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PROGRAMA DE CONCILIACIón DE LA VIDA LABORAL Y FAMILIAR

Nuevas ayudas para los trabajadores por el cuidado de hijos o familiares

El Ejecutivo de Gasteiz acaba de presentar un programa de ayudas para la conciliación de la vida familiar y laboral, que a las subvenciones públicas ya existentes por reducciones de jornada y excedencias para el cuidado de hijos suma las mismas prestaciones por la atención a personas dependientes. El plan contempla asimismo ayudas a las empresas para la contratación de sustituciones y a quienes contraten una persona a cargo de niños de hasta 3 años.

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GARA | GASTEIZ

El Ejecutivo de Gasteiz aprobó el pasado martes en consejo de gobierno un decreto que regula nuevas ayudas a la conciliación de la vida laboral y familiar. Así, a las ya conocidas por reducciones de jornada laboral y excedencias para el cuidado de hijos, este programa añade ayudas para compensar a los trabajadores que reduzcan sus horarios laborales o pidan excedencias para el cuidado de familiares dependientes. Además, contempla compensaciones a las empresas que contraten sustituciones en respuesta a estos casos y para los padres de hijos de entre 0 y 3 años que tengan que contratar una persona a su cuidado.

Lakua destinará 127 millones de euros, ampliables a 150, para hacer frente a los costes de estas prestaciones en el periodo 2007-2010. De estos, 42 millones corresponderán a las medidas más novedosas del decreto, las ayudas a los trabajadores que deseen dedicar más tiempo al cuidado de sus familiares dependientes y para la contratación de cuidadores de niños de 0 a 3 años.

El consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social del Gobierno de Lakua, Joseba Azkarraga, reasaltó del plan que pretende «fomentar la corresponsabilidad en la pareja, en especial por parte de los hombres, posibilitando un mayor tiempo de disfrute compartido de la excedencia o de la reducción de jornada».

Explicó que el programa «insiste en dos grandes líneas de actuación ya puestas en marcha con el primer plan de apoyo a las familias con hijos e hijas de 2001», que establece «las ayudas a personas trabajadoras que quieran acogerse a excedencia o reducción de jornada de trabajo para el cuidado de hijos» y «las ayudas a empresas para sustituir a las personas trabajadoras que se han acogido a una excedencia o reducción de jornada».

Además, la otra «gran novedad del decreto», en opinión del consejero, es el programa de ayudas a las personas trabajadoras que se acojan a una excedencia o a una reducción de jornada para el cuidado de familiares en situación de dependencia.

Asimismo, el decreto prevé también ayudas a las empresas. Azkarraga explicó que la primera línea de actuación es una continuación de las medidas vigentes hoy en día y que «ahora se mejoran mediante la inclusión, como situación subvencionable, de los supuestos de acogimiento familiar, permanente o preadoptivo y de tutela». También se establecen unos límites máximos de duración de los beneficios de las ayudas para promover una mayor implicación y corresponsabilización de ambos progenitores -sobre todo en el caso de los hombres- en el cuidado de sus hijos.

Mayor duración si son los dos

«En este sentido, el plazo de duración será mayor cuando sean ambos miembros los que se acojan a las ayudas», señaló el consejero, que añadió que desde la puesta en marcha del programa de conciliación en julio de 2002 el aumento en el número de trabajadores que se han acogido a estas medidas «ha sido importante».

Así, indicó que en 2003, los resultados revelan que la cuantía de las ayudas fue de 14,1 millones de euros y el número de personas beneficiarias ascendió a 6.750, de los cuales 6.417 fueron mujeres y 333 hombres. Frente a esto, en 2006, «la cuantía de las ayudas fue de 19,1 millones de euros y las personas beneficiarias fueron 10.725, de los que 10.069 fueron mujeres y 656 hombres».

Además, el decreto contempla mayores cuantías para los hombres. Azkarraga aseguró que «los hombres van implicándose poco a poco en la conciliación, aunque todavía de forma insuficiente», tal y como lo demuestra el crecimiento del porcentaje de solicitudes realizadas por hombres (5,2% en 2002 y 6,12% en 2006). En cifras globales, los hombres que se han acogido a estas medidas a lo largo de este periodo son unos 1.500.

Por todo ello, el titular de Justicia destacó que «este nuevo decreto trata de potenciar la corresponsabilidad de la pareja, ampliando el periodo de disfrute de las ayudas cuando se implican el padre y la madre».

El consejero añadió que la segunda línea de ayudas se dirige a las personas trabajadoras que desean dedicar más tiempo al cuidado de familiares en situación de dependencia, «lo que va en detrimento de su dedicación laboral y de sus ingresos habituales».

El programa, de aplicación en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa prevé cuantías para el cuidado de personas dependientes «iguales que las que rigen para las personas que cogen una excedencia o reducción de jornada para el cuidado de hijos» e, igualmente, contemplan la «discriminación positiva» hacia los hombres.

Así, la madres que se acojan a una excedencia laboral recibirán 2.400 euros al año, mientras que los padres recibirán 3.000 euros. En el caso de la reducción de jornada, las ayudas oscilan ente los 1.350 y los 1.800 euros en el caso de las mujeres (dependiendo del tiempo de reducción) y entre 1.800 y 2.400 euros en el caso de los hombres).

