Un fallo en un radar provoca retrasos en Brasil mientras Lula pide calma
El sistema aéreo brasileño vivió ayer una nueva jornada problemática, después de que un radar de Manaos quedara fuera de servicio durante dos horas. Varios vuelos internacionales tuvieron que ser desviados. Horas antes, Lula da Silva pidió calma a la ciudadanía.
GARA |
Apenas unas horas después de que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmara en una locución televisiva que «la seguridad del sistema aéreo del país es compatible con todos los padrones internacionales», una nueva avería volvió a llevar la alarma a los aeropuertos.
En esta ocasión, el fallo se produjo en el Centro Integrado de Defensa Aérea y Control del Tráfico Aéreo de la ciudad de Manaos, capital del estado de Amazonas, y afectó a la comunicación de vuelos entre el norte de Brasil, América Central y del Norte. Así, al menos cuatro aviones de American Airlines que volaban hacia Sao Paulo y Río de Janeiro se vieron obligados a regresar de nuevo al aeropuerto internacional de Miami, de donde habían partido. Un cuarto avión se vio obligado a volver a Fort Worth (EEUU). Aviones que tenían previsto salir de Brasil hacia Colombia, Venezuela y Panamá no pudieron despegar.
El motivo por el que el radar de Manaos se apagó durante más de dos horas sigue siendo una incógnita.
«Rigor y serenidad»
Lula de Silva, mientras, en su mensaje a los brasileños tres días después del accidente de Sao Paulo en el que murieron cerca de 200 personas, dijo que su gobierno trabaja «con rigor, serenidad y sin precipitaciones, para conocer la verdad y no cometer injusticias».
«El mayor problema hoy es la excesiva concentración de vuelos en Congonhas», admitió Lula, que añadió que «las autoridades están trabajando con rigor para conocer la verdad y con serenidad para no cometer injusticias».
Aunque reconoció que no se puede permanecer impasible ante el dolor de las familias y los riesgos de seguridad, el presidente brasileño pidió no «no tomar actitudes precipitadas».
«No logramos aceptar la tragedia. Y yo, personalmente, sufro como padre, como esposo y como presidente. No se puede hacer nada para traer de vuelta a aquellos que amamos y perdimos, pero el Gobierno está haciendo todo lo posible e imposible para determinar las causas del accidente», añadió Lula.
Junto a ello, el presidente brasileño anunció que tomará una serie de medidas para incrementar la seguridad en el aeropuerto paulista de Congonhas. A partir de ahora, esta terminal se dedicará únicamente a la aviación regional y al puente aéreo con Río de Janeiro y dejará de ser un aeropuerto de distribución de vuelos, conexiones y escalas. «Congonhas cumple con las normas, pero tienen que ser más severas», añadió.
Varios vuelos que unían Brasil con Estados Unidos, Colombia, Venezuela y Panamá tuvieron que ser desviados o retornar al aeropuerto de origen por el fallo de la estación de radar de Manaos.