La isla del fin del mundo
«El extraño»
Secretos familiares afloran en el drama pasional «El extraño», configurado por el paisaje de la isla bretona de Ouessant. Es el cuarto largo de Philippe Lioret, que debutó hace más de diez años con «En tránsito».
M. I. | DONOSTIA
En 1993, un desconocido Phili-ppe Lioret sorprendía en el Zinemaldia donostiarra, donde se llevaba el premio al Mejor Director con «En tránsito», film sobre una idea luego copiada en su núcleo central por Steven Spielberg para «La terminal». En aquella ópera prima utilizaba el espacio internacional de un aeropuerto como destino indefinido de algunos pasajeros, los apátridas que no encuentran acomodo en ninguna parte y se quedan en medio de la nada, en una especie de limbo permanente.
En su cuarto largometraje, «El extraño», vuelve a ilustrar un caso parecido, esta vez localizado en la naturaleza extrema pero con problemas de adaptación comparables. El forastero de esta historia no encaja en una pequeña comunidad cerrada, endurecida por la vida en constante lucha con los elementos, y que se verá trastocada por una presencia llegada del exterior.
Hay quien ha comparado «El extraño» con un western, algo en lo que tendrán que ver bastante los impresionantes escenarios naturales escogidos. La isla bretona de Ouessant está separada del continente, siendo el punto que queda más al oeste de Europa, ya que después solamente hay mar. También se acerca a dicho género por su planteamiento dramático, basado en esa confrontación del forastero con una población muy estrechamente unida.
Secretos del pasado
La narración está contada en forma de gran flash-back, pues parte de una mujer que en la actualidad viaja a tan recóndito lugar para hacerse cargo de la venta de una propiedad familiar, descubriendo durante su última noche de estancia un secreto del pasado que la sobrecogerá. Los hechos se remontan al año 1963, cuando la relación de sus padres se vio afectada por esa tercera persona.
Sandrine Bonnaire y Philippe Torreton encarnan al matrimonio, con Grégori Derangère introduciendo la situación de adulterio. El recién llegado acude a trabajar en el faro de La Jument y se fija en la mujer del jefe de los fareros, pese a la amistad que parece surgir entre ambos. Un conflicto triangular que se entronca en la tradición gala, según la cual se habla de acontecimientos pretéritos que suponen un motivo de vergüenza colectiva.
A semejante argumento prototípico Lioret le aplica el hecho diferencial paisajístico, en la medida en que lo desolador de Ouessant condiciona los actos de cada uno de sus habitantes, con ese punto de locura extra que provocan los acantilados sacudidos por el mar y sus fuertes vientos. La marea siempre vuelve a traer los recuerdos de viejas anécdotas, más aún las que permanecen en la memoria de todos. La de «El extraño» duró muy poco tiempo, apenas un par de meses, tiempo suficiente para dejar huella y adquirir un eco difícil de apagar, finalmente recogido por las nuevas generaciones atraídas por la curiosidad que despierta un rincón perdido e indómito propicio para las leyendas.
Título original: «L'équipier».
Dirección: Philippe Lioret.
Guión: Philippe Lioret, Emmanuel Courcol y Christian Sinniger.
Intérpretes: Sandrine Bonnaire, Philippe Torreton, Grégori Derangère, Émile Dequenne, Anne Cosigny, Thierry Lavat, Beátrice Laout, Eric Bonicatto.
País: Estado francés, 2004.
Duración: 104 minutos.
Género: Drama pasional.