José Manzaneda Coordinador de Cubainformación TV
Cine que aborda la homofobia
La chistera de los manipuladores está repleta de clichés y mentiras recreadas sobre la realidad de Cuba, que se utilizan con total impunidad, sin posibilidad de debate o de defensa. No hay sección informativa de los medios que se libre de la repetición de estereotipos convertidos en verdad mediática.
Un ejemplo clásico es la interpretación politizada del cine cubano contemporáneo. El día 13 de julio, el periodista Oscar L. Belategui publicaba en los diarios de Vocento una breve crítica sobre la película «Barrio Cuba», del veterano realizador cubano y actual director del Festival Internacional de Cine Pobre Humberto Solás. En el texto, el crítico reproduce uno de los grandes tópicos utilizados en la sistemática demonización de la Revolución cubana, cuando afirma que en la película «el director no soslaya aspectos incómodos para el régimen de Castro, (como) la discriminación a los homosexuales».
Sucesos ocurridos en Cuba durante los 60 y 70, época en que gays y lesbianas sufrían discriminación en todo el mundo, siguen siendo utilizados en las campañas contra la Revolución cubana. En los últimos años, Cuba ha dado importantes avances en el respeto social a la diversidad sexual si tomamos en cuenta la situación en su entorno geográfico. Avances que se han concretado en leyes, en actitudes institucionales, en campañas educativas y en visibles transformaciones de la sociedad cubana en este campo. Nada de esto existe para los medios, interesados en hacernos llegar la fotografía congelada de la Cuba de los 70.
Lo curioso es que el mismo periodista, un año antes, en su crítica sobre la película «Brokeback Mountain», que aborda la homofobia de la sociedad norteamericana, hace gala de una saludable sensatez cuando afirma: «no hay asomo de tremendismo en esta serena, sutil historia de amor entre dos hombres, más cercana a `Los puentes de Madison' que a cualquier truculento drama sobre una sociedad represiva con la homosexualidad». El periodista no cita a ningún presidente de Estados Unidos, ni asocia la intolerancia a la diversidad sexual en este país con su régimen político vigente. Pero sí cree necesario recordar a los lectores que los prejuicios sociales aún existentes en Cuba sobre gays y lesbianas son «aspectos incómodos para el régimen de Castro».
Y por supuesto, para críticos de cine bajo nómina de los grandes medios como Oscar L. Belategui es irrelevante hablar del carácter marcadamente social y crítico del cine cubano, que en palabras del propio autor de la película, «Barrio Cuba», Humberto Solás, «es un cine que hace una contribución social. Aplaude lo que haya que aplaudir. Y niega y polemiza duela a quien le duela».