminación radiactiva. Se trata de la primera vez en más de una década que Londres decide la expulsión de diplomáticos rusos.

En respuesta a esta medida, Rusia amenazó con «graves consecuencias». «En Londres deben saber que sus provocaciones no quedarán sin respuesta y no pueden menos que acarrear las más graves consecuencias para las relaciones ruso-británicas», resaltó Mijail Kaminin, portavoz del Ministerio de Exteriores .