Un nuevo atentado se cobró la vida de al menos 26 personas en Hilla, al sur de Irak. Muchas de las víctimas son mujeres y niños que en el momento de la explosión del coche bomba, conducido por un kamikaze, se dirigían a un hospital infantil ubicado junto a un mercado popular, en el centro de la ciudad.

Además del coste humano, diez coches resultaron calcinados debido a la gran explosión y muchas tiendas e inmuebles de la zona también quedaron seriamente dañadas. El atentado tuvo lugar a las 9.00, hora punta en la que la mayoría de iraquíes acuden a sus puestos de trabajo. Las autoridades desconocen cuál era el blanco del ataque.

En marzo, dos hombres con sendos cinturones explosivos detonaron sus cargas en medio de un nutrido grupo de peregrinos que iban a Kerbala para celebrar el final del luto por la muerte de al-Husein, nieto de Mahoma. Aquel atentado dejó más de 120 muertos.

En Bagdad, la Policía iraquí encontró 24 cadáveres con claros signos de haber sido torturados y ejecutados.

Todo ello en el día en que los embajadores de EEUU e Irán se reunieron en la oficina del pimer ministro Nuri al Maliki para hablar de la violencia en Irak.

Por su parte, la ministra iraquí de Medio Ambiente, Nermin Othman, aseguró que el uso de armas con uranio empobrecido durante la «Operación Impacto y Temor» de 2003 es la causa del actual incremento de casos de cáncer en todo el país. «Al menos 350 lugares fueron contaminados durante los bombardeos» estadounidenses.

Irak tiene 140.000 casos de cáncer, con una tasa de entre 7.000 y 8.000 nuevos casos cada año, subrayó en la cumbre ministerial de la Liga Árabe.