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Libia se enfrenta a la denuncia de torturas de las enfermeras búlgaras

Los jueces búlgaros están tomando declaración a las enfermeras recientemente liberadas por Libia, que denuncian que fueron torturadas tras ser detenidas en 1999. Con estos testimonios, el Gobierno de Trípoli podría tener que hacer frente a acciones legales en tribunales internacionales. El hijo de Muamar el-Gadafi, Seif al-Islam, ha reconocido que se aplicaron descargas eléctricas a las detenidas y se les amenazó con actuar contra sus familiares.

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GARA | SOFÍA

La Justicia búlgara está recabando los testimonios de las enfermeras y el médico liberados por Libia hace 18 días para investigar las torturas que denunciaron haber padecido al ser detenidas hace ocho años, con el objetivo de iniciar un proceso legal contra el Gobierno de Trípoli.

Las enfermeras testificaron que sufrieron «violencia sicológica y física de febrero a abril de 1999», indicó a France Presse un miembro de la comisión de investigación puesta en marcha en Sofía.

«Esta actuación preliminar acabará en un proceso», declaró uno de los abogados que defendieron a las enfermeras en Libia, Hari Haralambiev, quien añadió que «once oficiales de policía libios participaron en las torturas y podrán ser condenados».

Las cinco enfermeras búlgaras y el médico palestino -nacionalizado búlgaro- fueron condenados en Libia en 2004 tras haber sido acusados por los jueces de ese país de inocular el virus del VIH a unos 400 niños en un hospital de Bengasi.

Todos ellos reconocieron los hechos, que posteriormente negaron, atribuyendo su declaración a las torturas a las que presuntamente les sometieron.

Incluso estando presas en Libia, las enfermeras presentaron una denuncia en los tribunales del país árabe contra diez oficiales de la Policía. En respuesta, los policías interpusieron otra denuncia por calumnia contra las enfermeras, pero fue finalmente desestimada.

Antes de ser trasladas a Bulgaria, donde fueron amnistiadas, las autoridades libias hicieron firmar un documento a las enfermeras en el que se comprometían a no iniciar acciones judiciales en contra del Gobierno de Trípoli.

«La puesta en marcha de la investigación sobre las torturas ha sido una iniciativa de los tribunales búlgaros y comenzó a principios de año, teniendo como base los testimonios de los padres de las enfermeras», explicó Haralambiev.

Reconocimiento libio

Seif al-Islam el-Gadafi, hijo del líder libio, Muamar el-Gadafi, admitió en una entrevista al canal árabe Al Jazeera que las enfermeras búlgaras y el médico palestino fueron torturados.

«Fueron expuestos a tortura con electricidad y amenazados con hacer daño a sus familias», destacó al-Islam.

«La Policía libia jugó con el caso desde el principio y las investigaciones no se llevaron de manera profesional ni científica», reconoció el hijo de Muamar al-Gadafi.

Sin embargo, al-Islam criticó duramente al médico palestino Ashraf al-Hajouj, destacando que «la mayoría de las cosas que ha dicho son mentiras».

Al-Hajouj mostró su intención de acudiar a la ONU para denunciar a Libia por conculcación de los derechos humanos.

El PS reclama una comisión de investigación parlamentaria

Los diputados del PS francés han presentado una solicitud para que se forme una comisión de investigación parlamentaria para determinar «si ha habido un trueque» entre la liberación de las enfermeras búlgaras y la venta de armas francesas a Libia.

El presidente de la República, Nicolas Sarkozy, y el Gobierno han desmentido que la venta de armas sea una contrapartida a la puesta en libertad de las enfermeras, pese a que en la negociación de la misma participó activamente Cécilia Sarkozy. El propio presidente acudió a Trípoli al día siguiente de que las enfermeras llegaran a Sofía y firmó los acuerdos para la venta de tecnología nuclear y misiles a Muamar el-Gadafi.

El PS, en cambio, según destaca en la resolución presentada en el Parlamento, considera que «la coincidencia entre los dos hechos, las declaraciones contradictorias que han rodeado el contenido de estos acuerdos, pero también, sobre todo, la naturaleza de la reconciliación de Francia con un estado que desprecia los derechos humanos y las reglas internacionales hacen que los franceses merezcan una información completa e imparcial».

El debate sobre la puesta en marcha de esta comisión de investigación no podrá comenzar antes de octubre, cuando el Parlamento vuelva a funcionar.

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