Gadafi consigue el visto bueno de la UE tras liberar a las enfermeras
Muamar al-Gadafi ha conseguido romper el aislamiento internacional al que estaba sometida Libia, tras autorizar la salida de las seis enfermeras búlgaras y el médico palestino que fueron condenados a muerte tras ser acusados de infectar de sida a más de 400 niños. Trípoli ha logrado un acuerdo de asociación con la UE y dejar atrás la acusación occidental de ser un «régimen que financia el terrorismo».
GARA | TRÍPOLI
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció ayer que efectuará un viaje político a Libia tras la liberación de las seis enfermeras búlgaras y un médico palestino que fueron condenados a muerte tras ser acusados de contagiar deliberadamente el sida a cientos de niños en un hospital de Bengasi, gracias a un acuerdo que, según la UE, «contribuirá a normalizar» las relaciones con el país árabe, que hasta el momento ha vivido de espaldas a su vecino del norte del Mediterráneo y del resto de países occidentales.
«Hemos logrado un éxito político y humanitario», se felicitó el ministro libio de Exteriores, Abelrahman Chalgham.
A lo largo de las negociaciones en torno a la liberación de las enfermeras, Libia ha mantenido una posición de fuerza, rechazando las ofertas de la UE de incorporarse al proceso euromediterráneo de Barcelona o al proceso informal de Diálogo del Mediterréneo Occidental.
Según explicó Chalgham, Libia exigió -y ha logrado- un acuerdo de asociación con la UE para desarrollar proyectos sanitarios, educativos, arqueológicos y de vigilancia de fronteras.
«Hemos logrado garantías de que se van a normalizar las relaciones con los países europeos», reconoció a France Presse un alto funcionario libio que quiso permanecer en el anonimato.
Desde el lado de la UE, también se destacó que se ha abierto «una nueva era» en las relaciones con Libia. Así, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, apoyó la normalización de relaciones con Trípoli, mientras que la comisaria de Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, habló de que a partir de ahora se abre «una relación nueva y reforzada».
Ferrero-Waldner ha llevado el peso de la última fase de las negociaciones con Libia, junto con la esposa del presidente francés, Cécilia Sarkozy.
Las seis enfermeras búlgaras y el médico palestino que fueron condenados a muerte vieron conmutada esta pena después de que la UE aceptara indemnizar con un millón de dólares (723.500 euros) a cada una de las familias de los más de 400 niños infectados por el sida.
Todos ellos han negado durante estos años las acusaciones de la Fiscalía libia y han atribuido la infección masiva a las pésimas condiciones sanitarias del hospital de Bengasi.
Ayer, todos ellos recibieron el permiso del Gobierno libio para abandonar el país africano a bordo del avión presidencial francés que los trasladó hasta Sofía, la capital de Bulgaria, donde fueron recibidos por sus allegados. Muchos de ellos llevaban ocho años sin ver a sus familiares.
Nada más pisar suelo búlgaro, el presidente del país, Georgi Parvanov, les concedió una amnistía con efectos inmediatos. El médico palestino Achraf Joumaa Hajouj -recientemente nacionalizado búlgaro- se dirigirá en los próximos días a los Países Bajos, donde se encuentra refugiada su familia.
«Gadafi, el vencedor»
A juicio de Emmanuel Altit, uno de los abogados franceses de las enfermeras, Muamar al-Gadafi «ha conseguido un triunfo diplomático» en esta crisis, «ya que ha conseguido todo aquello que pretendía».
Considerado por EEUU y la UE como «uno de los promotores del terrorismo internacional», Libia ha sufrido un embargo y un bombardeo de Washington. En los últimos años, las costas libias se han convertido en el punto de partida de las rutas de inmigración clandestina que trataban de alcanzar la costa italiana, antigua potencia colonial.
Con este acuerdo, Gadafi ha dado la vuelta a esta situación y ha logrado convertirse en un nuevo socio de la UE.
El eurodiputado y miembro de la Ejecutiva del PS Pierre Moscovici pidió ayer al ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, que explique cómo se desarrolló la mediación francesa en Libia.
«En democracia hay que rendir cuentas cuando se piden», declaró Moscovici a la radio France-Info. «Por eso pido que el Parlamento pueda escuchar al ministro de Asuntos Exteriores para saber cómo ha sido conducida la negociación», añadió.
«Si ése no es un asunto para el Ministerio de Asuntos Exteriores, ¿cuál es un asuntos para ese ministerio? ¿Estaba justificada la presencia de la primera dama?», preguntó Moscovici.
A su modo de ver, «la manera en que ha actuado la diplomacia francesa ha sido poco transparente».
Mientras, Nicolas Sarkozy recibía alabanzas por su gestión de esta crisis con Libia. Así, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, destacó el papel de Sarkozy y de su esposa en la liberación de las enfermeras.
«Es cierto que llevábamos mucho tiempo haciendo esfuerzos y que existía una firme determinación por parte de la Comisión, pero también es verdad, y es justo decirlo, que el compromiso personal del presidente francés y su mujer ha sido esencial para que el movimiento pueda producirse ahora», destacó Durao Barroso.
El Ayuntamiento de Sofía se sumó a este reconocimiento, nombrando a Nicolas y Cécilia Sarkozy y a Ferrero-Waldner «ciudadanos de honor» de la capital búlgara por sus gestiones para lograr la liberación de las enfermeras.
«Tras ser detenida, me pegaron y torturaron con electricidad hasta que me obligaron a confesar», declaró Valentina Siropulo, una de las enfermeras búlgaras al canal italiano de televisión SkyTG24.