Araceli Medrano 2007/07/17
Violencia de género y dependencia emocional
Las noticias sobre la muerte trágica de mujeres a manos de su compañero sentimental ocupan un espacio casi diario en los medios de comunicación. El caso de la muerte de Asun Villalba (...), y el de otras mujeres con nombre y apellido que retiran denuncias que habían interpuesto por maltrato físico o psicológico, pone en evidencia el conflicto emocional que las une a quien las maltrata. Una cuestión cardinal a descifrar es la serie de motivos y causas que llevan a una mujer a depender emocionalmente de un compañero que le maltrata física y psicológicamente. (...)
(...) para prevenir la violencia contra las mujeres es necesario que desde el ámbito educativo, familiar e institucional se favorezcan cambios cognitivos, emocionales y de comportamiento en los niños y jóvenes para construir la igualdad y compartir la diferencia subjetiva.
Los esquemas cognitivos comenzarán a dar señales de cambio real el día en el que cada vez sea mayor el número de personas que no acepten con una sonrisa de resignación cínica (por las paradójicas ventajas que implica) las facilidades de los hombres para acceder a puestos de trabajo mejor remunerados y que no defiendan con teorías biológicas la tendencia innata de algunos varones para expresar su agresividad.
Ese día las mujeres tendrán menos motivos de orden afectivo, educativo y económico para depender del otro y poder realizar, en su caso, la travesía de un duelo de separación afectiva que no implique su destrucción. Seguro que para entonces, se habrá modificado el artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento criminal (1882), que exime a las mujeres de la obligación de declarar contra el agresor, para proteger, si lo desea, los vínculos de solidaridad familiar.