Dos personas murieron ayer en Inglaterra a causa de las inundaciones mientras realizaban tareas de limpieza en Tewkesbury, una de las áreas más afectadas.

Según informaron los bomberos, estaban usando una bomba de gas para limpiar un campo de rugby cuando, posiblemente se intoxicaron con los gases de la bomba. El temor a que las comunidades situadas cerca del río Támesis se inunden disminuyó ayer ya que el nivel del agua empezó a estabilizarse. El recinto universitario de Oxford logró salvarse de las inundaciones. Por su parte, la compañía Severn Trent Water está intentando restaurar el servicio de agua en unas 10.000 viviendas aunque, de momento, no será potable. Se calcula que unas 350.000 personas continúan sin agua potable después de las inundaciones que comenzaron la semana pasada.

45 grados a la sombra

Y mientras que Gran Bretaña está sufriendo uno de los veranos más húmedos de los últimos sesenta años, Grecia afronta una ola de calor y de incendios.

Hasta el momento, 15 personas han muerto ya a causa de los 2.000 incendios registrados en menos de un mes.

Según los cálculos del Observatorio de Atenas, la ola de calor de los últimos seis días es la peor que ha afectado a Grecia en 110 años, con una temperatura media de 42 grados, que incluso, ha llegado a alcanzar los 45 grados a la sombra.