Soler atiende a GARA mientras espera su turno en la peluquería que está a disposición de los ciclistas en el Village Depart antes de cada salida en el Tour. Lo hace con la tranquilidad que le da su gran actuación.

¿Esperaba un debut en el Tour tan positivo?

Gracias a Dios todo ha ido muy bien hasta el momento para mí y para el equipo, que está bien y, en mi caso, trato de ahorrar las fuerzas que nos queden para ver si podemos llegar bien a París. Estoy satisfecho con lo conseguido y quisiera terminar este Tour porque cada día que pasa es más duro, se siente mucho más la fatiga. Pero si me siento bien, volveré a intentarlo para lograr otro triunfo en Pirineos.

¿Soñaba con lograr un triunfo de etapa?

Soñar sí, pero nunca pensé que se fuera a hacer realidad. De hecho no supe que la podía ganar hasta cuando faltaban 400 metros, porque hasta entonces lo veía muy difícil. Había mucho viento y parecía que nunca llegaba la meta.

Sin embargo, los favoritos apenas le quitaron tiempo por detrás en la bajada y en el llano. Además es alto, no tiene el típico cuerpo de un escalador... ¿Eso quiere decir que se puede defender en todos los terrenos?

Subiendo siempre me he defendido y he andado bien, pero bajando otras veces he cometido errores. Camino de Briançon lo hice bien en todos los terrenos y esto me da tranquilidad para pensar que en el futuro se puede mejorar en esas facetas en las que no somos tan fuertes.

¿Es verdad que empezó a andar en bicicleta tras ver el Mundial de Colombia en el que ganaron sus títulos Olano e Indurain?

Sí, empecé a los 16 años. Aquel Mundial lo vi por televisión porque estaba en Boyacá, pero era un niño de doce años como para acercarme al circuito. Entonces no sabía nada de bicicletas, pero recuerdo que lo vi con atención y después me inicié a montar en bicicleta y vi los vídeos de Indurain, que siempre ha sido mi ídolo.

¿Hasta qué punto se ha puesto el ejemplo del navarro?

Cuando yo comencé a aficionarme a la bicicleta el corredor más fuerte que había era Indurain y se me ha metido en la cabeza que quería ser un día como él. Sé que es difícil, pero me gustaría llegar a imitarlo algún día.

¿Se plantea incluso ganar el Tour como hizo él?

¿Por qué no? Pero admito que casi es imposible porque tendría que mejorar muchísimo en la contrarreloj, en el llano y en la parte de descenso. Pero trataremos de intentarlo.

Su actuación en este Tour va a provocar que suba mucho su cotización. ¿Cual es su situación contractual?

Sólo tengo contrato para este año con Barloworld, pero me gustaría seguir trabajando con Claudio Corti, el manager de este equipo. Para mí ha sido una gran persona y me ha apoyado siempre. Esta temporada he tenido problemas de salud y él ha estado conmigo en todo momento, me ha respaldado y sin hacer muchos resultados me ha traído a este Tour. Por eso estoy muy agradecido a esta escuadra y quisiera seguir con él en el futuro.

¿Cómo se vivió en su país la primera victoria de un colombiano en el Tour desde que ganó Santiago Botero dos etapas en la edición del 2002?

Me han dicho que el día que gané la etapa Colombia se ha paralizado, pero prefiero no pensar en ese tipo de cosas porque aquí necesitamos todas las fuerzas para seguir adelante. No quiero estresarme y no pienso en eso.

¿Cuáles son las felicitaciones más especiales que recibió tras su triunfo?

Nunca pensé que me llegara a llamar el presidente de la República, que me llamó para felicitarme. También el embajador de Colombia en Francia y esto nunca me lo había imaginado que me podía pasar.

Desde aquella etapa viste el maillot de la montaña. ¿Es un objetivo para este Tour?

Este maillot nos gusta mucho a los colombianos. Vestirlo en París sería otra gran ilusión, se cumpliría otro sueño. Pero por ahora vivimos el momento y esperemos que lleguen los Pirineos para ver cómo estamos. Espero que las piernas me respondan como en los Alpes.