Más de 500 muertos y 200 millones de afectados por las inundaciones de China
Las inundaciones que están afectando a China han provocado ya más de 500 muertos, cinco millones de evacuados y cerca de 200 millones de afectados. Éstas son las peores lluvias que ha sufrido el país en los últimos años; las anteriores, en 1998, se saldaron con 4.000 muertos.
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Ante las graves inundaciones que está padeciendo China, la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) ha alertado de que «la situación de los desplazados se agrava como consecuencia de las elevadas temperaturas, difícilmente soporta- bles», y ha indicado, además, que se esperan nuevas precipitaciones acompañadas de rápidas riadas y deslizamientos de tierra. Estas inundaciones han provocado ya más de 500 muertos, cinco millones de personas evacuadas y unos 200 millones de afectados, según la FICR.
La organización humanitaria presentó ayer una petición de fondos por 5,7 millones de euros, con los que pretenden socorrer a los 400.000 damnificados suministrándoles alimen- tos, agua potable, cobijo, ropa, atención médica y productos de primera necesidad.
Las zonas más afectadas son las rurales, ya que millones de hectáreas de cultivo en Anhui (este), Sichuan (suroeste) y Hubei (centro) han quedado sumergidas bajo el agua, mientras que centenares de miles de viviendas han resultado dañadas o destruidas, según sus datos.
El representante de la Cruz Roja en Asia, Gu Qinghui, indicó que «se necesitarán meses e incluso años para que las comunidades más pobres se recuperen de esta crisis», por lo que también se tiene previsto aportar materiales de construcción, de modo que refuercen su capacidad para soportar futuras inundaciones.
Poblaciones olvidadas
Las organizaciones humanitarias tienen miedo de que las regiones rurales más afectadas por esta situación no puedan conseguir las ayudas suficientes para salir adelante.
Ewa Eriksson, uno de los responsables de Cruz Roja en Pekín prometió que, «no dejaremos que esta catástrofe caiga en el olvido porque la atención del mundo se concentre sobre otra crisis o porque se subestimen las necesidades de las poblaciones siniestradas».
Estas regiones suelen ser las más olvidadas, ya que la creencia general asume que China es un país muy rico, pero el desarrollo económico no ha llegado a todos los pueblos y en algunas zonas hay muchas personas que viven en la más absoluta pobreza. «Si se deja ocultar por el formidable crecimiento económico del país, se olvida fácilmente que fuera de las grandes metrópolis, inmensas regiones rurales permanecen pobladas de gente que vive en una extrema pobreza», señaló Eriksson.
Todo parece indicar que éstas son las peores inundaciones que vive China desde hace un década. Durante el verano de 1998, una situación similar causó cerca de 4.000 muertes, especialmente en la cuenca del río Yangtsé, el más largo del país. Afectó a unas 240 millones de personas, 14 millones de las cuales se quedaron sin hogar. Hasta entonces eran las peores inundaciones desde 1954, cuando murieron 30.000 personas.
Los equipos de rescate localizaron ayer a los 69 mineros que llevaban atrapados 24 horas después de que se inundase una mina de carbón en el centro de China a causa de las fuertes lluvias registradas en la zona. Los equipos no especificaron si entre los mineros localizados había alguna víctima mortal.
Según explicó la agencia oficial Xinhua, «cuando ocurrió el accidente los mineros se encontraban en una zona segura. Los equipos de rescate los han localizado -añadió- y los especialistas están estudiando cómo hacerles llegar agua potable y alimentos a través de los canales de ventilación».
Un total de 102 mineros se encontraban trabajando en el interior del pozo de Zhijian, situado en la provincia central de Henan, cuando el domingo el yacimiento se inundó debido a las fuertes lluvias que asolan la provincia desde el sábado.
Treinta y tres de los atrapados lograron escapar, pero hasta ayer no había ninguna noticia de los 69 restantes.
La precariedad de estos yacimientos de carbón chinos y su falta de medidas de seguridad favorecen, además, que sean los más peligrosos del mundo, provocando cerca de siete mil muertos cada año.
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