GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

ANÁLISIS

Sanz y Zapatero llevan al PSN al callejón sin salida

p002_f02_141x84.jpg

Ramón SOLA
 

Buena parte de los medios han usado dos calificativos para definir la última posición de la dirección del PSN: «desafío» y «órdago». Pero parece más correcto apuntar que el equipo de Fernando Puras y Carlos Chivite se ha limitado a reaccionar de la única manera posible ante la situación esquizófrenica creada desde fuera (el decálogo de Miguel Sanz) pero también desde dentro (la imposición de José Luis Rodríguez Zapatero y José Blanco). La actitud de uno y la de los otros coincide en un punto: ni siquiera guardaron las formas. Así que Puras y Chivite se han visto abocados a lo que nunca quisieron: dar un paso adelante y defender su posición hoy en Ferraz, en terreno de juego contrario.

Hasta anteayer nadie podía intuir este nuevo viraje de la dirección del PSN. Y entre ellos estaba, sin duda, Miguel Sanz, que vio el partido ganado y quiso buscar la goleada. El decálogo de condiciones presentado el lunes sí que era un desafío y un órdago en toda regla al PSN.

El planteamiento resulta ya más que estrambótico de entrada; ¿cuándo se ha visto que sea el aspirante al cargo el que ponga condiciones para que le apoyen? Aunque leídas una por una las diez medidas exigidas por UPN no estén lejos de la práctica política del PSN, lo evidente es que este partido no podía tragarse un sapo de este tamaño. Sanz lo sabía y busca un «no» que abra la puerta a la convocatoria de unas elecciones en las que buscar la mayoría absoluta.

Si el PSOE da carpetazo hoy al gobierno alternativo, el PSN seguirá encerrado en este primer callejón: o pasar por el aro de UPN o afrontar unos comicios que le pueden dejar bajo mínimos. Guatemala o Guatepeor.

Más inexplicable es que sea el PSOE quien se haya hecho el «harakiri». Se ha criticado mucho la vacilación de Puras y Chivite, pero la de Zapatero y Blanco ha sido aún mayor. El 4 de julio, el presidente español bendijo el pacto con Nafarroa Bai en el Congreso; el 16, con los mismos datos en la mano, Puras explicó a NaBai e IUN que Ferraz había decretado que no.

Tres años después de llegar a La Moncloa y de encontrarse en Euskal Herria con la oportunidad de solución y paz más factible de la historia, Zapatero se ha retratado como un gobernante timorato e incapaz de sacudirse el yugo de la derecha más ultra de Europa. La negativa a mandar a UPN a la oposición sería la enésima muestra de debilidad.

Este órdago interno es el segundo que ha contribuido a encender las luces rojas en la dirección del PSN. Una dirección forzada además a «vender» la decisión a sus bases. En la crisis de 1996, el secretario de Organización federal, Cipriá Ciscar, tomó el toro por los cuernos, llegó a Iruñea, impuso una gestora y explicó por qué. Ahora, José Blanco ha decidido esconderse (más debilidad) y que Puras y Chivite dieran la cara. Y las bases han podido más; con las firmas pidiendo un Comité Regional, iba cuajando un sector crí- tico -seguramente mayoritario- en torno a Juan José Lizarbe, defenestrado por Chivite en 2004.

Visto el embrollo creado por su nefasta gestión del caso, tampoco cabe descartar que PSN y PSOE se hayan repartido papeles de bueno y malo para dejar el gobierno en manos de UPN y frenar al mismo tiempo una revuelta de las bases navarras. Esta incógnita sólo la despejarán los parlamentarios del PSN: porque diga lo que diga el PSOE, serán ellos quienes voten.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo