Frente a cada nueva película de Curtis Hanson hay dos actitudes posibles; las de los que no le perdonan que nunca haya vuelto a hacer nada a la altura de su obra maestra «L.A. Confidential», que son muchos, y la de quienes se conforman con disfrutar de su oficio en realizaciones menores pero con momentos de buen cine, que tal vez sean menos.

Los estudios de Hollywood son los primeros que se ponen nerviosos cuando un director afamado no repite su viejo y mayor éxito, así que para «Lucky You» le juntaron con otro peso pesado: el guionista Eric Roth. Lo último que había escrito el ganador del Oscar por «Forest Gump» era «Munich», trabajo que hizo para Steven Spielberg y por el que obtuvo buenas críticas.

Sin embargo, esta colaboración con Hanson no resultó del agrado de los ejecutivos de la Warner, quienes han ido retrasando el estreno de la película durante casi dos años, ante el fracaso de los primeros pases de prueba con público. Al final, no la han apoyado en su estreno norteamericano, que coincidió con el de «Spiderman 3», por lo que en tales circunstancias la película no pudo defenderse de una manera justa.

La crítica ha coincidido a la hora de señalar que «Lucky You» está bien filmada y bien interpretada, pero falla en el añadido de la historia romántica protagonizada por Drew Barrymore, que agrega duración a la cinta pero no interés. Las dos horas pesan por ese lado, mientras que la intensidad narrativa se concentra en el duelo generacional entre Robert Duvall y Eric Bana. El joven actor australiano encarna a un jugador profesional que sufre un desequilibrio entre su vida personal y su actividad en los casinos. Su problema es que con las cartas en la mano apuesta por el riesgo, mientras que en sus decisiones sentimentales se comporta de un modo demasiado conservador. Sicológicamente, todo parece remontarse al enfrentamiento con su padre, un campeón de póker que les abandonó a su madre y a él, cuando era niño.

El cometido de Drew Barrymore está condenado a una relevancia secundaria, porque se trata de la chica recién llegada a Las Vegas y que no sabe nada sobre el juego. Es una cantante modesta, que no pasa de actuar en bares y pequeños garitos, objeto de traición por parte del taimado jugador al que acaba de conocer, necesitado de dinero para pagar la inscripción en el campeonato mundial que tanto le obsesiona y en el que se acabará enfrentado sobre el tapete con su mayor rival. Esa partida con el padre lo es todo, razón por la que el conflicto paternofilial desplaza al de pareja, relegándolo a simple anécdota de relleno.

La tensión narrativa está en el póker, y a ella se entrega por entero la puesta en escena de Curtis Hanson, como si quisiera reunir el antes y el después de la ludopatía elevada a la categoría de competición. Eric Bana ha demostrado ser un intérprete con mucho carácter, capacitado para mantener un cara a cara con Robert Duvall aún a sabiendas de que si se trata, en efecto, de poner cara de póker, nunca va a poder con este veterano gran actor, si bien era más difícil hacer creíble la transformación que sufría en «Hulk». En cualquier caso, el pulso interpretativo reúne la suficiente atracción como para que «Lucky You» sea tenida en cuenta, más allá de las discutibles estrategias que siguen las majors con las películas que ponen en circulación.