Hacer mal cine es a menudo un negocio muy rentable, pues de lo contrario no se entiende cómo una película que pasó sin pena ni gloria por la última edición de la Semana de Cine Fantástico y de Terror donostiarra haya conseguido ser vendida a una treintena de mercados internacionales, entre ellos el nuestro.

Considerando que el coste total del film no excedió de los dos millones de euros y que en Austria fue una de las producciones propias más vistas el pasado año, no cabe duda de que su responsable, Andreas Prochaska, ayudante de dirección de Michael Haneke, ha completado una operación redonda. Quienes esperen una alternativa europea al slasher más comercial van dados, toda vez que «Morirás en tres días» es un calco de «Sé lo que hicisteis el último verano» con toques de la moda de terror japonés protagonizada por llamadas de teléfono móvil.

Eso sí, la eliminación sucesiva de los integrantes de la consabida pandilla de instituto por parte del sicópata de rigor tiene lugar a orillas del idílico lago Traunsee, en la apacible localidad de Ebensee. En realidad allí nunca han ocurrido cosas así, porque bastante tuvieron con el campo de concentración que los nazis levantaron durante la II Guerra Mundial.