Julen Guerrero parece tener todos los boletos para ser el próximo en pagar el afán de «limpieza» mostrado por Fernando García Macua desde que presentara su candidatura a la presidencia del Athletic. De hecho, el miércoles, durante la presentación de Gorka Iraizoz, el abogado bilbaino aseguró que el contrato del ex jugador portugalujo «condiciona demasiado el organigrama de Lezama».

Según desveló el consejero de Iurbentia, dentro del vínculo que une a Julen Guerrero con el Athletic se establece que el ex capitán del Athletic ha de ser «entrenador del Juvenil de División de Honor, Baskonia, Bilbao Athletic o Athletic». Una coyuntura sobre la que García Macua mostró su disconformidad.

Así las cosas, el máximo mandatario rojiblanco aplazó hasta el final de mes la conversación que mantendrá con Julen Guerrero para aclarar su futuro. En ese sentido, todo parece indicar que el jarrillero no tiene ninguna posibilidad de entrar en el staff técnico del Athletic y que la única forma en la que podría continuar ligado al Athletic sería ejerciendo como figura honorífica del club.

De cualquier manera, llamaría poderosamente la atención que se decidiera prescindir de Guerrero ahora. Más cuando en campaña el propio García Macua aseguró que tenía una función prevista para él. Claro que la participación de la antigua estrella rojiblanca como aspirante a la dirección deportiva en la candidatura de Juan Carlos Ercoreca puede haber resultado decisiva a la hora de decidir sobre su situación.

Resulta sorprendente también que si se decide dejar de contar con Guerrero, esto no se hiciera público en campaña. Tal y como hizo el abogado bilbaino con los casos de Txato Núñez y Sabino Padilla. La explicación es muy simple, haberlo hecho entonces le hubiera costado votos al ahora presidente rojiblanco.

Como también le hubiera restado apoyos el anunciar que no contaría con los servicios de Dani Ruiz-Bazán. Algo que García Macua tampoco mencionó en el proceso electoral, pero que el miércoles quedo resuelto con la ruptura del contrato que unía a ambas partes. A pesar de ello, en este caso la salida parece mucho más lógica, ya que las funciones que ejercia el ex delantero dentro del club se encontraban sin una definición muy clara.

En cambio, quien sí tenía claramente asignadas sus labores era Sabino Padilla, que también quedó recientemente desvinculado del Athletic. No obstante, su lugar ha quedado cubierto por un profesional de garantías como Joxean Lekue.

Una situación que, por el contrario, no sucede con el puesto de director deportivo. Un cargo de vital importancia en cualquier club. Durante la campaña, García Macua aseguró que se haría con un director deportivo «con ofertas de Champions». Sin embargo, pocos días después de acceder a la presidencia, aseguró que dicha figura no iba a existir en el conjunto bilbaino.