la carta de josu jon imaz
Imaz firmó con Errazti un acuerdo que fija la consulta en esta legislatura
Existe un documento suscrito en diciembre de 2004 por Josu Jon Imaz y Begoña Errazti por el que PNV y EA se comprometen a celebrar la consulta en esta legislatura y con una fecha límite. La existencia del acuerdo fue reconocida por ambos en la presentación de la coalición electoral para las autonómicas de 2005. Ahora se sabe también que existe un texto con las firmas de los presidentes de los dos partidos coaligados.
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
El 23 de diciembre de 2004, el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, y la presidenta de EA, Begoña Errazti, comparecieron ante los medios en un hotel gasteiztarra para dar a conocer que ambos partidos volverían a concurrir en coalición a las elecciones autonómicas de 2005. El eje central de aquella rueda de prensa fue el anuncio de que en esta legislatura ambas formaciones impulsarían un referéndum «para que la sociedad vasca pueda decidir su futuro en paz y libertad».
En aquella presentación insistieron en el compromiso «claro y expreso» con la convocatoria de la consulta, por lo que los periodistas preguntaron si existía una fecha límite para su celebración. La contestación que dio Josu Jon Imaz fue: «Tenemos un compromiso para que la sociedad pueda decidir a lo largo de esta legislatura; por lo tanto, la respuesta es sí». Begoña Errazti añadió: «Por supuesto que tenemos fecha, pero no vamos a desvelar ninguna estrategia».
Según han manifestado a GARA fuentes de la dirección de EA, fijar esa fecha y ese compromiso fue uno de los escollos en la negociación de aquel acuerdo de coalición con el PNV. Pero finalmente se llegó a un acuerdo que está recogido en un documento firmado por los presidentes de ambas ejecutivas: Josu Jon Imaz y Begoña Errazti.
Estas fuentes no quisieron desvelar ni el contenido último del escrito ni la fecha puesta como límite para la convocatoria de la consulta, que, en cualquier caso, siempre sería antes de que termine esta legislatura, lo que, si se cumplen los plazos, ocurrirá en la primavera de 2009 .
Cabe decir que este compromiso firmado entre Imaz y Errazti es unos días anterior a la aprobación del Nuevo Estatuto Político en el Parlamento de Gasteiz y, por tanto, anterior también a que el Congreso de los Diputados rechazara siquiera la admisión a trámite del proyecto de reforma estatutaria.
Este hecho, sin embargo, no alteró los compromisos entre PNV y EA, que se concretaron con mayor nitidez en el programa electoral que la coalición presentó como «Nuestro Contrato Social con Euskadi».
«Diálogo sin exclusiones»
En el programa se recoge que la coalición «no está dispuesta a aceptar el rechazo de las Cortes españolas a negociar» el proyecto, por lo que ambos partidos «nos comprometemos formalmente a hacer efectiva la demanda de la sociedad vasca y exigir al Estado que abra un proceso para negociar el Nuevo Estatuto Político aprobado por el Parlamento Vasco».
La coalición habla también de dar «una nueva oportunidad al diálogo multilateral en el ámbito vasco. Un diálogo sin exclusiones para ensanchar, en su caso, la mayoría absoluta -39 escaños- que tiene la propuesta y para establecer las condiciones que permitan alcanzar un acuerdo político sustentado en el derecho de la sociedad vasca a decidir su propio futuro.
Aun sin acuerdo de Madrid
El compromiso del programa electoral de PNV-EA es que a la fase de diálogo y negociación le siga la de decisión, que «la sociedad vasca pueda ejercer en esta legislatura su derecho a ser consultada para decidir su propio futuro».
La coalición expresa que «para llevar a cabo este compromiso, el próximo Gobierno vasco solicitará al Parlamento Vasco autorización para que, en un escenario de ausencia de violencia y sin exclusiones, se realice una consulta popular a la sociedad vasca que ratifique el acuerdo político alcanzado».
El programa de PNV-EA añade que ese escenario sería el deseado por la coalición. Pero añade, -y ello cobra especial interés en estos momentos- que «si no se acepta el diálogo, si el Estado vuelve a negarse a abrir un proceso de negociación, la sociedad vasca será consultada para que ratifique el proyecto aprobado por mayoría absoluta en el Parlamento vasco».
