Julio Medem describe su última película, «Caótica Ana», con estreno fechado para el 24 de agosto, como una «oda a la feminidad» que ha conllevado al director de «Lucía y el sexo» -su última incursión en el cine de ficción, en 2001- tres años de trabajo que culminaron ayer con el cierre de la posproducción y en el que, además, se celebraba la festividad de Santa Ana. Medem matiza que el film habla de «una santidad hacia afuera, no la espiritualidad que habita en los paraísos externos, sino la que estamos conformando cada individuo».

Ana es el nombre de la protagonista de la película, una joven que, tras vivir en Ibiza durante su adolescencia «se mantiene muy niña, sin estar erosionada por la vida» y que llega a estudiar arte a Madrid, donde será sometida a una sesión de hipnosis en la que conectará con las vidas de distintas mujeres que fallecieron todas a los 22 años.

Rampling y Bebe

Medem delegó en Manuela Vallés -seleccionada sólo una semana después de inscribirse en la escuela de interpretación- el protagonismo de la cinta y afirma que «es esponjosa y está formada de una pasta fuerte y potente» y que «sabía que si ella no estaba bien, la película no funcionaría», a pesar de contar con el refuerzo de la interpretación de «frialdad contenida» que realiza la británica Charlotte Rampling o el trabajo «asilvestrado» de la cantante Bebe.

El director ha contado con una ficha técnica que incluye a la compositora Jocelyn Pook («Eyes Wide Shut»), la fotografía de Mario Montero y los cuadros realizados por su propia hermana, también llamada Ana, que falleció en accidente de tráfico en el año 2000. «De ella sólo quedan los cuadros», lamenta, y asegura que el proyecto le ha servido para recuperarse «de un estado anímico muy bajo» y que «el cine revierte, te da ese feed back positivo de verte haciendo algo que siempre te ha gustado muchísimo».