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El mundo peligra por culpa de una loca familia de Springfield

La familia disfuncional más famosa de la tele, los Simpson, se pasan al cine tras una intensa campaña promocional que ha teñido los EE.UU. de color mostaza. La película convierte a la prototípica ciudad norteamericana de Springfield en foco de peligro de contaminación.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

¿Cómo se hace para que la versión cinematográfica de una serie de televisión que lleva ya veinte años en antena pueda despertar interés en el público? Con una enorme campaña de promoción; así de sencillo. La película de «Los Simpson» es algo de lo que se viene rumoreando hace muchos años y, en los últimos, la insistencia se ha ido haciendo más fuerte. No bastaba con que a diario una cadena emitiera en abierto los nuevos capítulos de la serie, ya que el trailer de la tan anunciada película estaba por todas partes. Este se hizo con tanta anticipación que, cuando la película ha estado terminada, no ha coincidido en nada con el contenido del definitivo largometraje.

La idea de los ejecutivos de Hollywood es que cuando lanzan una película como «Los Simpson» el mundo se someta a un lavado de cerebro colectivo, destinado a que la realidad cambie de aspecto hasta adquirir un dominante color mostaza, el de los personajes creados por Matt Groening. En la distancia, a los europeos nos puede quedar el consuelo de que el epicentro de la campaña ha estado situado en los Estados Unidos, donde se le da el tratamiento de producto nacional indispensable. La identificación allí es tan grande que se ha organizado un concurso para elegir cuál iba a ser la ciudad del estreno, habida cuenta de que en casi todos los estados hay una localidad llamada Springfield. De entre las catorce finalistas resultó ganadora la de Vermont, gracias a un corto realizado por un adolescente en el que todos los habitantes de ese pueblo perseguían un donut gigante que rodaba por sus calles, hasta ir a parar a la sala de cine local donde se proyectaba la película.

Pero no sólo en los muchos lugares llamados Springfield había expectación; el proceso transformador llegó también a todos los enclaves con una sucursal de la cadena de supermercados Seven-Eleven, decorados para la ocasión con el logo y apariencia externa de la tienda Kwik-E-Mart, que es la que regenta Apu en la serie. Incluso fueron creadas marcas procedentes de la ficción para el lanzamiento, como los cereales Krusty-O o la Buzz-Cola.

Para el guión de la película se barajaron distintas opciones, con argumentos que en la mayoría de los casos no superaban el contenido habitual de los capítulos de media hora, contando las interrupciones comerciales. Nunca funcionó la idea de alargar uno de esos capítulos, así que había que desarrollar un concepto propio del largometraje. Se habló de utilizar el que estaba dedicado a salvar la fauna de los manatís y, aunque pronto fue descartado, al final sí que ha prevalecido el mensaje ecologista. Los cambios efectuados en el desarrollo del guión han sido tan constantes que la Fox no ha necesitado ocultar la historia a los foros de Internet y a los medios de comunicación. No podía ser de otra forma, dado que el equipo de guionistas encabezado por el creador Matt Groening y el productor James L. Brooks contaba con un total de once miembros. El punto de partida reside, cómo no, en la consabida torpeza de Homer Simpson, quien contamina accidentalmente el río de Springfield provocando la evacuación de toda la población, así como su despido de la central nuclear en la que trabaja.

La persecución a Homer para ser linchado por las masas exaltadas ha hecho que el realizador David Silverman, aparte de inspirarse en otras películas de animación, se haya fijado en el clásico de John Sturges «La conspiración del silencio», con lo que Homer adquiriría el rol encarnado por Spencer Tracy. También hay una afinidad estética debido a la utilización del formato panorámico, más habitual en las películas con personajes de carne y hueso que en las de dibujos animados. El trazo sigue siendo fiel al estilo original de Groening, para lo que se ha utilizado la técnica tradicional de la animación en dos dimensiones. Lo que sí se ha querido mejorar con respecto a la pequeña pantalla es el color, decididamente más intenso y más mostaza que nunca.

EL GUIÓN

«Empezamos a escribir el guión y no paramos -dice uno de los guionistas, James L. Brooks-. Lo más duro fue prestar atención prolongada y extraordinaria a cada chiste y cada latido; estar tensos cada día y seguir fingiendo que éramos una banda de bromistas insensatos y despreocupados».

Estreno

Título original:

«The Simpsons Movie».

Dirección: David Silverman.

Guión: Matt Groening, James L. Brooks, Sam Simon, Al Jean, Ian Maxtone-Graham, George Meyer, David Mirkin, Mike Reiss, Mike Scully, Matt Selman, Jon Vitti

y John Swatrzwelder.

País: EE.UU., 2007.

Duración: 87 minutos.

Género: Animación.

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