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La Guardia Civil simula ejecuciones con disparos reales en un control

Juan Mari Olano afirmaba ayer que la Guardia Civil y las fuerzas represivas cuentan con una «historia negra» en Euskal Herria. Una historia que han pasado a engrosar las cuatro denuncias judiciales que recientemente han interpuesto cuatro jóvenes vascos contra el instituto militar. Los cuatro fueron objeto de malos tratos, amenazas y humillaciones en dos controles de carretera el pasado mes de julio.

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Gari MUJIKA | DONOSTIA

Cuatro jóvenes vascos han denunciado a la Guardia Civil en la Audiencia de Gipuzkoa por las amenazas, humillaciones y reiterados malos tratos -con puñetazos y golpes en los testículos incluidos- que padecieron a manos de agentes del instituto armado español, después de que fueran obligados a apearse de sus coches en dos controles de carretera durante el pasado mes de julio. Escalofriantes testimonios de los que dieron cuenta en persona tres de los jóvenes vilipendiados por la Guardia Civil durante horas -y de los que GARA reproduce algunos extractos en estas páginas-, junto al portavoz de Askatasuna, Juan Mari Olano, en una comparecencia en Donostia.

Tres donostiarras y un vecino de Bergara fueron objeto de malos tratos, amenazas y reiteradas humillaciones a manos de la Guardia Civil tras ser retenidos en controles colocados en Hernani, Gipuzkoa, y en las inmediaciones de Markina, Bizkaia, los días 10 y 28 de julio. Los cuatro jóvenes, en libertad ahora, han estado encarcelados en prisiones españolas y francesas; además, uno de ellos, el donostiarra Aritz Sáez, fue arrestado en 2002 por la Guardia Civil y denunció haber sufrido torturas después de cinco días de incomunicación.

Entre los testimonios facilitados, que comparten las amenazas directas contra sus personas y sus allegados, los golpes y puñetazos o las humillaciones padecidas, destaca el narrado por los donostiarras Xangarin Rekondo y Aritz Sáez. Una vez detenidos en un control de la Guardia Civil, por la noche, colocado en las cercanías del frontón Galarreta de Hernani, y tras padecer todo tipo de amenazas, insultos y malos tratos, los agentes los llevaron a un monte cercano, una vez retirado el control de carretera, para «dedicarse en exclusiva» a ellos.

Una bala con su nombre

Según se recoge en la denuncia judicial interpuesta por los jóvenes en la Audiencia de Gipuzkoa, la Guardia Civil incluso llegó a disparar balas simulando la ejecución de los donostiarras.

Un guardia civil disparó a escasos metros de distancia de Xangarin Rekondo, obligado, con anterioridad, a ponerse en posición de ejecución. Otro agente recogió el casquillo de la bala y corrió a enseñárselo a Aritz Sáez, también de rodillas y con la cabeza agachada, a varios metros de distancia, custodiado en todo momento por más de una decena de guardias civiles pertrechados con metralletas. Incluso, un agente simuló inscribir con una navaja el nombre «Aritz» en una bala, dando a entender, mientras la volvía a colocar en la recámara de la pistola, que sería utilizada contra él.

El portavoz de Askatasuna, Juan Mari Olano, por su parte, denunció «la impunidad» con la que campa a sus anchas la Guardia Civil y «las fuerzas represivas» en Euskal Herria. «Estas cosas suceden aquí, en nuestras tierras. Y estas denuncias son sólo un reflejo de las miles que recibimos al cabo del año. Aunque la mayoría de la gente no lo denuncia por miedo a las represalias», añadió.

Olano criticó a los responsables institucionales que «miran a otro lado» y exigió que adopten medidas eficaces para evitar hechos así que, como indicó, se repiten cada día.

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