El Consejo de Gobierno de Lakua aprobó ayer en los términos ya adelantados por el departamento de Cultura el decreto sobre la protección de la cueva de Praileaitz. El decreto declara monumento con categoría de bien cultural calificado a la cueva situada en Deba y establece la protección del yacimiento Praileaitz I. En todo caso, esa protección se antoja ciertamente limitada, dado que sólo queda efectivamente garantizado el uso exclusivamente científico en la propia cavidad. A partir de ahí, un radio de cincuenta metros de actividad restringida y poco más. Así, se limitan pero no se clausuran las actividades de la cantera cercana al yacimiento paleolítico.

Sin duda estamos ante un decreto conservador, que no conservacionista, ya que el mismo parece destinado más a velar por las actividades económicas que se desarrollan en el área de influencia de la cueva que a proteger de manera efectiva un patrimonio de indudable valor. Teniendo en cuenta, además, que los trabajos de prospección en ese yacimiento no han concluido y se extenderán en meses próximos a una cueva cercana, cabía esperar una actuación más decidida por parte de Lakua, en el sentido de preservar el conjunto en vez de optar por una sectorización que ni garantiza realmente la conservación de lo que hoy conocemos ni protege de antemano los futuros hallazgos.