Un inesperado «sucesor» del guerrero del menhir de Soalar junto al Castillo de Amaiur
El menhir de Soalar es único en su género. En toda Europa no existe ni un solo megalito con grabados que representen un guerrero prehistórico. Desde ayer, este pétreo «gudari» baztanés cuenta con un inesperado sucesor junto al camino que conduce al histórico Castillo de Amaiur: el Monumento al Resistente Desconocido.
Iñaki VIGOR
Pedro Esarte no es sólo un meticuloso historiador baztanés que está redescubriendo a los navarros la historia ocultada por el poder español, es también una persona inquieta que intenta proyectar hacia el futuro los descubrimientos que hace en archivos y bibliotecas. Cuando comenzó a investigar el pasado de los Infanzones de Obanos descubrió que hubo más de 180 baztaneses sancionados por ser infanzones, perseguidos por reyes que no admitían que la justicia fuese hecha por los naturales del país. Pedro Esarte se dio cuenta de que este movimiento no se limitaba a este pueblo ubicado junto a Gares, sino a todo el territorio navarro. Mientras escribía su libro sobre los Infanzones de Obanos, decidió crear una asociación cultural con el nombre del conocido lema en latín: «Pro libertate patriae gens libera state». Su objetivo era «favorecer la expansión de la cultura navarra, es decir, de la cultura vasca», explicaba ayer el propio Esarte. Tal vez por ello, el actual Gobierno Foral, respaldado por el Tribunal Superior de Justicia de Nafarroa, impidió la legalización de esta asociación.
Pero el conocido historiador baztanés no es persona que se rinda fácilmente. Asesorado por su abogado, decidió inscribir la asociación en Gipuzkoa, «en la Navarra marítima», como él la denomina, y allí no encontró ningún impedimento.
La primera acción pública de esta asociación ha sido precisamente levantar un monumento con el lema de los Infanzones de Obanos. Pedro Esarte consiguió la colaboración del Ayuntamiento del Valle de Baztan y del alcalde-jurado de Amaiur, ya que ha sido precisamente este emblemático pueblo el lugar elegido para instalar el nuevo monumento.
Al mismo tiempo, Pedro Esarte encargó su construcción al escultor y etnógrafo iruindarra Pello Iraizoz, con la única condición de que figurase grabado el lema de los Infanzones de Obanos, tanto en latín como en euskara: «Aberri askearen alde jendea libre jaiki». El historiador baztanés comentaba ayer que, probablemente, ésta haya sido la primera vez que este lema se traduce a lengua vasca.
«A partir de ahí, haces el monumento como tú quieras», le dijo Esarte a Iraizoz. El escultor recibió una piedra natural de cuatro metros de altura y más de dos toneladas de peso, con una cara aserrada, plana. En ella ha grabado diversos emblemas del antiguo Estado de Navarra, comenzando por su escudo original: una especie de sol o estrella de ocho puntas, denominado carbunclo, que aparece en monumentos y decorados del antiguo reino vasco. En algunos casos está acompañado por la media luna, que también aquí ha sido representada.
Debajo aparece grabado el posterior escudo de Nafarroa, que procede precisamente del carbunclo. «Se trata del escudo de las barras, que luego se acaban pomelando y se convierten en las actuales cadenas. Es mentira esa historia de que procede de la Batalla de las Navas de Tolosa. Es una mentira castellana que ha ido cuajando a lo largo de los siglos, porque los castellanos no admitían que Navarra ya tuviera sus propios emblemas mucho antes que ellos y de que existieran el reino de Castilla y el de España», explicaba Pello Iraizoz.
Su monumento se completa con otros dos símbolos que aparecen en monedas del antiguo Reino de Navarra, y el resultado es una obra de arte impactante, tal como lo reconocían con fuertes aplausos las personas que ayer a las 12.00 asistieron a su inaguración en Amaiur.
Una curiosa casualidad
Lo que no se esperaba Pello Iraizoz era encontrarse para este trabajo con una piedra muy similar al menhir de Soalar, un monumento megalítico que fue tallado hace 5.000 años precisamente en el Valle de Baztan. Este impresionante megalito tiene diversos grabados en una de sus caras y representa a un guerrero prehistórico. Según los especialistas, habría sido levantado en el monte Soalar, desde el que se domina casi todo el valle, para advertir a los advenedizos que esa tierra ya estaba ocupada.
Además de la forma, el contenido de la obra de Pello Iraizoz también recuerda al menhir de Soalar, no sólo porque toda la piedra es un compendio de símbolos anteriores a la invasión castellana, sino porque ha sido bautizada como «Monumento al resistente desconocido». Pero hay más. Ha sido colocado justo en el camino que desde Amaiur asciende al histórico Castillo, último foco de resistencia frente a la invasión que condicionó el futuro de Nafarroa. «Es verdad que existe muchísima similitud entre ambos, pero ha sido casualidad», reconocía el autor.
Pedro Esarte ponía de relieve que, al contrario que otros países, Euskal Herria no cuenta con monumentos al «soldado desconocido», expresión que él no comparte. «Yo lo llamaría Monumento al resistente vasco, porque los habitantes de este país siempre lo han defendido por un ideal y no por el cobro de soldadas, como ha ocurrido en otros lugares», explicaba.
A partir de ahora, confía en que la asociación que ha creado vaya creciendo «conforme la gente vaya adquiriendo conciencia de que la navarridad no es la que nos han explicado los que mandan, sino la de los que no pudieron escribir su historia porque fueron sancionados, desterrados o muertos por la violencia del poder».
Además de Miguel Jose Ariztia, alcalde-jurado de Amaiur, y de la alcaldesa de Baztan, Virginia Aleman, a la inauguración asistieron personas como Patxi Urrutia, Iñaki Perurena, Josu Goia, Tomás Urzainki, Juan Mari Olano o el presidente de Nabarralde, Tasio Agerre.