El coronel Mohamed Dahlan, considerado el máximo responsable de la ruptura del Gobierno de unidad nacional y el hombre de la CIA en Gaza, presentó ayer su dimisión alegando problemas de salud. Dahlan fue uno de los favoritos de Estados Unidos y del Estado israelí para ocupar la Presidencia palestina en sustitución de Yaser Arafat.

Hamas, que se opuso rotundamente a su nombramiento como asesor de Seguridad Nacional, mostró su satisfacción por la dimisión de Dahlan, a quien acusó de «concudir un golpe de Estado contra Hamas» y de estar «apoyado con dinero y armas para provocar la división del pueblo palestino».

«Esta renuncia prueba su fracaso en deshacerse de Hamas. Estamos satisfechos de que haya dimitido y de que no vayamos a verlo más», resaltó Fawzi Barhum, uno de los portavoces del movimiento islámico.

Y, un día más, el Ejército israelí lanzó un ataque aéreo sobre la ciudad de Gaza en el que murieron tres milicianos de la Yihad Islámica, según informaron testigos y fuentes sanitarias. En otra operación militar, los soldados, respaldados por tanques y excavadoras, se adentraron en el sur de la franja de Gaza.

El jefe del consejo local de Al Fujari, Ouda al Emour, relató que «tomaron los tejados de diez casas y realizaron registros casa por casa. También dispararon contra los agricultores que estaban labrando sus tierras». Además, abatieron a un miembro de Hamas cuando éste intentaba hacer frente a un tanque cerca de Al Fujari.

En Cisjordania, mientras tanto, un militar israelí mató de un golpe en la cabeza a un joven palestino de veinte años cerca del asentamiento judío de Tekoa. Los ataques no quedaron ahí. Cerca de Hebrón, los soldados entraron en el campo de refugiados de Dehaniyeh, donde dispararon a un palestino que, luego, se lo llevaron. En Jenin, arrestaron a un supuesto dirigente de la Yihad Islámica en un hospital de la ciudad.

Inminente colapso económico

Todo en un día en el que el enviado de la ONU a Oriente Próximo, Michael Williams, advirtió de un inminente colapso económico en la franja de Gaza a no ser que Israel decida abrir el principal paso comercial de Karni. Su cierre en junio pasado ha hecho inviable la exportación de productos agrícolas e industriales a cualquier parte. Ademas, ha imposibilitado la importación de los materiales necesarios para la construcción y la producción industrial, paralizando casi por completo la economía de Gaza.