SOS-Racismo ofrecerá hoy una rueda de prensa relativa al fallecimiento, el pasado domingo, de María Antonia Amador Jiménez. Esta vecina de Iruñea, de etnia gitana, falleció tras pasar una semana en la UVI después de que su salud empeorara tras una intervención de la Policía Municipal en que fueron detenidos varios allegados suyos.

Familiares de Amador afirman que ésta fue golpeada, y estima que si bien el porrazo pudo no ser el causante de la muerte sí contribuyó a agravar su estado de salud, precario anteriormente. Había sufrido un trasplante del que se encontraba convaleciente. Tenía 52 años.

Los hechos que han desembocado en este fallecimiento ocurrieron el pasado 28 de julio, tras una pelea iniciada en un bar del barrio de Errotxapea y en la que irrumpieron siete agentes de la Policía Municipal. A partir de ahí, las versiones son dispares. Familiares de la fallecida aseguran que sufrió un porrazo que le provocó un traumatismo craneoencefálico y un derrame cerebral. Está probado que hubo cuatro detenidos, entre ellos el marido de la fallecida y un hijo suyo. Pero la Policía Municipal afirma que fueron sus agentes quienes resultaron agredidos en el altercado.

Tanto ANV como Nafarroa Bai han reclamado aclaraciones al Ayuntamiento de Iruñea, que por el momento mantiene mutismo sobre el caso. La formación de la izquierda abertzale añade una denuncia de la actuación de la Policía Municipal, que tilda de «desproporcionada», y exige la suspensión del jefe del cuerpo, Simón Santamaría, de modo cautelar y mientras no se aclaren las responsabilidades.

La familia de María Antonia Amador Jiménez ha interpuesto una denuncia contra el autor del porrazo y afirma que está dispuesta a llegar hasta el final.