Tanto el compromiso suscrito por Imaz y Errazti como el programa de coalición se aprobaron con ETA en plena actividad armada. Ni el compromiso con la celebración de la consulta, ni el objetivo de la misma, ni la búsqueda de un acuerdo sin exclusiones, ni la necesidad de celebrarla aunque no haya acuerdo con el Estado coinciden con las condiciones que en la actualidad ha puesto públicamente el presidente del EBB.
El EBB mantuvo ayer su habitual reunión de los lunes, a la que asistió el lehendakari, quien se marchó antes de su conclusión por compromisos de agenda. En el encuentro se habló del artículo y de las reacciones que ha suscitado.
El presidente del Gobierno español, de visita en México, rehusó comentar el artículo de Imaz, dijo respetar su posición y añadió que es conocido qué opina el Ejecutivo del PSOE de las convocatorias de refrendos por presidentes autonómicos.
Ibarretxe participó en la procesión marítima. Un santuntziarra le preguntó: «Lehendakari, si usted inicia un viaje desde Santurtzi rumbo al norte y a los tres días le dicen que cambie de dirección, ¿qué rumbo coge usted?». No hubo respuesta.
La portavoz del Gobierno de Lakua, Miren Azkarate, no quiso entrar ayer a comentar el artículo de opinión publicado por el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, y se aferró a que los compromisos del Ejecutivo sobre la consulta «están perfectamente recogidos en el acuerdo de gobierno» suscrito por PNV, EA y EB en junio de 2005. Azkarate añadió que el Gabinete de Ibarretxe mantiene la esperanza de la sociedad de «no ceder ante ETA y de seguir planteando iniciativas políticas», que serán explicitadas por el lehendakari en el pleno de política general del Parlamento de Gasteiz de setiembre.
Más explícito que la portavoz fue su compañero de Gobierno Joseba Azkarraga, consejero de Justicia y Trabajo, quien apuntó que Josu Jon Imaz ha cometido «una gran barbaridad» al cuestionar la conveniencia de una consulta, ya que sus planteamientos son como «poner la venda antes de la herida». Azkarraga dijo tener la impresión de que el presidente del EBB «está trasladando a la sociedad vasca problemas que tiene dentro de su propio partido».
Más comprensivos con Imaz fueron los dirigentes de PSE y PP, partidos que siguen alabando las reflexiones del escrito publicado en prensa por el presidente del EBB.
Todo lo contrario ha hecho la izquierda abertzale, que considera que el artículo «viene a decir que el PNV oficial, el que manda, ha cerrado las puertas a un esquema de resolución del conflicto» para mantener las cotas de poder y «los negocios» con lo que cuenta en el marco jurídico-político actual. Además de subrayar que el contenido del artículo refleja cuál ha sido el proceder del PNV durante las negociaciones políticas, Barrena hizo hincapié en que «lo grave de esos contenidos es que dibujan muy bien cuál es la apuesta del PNV: una apuesta de guerra y de marginación a cualquier solución». «Para Imaz este país es sólo un negocio. Quiere «seducir a España» haciendo a todos los ciudadanos vascos cautivos de España», prosiguió Barrena, para quien «el PNV pretende que los ciudadanos vascos permanezcan atados de pies y manos y con la boca tapada ante Madrid, en el marco actual y, si fuera poco, mediante una apuesta por la represión policial», sentenció el navarro. La izquierda abertzale entiende que «el PNV de Imaz» pretende actuar por encima de la mayoría de la sociedad vasca que «una y mil veces» se ha posicionado a favor de la solución, de la paz y de articular el derecho a la decisión. Es por ello que instó al PNV a que responda a la siguiente cuestión: «¿A dónde quiere llevar el PNV a éste país? ¿Qué futuro le ofrece?».
También ANV se mostró crítica con el articulo de Imaz, en el que vio una «desautorización» del lehendakari y una cortina de humo para ocultar «el segundo fracaso electoral» del PNV con Imaz como presidente. En un comunicado, denuncia la «obsesión enfermiza» con ETA y con izquierda abertzale y la actitud jeltzale de señalar siempre que «ahora no es el momento, ya diremos nosotros cuándo lo es».
La izquierda abertzale ha entendido las palabras de Imaz como una «apuesta de guerra» que cierra las puertas a cualquier proceso de resolución del conflicto, para que el PNV pueda seguir «haciendo negocio» en el marco actual.
