Vecinos y amigos del histórico refugiado Sabin Euba, fallecido en la madrugada del pasado domingo en su pueblo, Zornotza, aquejado de un cáncer, se reunieron ayer en la plaza del Ayuntamiento para ofrecer una rueda de prensa en la que afirmaron que su muerte «es la última consecuencia de la política de represión y venganza que los estados acometen para negar Euskal Herria». En este contexto, afirmaron que ha sido «la violencia de los estados la que ha matado a Sabin» y relacionaron directamente la muerte de Sabin Euba con «la impunidad de los métodos represivos que los estados utilizan para negar los derechos de los ciudadanos vascos».

En la valoración que sus convecinos ofrecieron a los medios de comunicación, se sostiene que «el mantenimiento de la impunidad de los métodos represivos solamente alimentará el conflicto. Tal y como hemos podido comprobar en los últimos 30 años -añadieron estos vecinos de Zornotza-, tanto la vía policial como la violencia de los estados, además de resultar estériles, no contribuyen sino a prolongar el conflicto».

No obstante, hablaron de soluciones, para apuntar que éstas llegarán «con la desaparición de las mismas razones políticas que alimentan el conflicto político». Tras citar el derecho a la territorialidad y a la autodeterminación, añadieron como «base» para avanzar en ese camino, «en esa misma dirección, el respeto a los derechos que son conculcados en la actualidad», sin olvidar que se deben «garantizar los derechos de los presos, refugiados y de todos los ciudadanos vascos».

La rueda de prensa se celebró cerca del lugar en el que se encendió un pebetero la víspera, una vez que se conoció la noticia de la muerte de Sabin Euba Zenarruzabeitia, Pelopintxo. El mismo domingo tuvo lugar una manifestación en el pueblo -también se desarrolló un homenaje en Baiona- y fue colocada en el centro de Zornotza una fotografía del refugiado y una ikurriña con crespón negro.

Continuando con las muestras de solidaridad, ayer, con carácter previo al funeral, tuvo lugar una concentración en la localidad, en la que se pudieron ver rostros conocidos como el del secretario general de LAB, Rafa Díez Usabiaga, Tasio Erkizia o Antton Etxebeste.

La Guardia Civil también hizo acto de presencia colocando un control en el peaje de Durango.

Las movilizaciones en memoria de Sabin Euba no acabaron ayer, ya que para el próximo sábado se ha realizado un llamamiento a participar en un acto político que se desarrollará en la plaza del Ayuntamiento «para recordar el camino de compromiso y lucha mostrado por Sabin en favor de Euskal Herria y en demanda de una solución democrática al conflicto».

Precisamente, al inicio de la comparecencia ante los medios de comunicación, los presentes quisieron agradecer la participación en la misma de «vecinos de Zornotza que nos hemos reunido en esta plaza del Ayuntamiento, con motivo de la muerte de quien fuera nuestro vecino y amigo». A continuación, recordaron que Sabin Euba es «ejemplo y consecuencia directa de la situación de conflicto y opresión que Euskal Herria ha vivido en los últimos 30 años», ya que el histórico militante abertzale «ha vivido en su propia carne y ha pagado la estrategia represiva que los estados español y francés utilizan para negar Euskal Herria».

«Amaba a su pueblo»

Quienes le conocieron recordaron ayer «el compromiso» del refugiado fallecido «en favor del derecho de Euskal Herria a ser una nación», así como su condición de «persona que quería una Euskal Herri libre, frente a los estados que niegan a los ciudadanos su derecho a decidir acerca de nuestra identidad».

En ese recuerdo, citaron que el compromiso de Sabin Euba se inició en Zornotza, donde formó parte, por ejemplo, del grupo de vecinas y vecinos que crearon la ikastola. Además, fue elegido concejal de Herri Batasuna en 1979. «Y por encima de todo -subrayaron- fue una persona cercana que amaba al pueblo», tal y como se desprende de su participación en diferentes iniciativas reivindicativas de aquellos años.

Euba Zenarruzabeitia, que falleció a las 4.00 de la madrugada del pasado domingo, contaba 70 años de edad y desde hacía más de 25 vivía fuera de Zornotza. En la última parte de su vida residió en la localidad labortana de Ziburu y recientemente, hace tan sólo unas semanas, regresó a su municipio natal, tal y como expresaron sus allegados.

El zornotzarra fue detenido durante las primeras redadas contra la comunidad de refugiados vascos en Ipar Euskal Herria. En noviembre de 1982 fue arrestado junto a Carlos Ibarguren, Peio Ansola e Ignacio Zabala, acusado de pertenecer a ETA. Conoció en primera persona los efectos que en la práctica tuvo «el cambio de política» que fuera anunciado por el recién elegido presidente de la República francesa, François Mitterrand, en vísperas de que Felipe González fuera asimismo elegido presidente del Gobierno español.

El nombre de Sabin Euba Zenarruzabeitia aparece asimismo ligado con procesos de diálogo, como recoge la enciclopedia ``Euskadi eta Askatasuna''. Se apunta que el zornotzarra habría facilitado que se produjeran en 1986 contactos entre ETA y el PNV. Seis años después, Pelopintxo fue detenido en el parisino aeropuerto Charles de Gaulle, cuando se dirigía a México. Cumplió cuatro años de prisión en la cárcel de Fleury tras ser condenado por estancia irregular y falsificación de documentos.