«Hay mucha gente que me había eliminado, pero la carrera no está terminada», manifestó ayer Alexander Vinokourov al atravesar la línea de meta de Albi con el mejor tiempo de una contrarreloj que ha devuelto a su equipo Astaná el papel de favorito de este Tour. Una crono que ha hecho buena la apuesta en favor suyo realizada por sus directores en medio de las críticas de los que daban ya por descartado al estandarte kazajo.

Tras ganar, Vinokourov manifestaba que «desde hace dos días estoy mucho mejor. Los anteriores han sido muy duros. Casi he pensado en el abandono, pero con la ayuda de mis compañeros y de los espectadores superé los Alpes y ahora ya he recuperado mis piernas».

Añadía que «pensaba que para ganar el Tour tenía que marcar las diferencias en las cronos. En mis planes entraba coger el maillot aquí. Las cosas han cambiado, pero el Tour acaba en París. He perdido mucho tiempo en los Alpes, pero quedan aún los Pirineos y ahora yo y mi equipo tenemos una gran motivación, como se ha visto con la crono de Kloden y Kashechkin».

Porque la contrarreloj ha cambiado por completo la situación de los Astaná. En Briançon Vinokourov lloraba en la línea de meta y ayer sonreía: «He dado todo. Al final estaba cansado, pero estoy mejor que en los Alpes y estoy contento de esta actuación. El otro día estaba muy mal, pero ya dije entonces que iba a intentar hacer el máximo. Agradezco a todos los espectadores que me han animado en la carretera. Gracias a ellos he pasado los Alpes y esperemos que haya un buen espectáculo ahora en los Pirineos».

De cara a la general considera a Cadel Evans el máximo rival: «Ha aguantado bien y tiene muchas opciones porque mantiene una gran diferencia. Rasmussen también tiene ventaja, pensaba que iba a perder más, pero yo puedo atacar en la montaña con las piernas y con la motivación que tengo. Los escaladores Valverde, Sastre y Mayo han perdido mucho tiempo, pero en Pirineos puede cambiar todo y no hay que descartarlos».

Kashechkin: «Me alegro por él»

En parecida línea se manifestó su fiel compañero y amigo Kashechkin. Pocos entendieron que él renunciara a sus opciones para apoyar a Vinokourov en el Galibier, pero él defendía ayer la estrategia del equipo: «Siempre hemos pensado que Vinokourov podía luchar por el triunfo final. En un Tour todos los días cambia mucho el panorama. Un día pierden unos, luego otros... Por eso no hay que correr delante de los trenes».

Kashechkin, que fue uno de los que se cayó ayer, recordaba que «al comienzo del Tour hemos tenido mala suerte con todas las caídas, pero ahora estamos muy motivados para los Pirineos. El equipo está mentalizado para hacerlo bien. Yo estoy muy contento por Alexander, porque ha hecho una buena crono. La carrera no está acabada y vamos a continuar así».

La exhibición de Alexander Vinokourov en la contrarreloj de ayer en Albi ha hecho buena la estrategia seguida por el equipo impulsado por el Gobierno de Kazajistán y creado en apoyo de Vinokourov para que pudiera ganar su primer Tour.

Por todo ello y porque el líder tiene un carisma personal muy grande y es muy querido por todos sus compañeros, tanto Kloden como Kashechkin perdieron tiempo en las etapas de los Alpes para reducir la desventaja de un renqueante Vinokourov con los restantes favoritos y algunos habían entendido que Astaná se había equivocado de táctica. Pero tras el ataque camino de Montpellier y lo sucedido ayer en Albi, el equipo kazajo-suizo ha salido muy reforzado.

Su director, el que fuera brillante sprinter italiano Adriano Baffi, defendió en declaraciones a GARA la estrategia del Astaná: «Hemos hecho el máximo por el equipo y hemos defendido la apuesta que considerábamos mejor. Se hablaba de que Kloden había perdido 1:20 o que Kashechkin había cedido dos minutos por ayudarle, pero en una gran vuelta hay que tener en cuenta muchas cosas y en este tema estábamos muy tranquilos porque hicimos la mejor estrategia que debíamos hacer».

Sobre todo porque en el seno del equipo Astaná se pensaba que Vinokourov se iba a recuperar bien de la caída sufrida antes de los Alpes: «Pensábamos que era posible curarse antes de sus heridas, pero ha resultado más complicado de lo previsto. Y cuando tienes dolores no puedes ir tan rápido como quisieras. Cuando tenía que afrontar alguna situación de más dureza y hacía presión en la rodilla lo acusaba y es duro de aceptar».

Pero Adriano Baffi recuerda que también Kloden ha tenido problemas tras su caída y que hasta la contrarreloj de ayer era una incógnita el rendimiento que podía dar: «Nosotros estamos tranquilos de la táctica que hemos seguido por eso, porque también Kloden debía recuperarse de su caída, también tenía dolores y no podía dar toda su capacidad, aunque es verdad que se ha recuperado un poco antes que Vinokourov».

La respuesta, tras los Pirineos

Por eso considera que todas las incógnitas se despejarán en las tres etapas de los Pirineos que van a afrontar los ciclistas a partir de hoy, todas con final en alto: «Nosotros vamos a mirar cómo estamos después de las tres etapas de Pirineos porque en la crono final Kloden y Vinokourov son dos especialistas».

Lo que admite Adriano Baffi es que el tiempo perdido en las etapas de los Alpes es una desventaja importante en un Tour tan igualado: «Partimos con un hándicap, pero la grandeza del ciclismo se basa en luchar hasta el final y creemos que Vinokourov, Kloden y Kashechkin están en el buen camino para intentarlo. Los tres han intentando encontrar la condición física para poder demostrar su calidad».

Y a pesar de todos los golpes sufridos en el plano físico y psicológico, Astaná ha demostrado una gran fortaleza como lo confirmó ayer y en su ataque camino de Montpellier. Adriano Baffi entiende que la entereza con la que Alexander Vinokourov ha llevado su calvario particular ha sido un revulsivo para todos sus compañeros.

El director italiano elogia al líder del equipo: «Como persona nos ha demostrado que es más que un campeón. Lo estoy conociendo ahora, es el primer año que trabajamos juntos y es una gran persona. En los momentos más duros de la carrera ha sido él quien nos ha dado confianza y alegría a todos los demás. Porque cuando ves a tu jefe de filas que no puede andar, que las heridas tardan en curarse mucho más de lo que esperábamos, te vienes abajo. Pero lo ha sabido llevar muy bien y nos ha levantado la moral a los demás cuando estaba en situación difícil».