Han terminado ya los sanfermines, unas fiestas que son el escaparate de Iruñea y de Nafarroa a nivel mundial, con miles de visitantes. Muchos de ellos, se habrán ido con una visión nada idílica de los sanfermines: control policial, represión y agresiones brutales.

En estas fiestas, al menos catorce personas han sido arrestadas por Policía Municipal y Policía Foral por motivos como in- crepar a Barcina, portar una camiseta de Segi, protestar ante una carga policial desproporcionada en la que agredieron a un niño de 12 años, colocar propaganda... Decenas de personas han sido agredidas por policías en cargas indiscriminadas, palizas por no someterse al autoritarismo policial, ¡por cantar!... La estela de Germán ha sido robada. La memoria colectiva de este pueblo, usurpada por los herederos ideológicos de aquellos trágicos hechos. La extrema derecha ha desfilado por nuestras calles, pero recortaron el recorrido para no escuchar las críticas de quienes siguen exigiendo un cambio social y político. Otra que ha visto recortado su recorrdio ha sido la poscrita ikurriña, vetada nuevamente en el Ayuntamiento y en el txupinazo mediante la ocupación y violencia policial.

Son algunos ejemplos, pero son sólo la punta del iceberg. Estamos seguros de que son muchas más las agresiones policiales que se producen y que que- dan sin denunciar.

Estos hechos responden a una estrategia planificada que busca crear tensión durante las fiestas y castigar a los sectores que durante el resto del año están implicados en diferentes luchas sociales, políticas o culturales. Estos Sanfermines han sido los más violentos de los últimos años, con agresiones, detenciones, multas y persecución.

Estamos convencidos también que muchos agentes de Policía Foral y Policía Municipal no quieren realizar este tipo de tareas represivas. Sin embargo, y dados los numerosos datos que avalan las acusaciones de brutalidad policial, estos agentes están tomando una postura cómplice al no denunciar estas actitudes violentas. Queremos, una vez más, invitarles a que rompan con su silencio y aíslen a sus compañeros violentos. Creemos que es necesario un posicionamiento claro por parte de los sindicatos en torno a las directrices que UPN y las jerarquías policiales imponen a los agentes, basadas en criterios que responden a las necesidades políticas que tiene UPN en Nafarroa e Iruñea. Este partido ultraderechista trata de imponer su modelo social y político a la ciudadanía navarra mediante la utilización de la violencia contra todo el que no comul- gue con sus ideas. En este sentido, utiliza a las policías como ariete represivo, crea ordenanzas municipales como el Pacto Cívico y ataca de todas las formas posibles al movimiento popular.

Por otro lado, partidos como PSN y NaBai, que habían prometido un cambio político para Nafarroa e Iruñea, no han sido capaces de articular las mayorías necesarias para evitar que UPN siga en el poder. De sobra es conocido lo que ha pasado en ciudades como Iruñea, Lizarra, Tafalla... lugares donde con la excusa de «la condena de la violencia» se deja gobernar al partido que la ejerce diariamente. Está por ver qué pasará en el Gobierno de Nafarroa, pero en las negociaciones la represión y la brutalidad policial no son temas que se tengan en consideración, por lo que nos tememos que NaBai estaría dispuesta a seguir otorgando un cheque en blanco al PSN en estas materias a cambio de cotas de poder, como ya lo hace con la violencia policial que emana de los cuerpos represivos que dirige PSOE/PSN, y que tal y como ya ha anunciado Rodriguez Zapatero, se seguirán aplicando, ahora si cabe, con más presión.

Y es que, los marcos políticos que nos imponen, entre ellos el Amejoramiento, que nunca ha sido refrendado por la ciudadanía navarra, son el origen de toda esta violencia. Estos marcos políticos necesitan de la violencia policial para evitar que las fuerzas que los ponen en tela de juicio puedan desarrollar su trabajo político. Y estos marcos políticos, a día de hoy, están asumidos como algo legítimo tanto por parte de UPN como por parte de PSN y ahora también NaBai. Estos últimos también han renunciado a un debate en torno al necesario cambio político real y profundo en Nafarroa.

Desde Askatasuna seguiremos denunciando estos hechos y a quienes de una u otra manera los utilizan políticamente para defender sus intereses. Continuaremos en la labor de dar un cambio real al escaparte navarro que nos han impuesto durante los últimos treinta años.