Tras trabajar como artista freelance, Vuk Jevremovic decidió estudiar Bellas Artes en Munich, donde descubrió la animación gracias a su trabajo como intérprete para Nedeljko Dragic, reconocido animador de la Escuela de Zagreb. En los últimos tres años ha visitado Euskal Herria en tres ocasiones y prevé volver el próximo año, tras comprobar «en propia carne el dicho de `mal tiempo y buena gente'».

¿De qué trata su taller?

El principal objetivo es acercar la animación a artistas que hasta ahora habían trabajado con diversas disciplinas artísticas -pintura, escultura...- y que no habían experimentado con la a-nimación. Pretendemos que después de participar en «Berbaoc» sean capaces de identificar elementos de su trabajo habitual y trasladarlos a la animación. Que puedan utilizar la animación como una herramienta más de su trabajo. Por otro lado, esperamos que al terminar el proceso en el que estamos inmersos tengamos cinco películas de un minuto de duración. Los participantes son cinco: tres de ellos son artistas más o menos cercanos a la pintura, que cuentan con una trayectoria y exponen sus trabajos habitualmente, y hay otras dos chicas jóvenes que siguen estudiando o están terminando sus estudios.

¿Cómo surgió esta iniciativa?

Isabel Herguera -coordinadora del taller- me habló sobre la posibilidad de realizar esto en febrero, durante el festival Animac en Arteleku 2007. Me con- tó, de manera muy breve, que tenía en mente un proyecto que contaría con gente de diversas disciplinas... y le dije inmediatamente que contara conmigo. Yo, como las personas que participan en el taller, también provengo del mundo de las Bellas Artes, que hasta el momento guarda distancia con la animación. Parece que la animación sirve únicamente como diversión, para hacer reír, y no se inscribe dentro del arte. Estos últimos años esa barrera ha empezado a diluirse con trabajos como el de William Krentridge, que se mostró en Documenta, pero en algunos aspectos aún continúa vigente.

Cuenta que los alumnos utilizan el sonido como guía argumental, partiendo de la composición musical «Berbaoc», para elaborar un corto de animación. Pero, ¿qué es «Berbaoc»?

Es una composición de Xabier Erkizia y quiere decir «palabras habladas, estas palabras». La base de esta pieza es una conversación con su maestro de música, Santiago Irigoyen, recientemente fallecido. La parte con la que estamos trabajando son los silencios que existen entre las palabras de la conversación. El sonido es, por tanto, muy abstrac- to. La primera vez que escuché la pieza me quedé pensativo, pero la segunda vez me di cuenta de la riqueza y las múltiples posibilidades que contiene. Es una composición muy inspiradora para nuestro trabajo.

Aún no ha acabado, pero, ¿está satisfecho con la experiencia?

Los primeros días he tratado de enseñarles las bases del trabajo de animación y ayudarles a despejar las dudas que podían tener. Xabier Erkizia nos ofreció cinco fragmentos de su composición «Berbaoc» y cada participante está trabajando sobre esa música que nos sive como hilo argumental. Algunos están trabajando solos y otros necesitan un poco más de ayuda, porque, por supuesto, cada uno se acerca a la animación partiendo de su experiencia previa como artista. Pero estoy muy feliz de ver cómo están trabajando.

¿Cómo se sumergió en el campo de la animación?

Fue por pura casualidad. Estudié Arquitectura y después comencé a pintar. Quería ser director de cine; propósito que se quedó en un sueño. Siempre me interesó el movimiento, y durante un tiempo pinté muchos animales en movimiento. Ahí es donde surgió para mí la conexión con la animación. Espero que al terminar el taller algunos de los participantes encuentren también la conexión entre su trabajo y la animación.

¿Y qué tal ve la situación de ese sector en la actualidad?

La animación es un arte muy directo. Existe, por un lado, la animación comercial que se proyecta en salas de cine y que co- nocemos todos. Por otro lado, existe otro tipo de animación más vinculado al arte y que se muestra en festivales más independientes, y en algunos canales de televisión. Creo que es un arte que puede transmitir muchas cosas en muy poco tiempo; tiene un gran poder de comunicación. Además, en los últimos años hemos visto que puede integrarse, como un recurso más, dentro de proyectos artísticos de diversas características.