Por lo que respecta a las cuantías para la tercera línea de ayudas, la destinada a las empresas que efectúen contrataciones para sustituir a trabajadores por cuenta ajena o socios de cooperativas que se hayan acogido a excedencia o reducción de jornada para el cuidado de hijos o de familiares en situación de dependencia, el empleador recibirá el equivalente a la cotización empresarial por contingencias comunes a la Seguridad Social. Sobre este tema, el consejero Azkarraga manifestó que el programa de ayudas a las empresas también ha arrojado un «saldo positivo» desde su puesta en marcha.

Así, en 2003 Lakua subvencionó a 884 empresas para la contratación de sustitutos de los trabajadores y el montante total fue de 2,1 millones de euros. En 2006, el gasto en subvenciones ascendió a 2,2 millones de euros, y las empresas que se acogieron fueron 1.002.

Por lo que respecta a las ayudas para la contratación de trabajadores a domicilio al cuidado de hijos menores de 3 años, «está encaminado a ayudar a aquellas familias cuyos hijo no estén matriculados en una escuela infantil financiada con presupuesto público» y financia entre el 50% y el 100% del coste de cotización a la Seguridad Social desde el final del descanso por maternidad. La cuantía de la ayuda a percibir irá en función de la renta familiar y del tamaño y composición de la unidad familiar.

Ezker Abertzalea ve «un parcheo» en lugar de soluciones reales

El grupo parlamentario Ezker Abertzalea consideró que el decreto de Lakua de ayudas a las familias «es un nuevo parcheo, en el que no se toman medidas efectivas que den solución a los problemas reales de las familias». La representación abertzale señala que algunas aportaciones realizadas por su grupo han sido recogidas, «pero otras, las más importantes, no han sido tomadas en cuenta, como por ejemplo el papel que juega la mujer en las familias, que debe ser tratada como trabajadora, con todos los derechos que se origina, no como mera cuidadora, y para todas las mujeres, no sólo para las que están incluidas en el mercado laboral».

El grupo parlamentario criticó asimismo que se contemplen ayudas para contratar a personas al cuidado de niños de hasta 3 años, pero no para personas, madres padres que quieran hacerse cargo del cuidado de esos niños. «También se proponen medidas fiscales pra ayudar a las familias, pero hay familias que no llegan al mínimo de los ingresos para realizar la declaración de la renta y no les van a llegar estas ayudas». Opinó al respecto que en lugar de medidas fiscales, el Ejecutivo debería haber apostado por las prestaciones sociales. Ezker Abertzalea también destacó que «no se toman medidas contra la precariedad laboral, el grave problema de la vivienda, que son algunas de las razones más importantes por las que las familias necesitan ayudas». De hecho, en lo que respecta al problema de la vivienda el grupo parlamentario reiteró que Lakua debería dar prioridad sobre la propiedad, a la oferta de vivienda en régimen de alquiler social destinado a las familias.

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Los sindicatos piden políticas y servicios para hacer frente a las necesidades reales

El sindicato ELA consideró sobre las ayudas anunciadas por Lakua «que «estamos ante una campaña de imagen para tratar de cubrir el ridículo en el que ha quedado el Gobierno vasco cuando el Gobierno de Zapatero ha decidido dar una ayuda económica de 2.500 euros por nacimiento de cada hijo, 6 veces más que la asignación normal que da el Gobierno vasco en esos mismos casos».

La responsable de Género de ELA, Amagoia Lasagabaster, tildó de «inaceptable» la ayuda prevista para la contratación de trabajadores para el cuidado de menores y señaló que en lugar de ello, se deben crear las plazas suficientes para garantizar toda la demanda en guarderías públicas. A su juicio, «la mejor política de apoyo a las familias es el desarrollo de los servicios públicos que cubran las necesidades sociales de cuidado de personas mayores o menores», ya que con las medidas anunciadas, las instituciones «pretenden que sigan siendo las familias, es decir, las mujeres, quienes asuman el peso de las tareas».

La portavoz del sindicato LAB, Maixabel Gaztañaga, que consideró el decreto «un parcheo», en lugar de poner en marcha «una estrategia integral». A su juicio, ésta supone implantar «políticas reales de igualdad, una red de servicios sociocomunitarios y educativos que den respuesta a todas las necesidades de las personas, y cambios estructurales en el empleo». Además, afirmó que «en el caso de los hombres se hace una discriminación positiva con ayudas mayores», pero, a su juicio, «no se trata de una medida válida para que se impliquen en las tareas que les corresponden, en el reparto igualitario del trabajo». LAB criticó «la situación de discriminación total y absoluta que sufren las empleadas de hogar con un régimen especial, y el colectivo de trabajadoras de personas dependientes», y afirmó que para que su situación se «dignifique no basta con que se les dé de alta en la seguridad social».

Por su parte, CCOO coincidió con las críticas de ELA y LAB, y demandó también una política integral e infraestructuras suficientes, y la Asociación de Trabajadoras de Hogar de Vizcaya pidió que se exhorte a la Inspección de Trabajo a controlar «las condiciones de trabajo y la falta de alta en la Seguridad Social de las trabajadoras domésticas», y «medien» en la contratación para evitar «que tengan que ponerse en manos de agencias privadas».

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