En las declaraciones hechas a este rotativo y que se publicaron el pasado 28 de julio, hay unos párrafos que a mi juicio están totalmente fuera de lugar y que mezclan, como se suele decir «churras con merinas». Me refiero a las alusiones sobre la comunidad de evangelistas afincada en Ziritza.

Cuando se carece de argumentos, es normal encontrar posturas como la del señor Gorostidi: ¡critica que algo queda! Y si no es suficiente, miente y amenaza. Esta parece que va ha ser la política del nuevo y «democrático» Ayuntamiento.

Sr. Gorostidi, el tema de Vida Nueva (evangelistas), es una «patata caliente» que este ex alcalde heredó en el año 2003, ya que la anterior alcaldesa fue quien concedió los permisos de construcción del centro; eso Ud. ya lo sabe, pero se calla.

También por esas fechas, dicha alcaldesa concedió exención de tasas y contribucio- nes al centro Vida Nueva, porque había que ayudarles, ya que realizaban una «gran labor social».

Sr. Gorostidi, si el asumir los compromisos adquiridos por la anterior corporación y actuar conforme a la normativa vigente es dar un trato de favor, es que no tiene ni idea de lo que es un ayuntamiento.

Todas las actuaciones de este ex alcalde con respecto a Vida Nueva se han realizado con los informes técnicos preceptivos y todos los temas han pasado por los plenos; plenos abiertos, Sr. Gorostidi, en los que todos los vecinos podían participar, no como ahora, que son a puerta cerrada. ¿Es eso lo que Uds. entienden por democracia?

Sr. Gorostidi, le queda a Ud. mucho por aprender, y cuando se acusa a alguien, hay que demostrarlo con documentos, no con mentiras.

De todas formas, el tiempo pondrá a cada uno en su lugar.