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«El futbolista debe ser consciente de que engaña a sus compañeros»

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Alberto UNDIANO MALLENCO, ÁRBITRO

A sus 33 años, Alberto Undiano Mallenco destaca por ser el colegiado de la Liga española con mayor proyección a medio plazo en el panorama internacional. El iruindarra va a iniciar su octava temporada en Primera División, lleva camino de batir todos los récords de sus compañeros y su buen hacer se ha visto reconocido al pitar la final del Mundial sub 20. Sudáfrica no queda tan lejos.

Afronta la próxima campaña con las mismas ganas de sus inicios, aunque no oculta que el arbitraje de elite y el de base están pasando por serios problemas, fruto de la presión a la que se ven sometidos.

¿Pitar la final del Mundial sub 20 acredita que su carrera arbitral va viento en popa?

Ya sólo el hecho de ir a un evento de esa importancia fue un privilegio. Después del absoluto, es el segundo campeonato en importancia para la FIFA. Esta final ha sido la guinda a la pasada campaña, en la que pité partidos de mucha importancia, sobre todo en las últimas jornadas, y las cosas salieron bien. La verdad es que no me puedo quejar porque, como suelen decir los futbolistas, estoy viviendo un momento dulce. Ahora bien, soy consciente de que también llegarán tiempos complicados, ni ahora mismo soy tan bueno ni en otros momentos más difíciles seré tan malo.

Y este próximo verano hay Eurocopa...

Sí, pero no estoy preseleccionado, los dos árbitros que están peleando por una plaza son Mejuto González y Medina Cantalejo. Quizá para la próxima podamos estar ahí.

¿Arbitrar a juveniles es tan complicado como hacerlo con profesionales?

Incluso creo que más. Los partidos que me tocaron no fueron especialmente difíciles, pero son jugadores profesionales en sus ligas y están todavía con esa juventud que hace falta asentar. Es casi más difícil pitar a esos futbolistas que cuando tienen cinco años más.

¿Entristece ver que los más jóvenes llegan ya con los mismos «vicios»?

Sí, pero esto no sólo ocurre con los de veinte años, ahora se pueden ver a niños de seis o siete años que ya lo hacen, imitan lo que hacen los mayores. Los futbolistas de Primera División tienen que darse cuenta muchas veces de que son referentes y deberían dar más ejemplo. Vas a ver un partido de alevines o infantiles y cuando meten un gol imitan a los profesionales, también en las protestas al árbitro.

La novedad de este año es el comunicador. ¿Cómo se va a utilizar y qué ventajas se esperan de él?

A nivel internacional se lleva empleando hace un par de años. Aunque la gente desde fuera no las va a percibir, las ventajas son muchas para nosotros. El trabajo va a ser mucho más sencillo, estaremos más en contacto, los jugadores van a estar mucho más vigilados. Va a ser muy positivo para nuestro funcionamiento.

¿Está abierto el colectivo arbitral a otras innovaciones ?

El comunicador es un avance tecnológico diferente del que supondría repetir las jugadas y verlas, que es la demanda entre jugadores, entrenadores y periodistas. Los árbitros siempre estamos abiertos a los avances tecnológicos, pero lo de la repetición de las jugadas lo veo muy lejano. Si los partidos en lugar de durar dos horas se prolongaran cuatro, no sé yo si el público estaría dispuesto a ello. El fútbol necesita dinamismo, aunque quizá dentro de veinte años estemos hablando de otra cosa. De momento, está muy lejano.

¿No se acabaría, entonces, con una parte importante del mundillo del fútbol, como es la polémica post partido?

El antiguo presidente de la FIFA, Joao Havelange, dijo una vez que si no fuera por la polémica de las jugadas los lunes, a ver de qué se iba a hablar en las fábricas y los colegios. Como seguidor del fútbol a secas, no como árbitro, creo que no me gustaría que se acabara eso. De hecho, hay jugadas que, una vez detenidas en el video y dependiendo de la toma, en una parece penalti y en otra no; sería complicado. Sí que va a haber adelantos, como en el tema del gol, para comprobar si entra o no el balón con un sensor y emitiendo una señal que advierta al árbitro, pero esa es una situación muy especial y muy importante; además es un hecho objetivo, es gol o no es gol. El fútbol no se puede estancar y avances controlados, como el de los comunicadores, son positivos.

La presión sobre los colegiados llegó el año pasado a su momento álgido con las amenazas sobre Turienzo Álvarez tras el Racing-Real Madrid. ¿Se va a llegar a un punto en el que esto sea insostenible?

Fue algo terrible, me parece tristísimo llamar a una persona a la que no conoces y amenazarle con que le va a suceder algo malo a él y a su familia, en mi cabeza no entra algo así. Todo el mundo quiere que su equipo gane, pero de ahí a amenazar a un árbitro y a sus seres más queridos... Nunca hasta ahora había acontecido algo de esa dimensión en nuestra liga y confío en que no vuelva a suceder.

¿Es de la opinión de que los futbolistas cada vez ayudan menos a un buen arbitraje?

Es obvio, pero el jugador debe ser consciente de que no nos engaña a nosotros, sino a los compañeros del otro equipo. Siempre hay excepciones, pero en general ayudan muy poco, nos conformamos con que no vayan a confundirnos. Serían positivas las sanciones económicas porque seguro que si al futbolista se le tocara el bolsillo y se le castigara con partidos, se lo pensaría dos veces antes de hacer trampa. Ahora mismo las sanciones son rídiculas, lo que quieren son los tres puntos, su interés deportivo y económico, lo demás les da igual.

Ha afirmado alguna vez que le parece injusto que no se equiparen por igual errores del árbitro y de los jugadores.

Nunca me enfadaré porque se publique que el árbitro ha tenido una mala actuación, o incluso que se diga que es un mal árbitro, pero cuando se tocan temas personales o se escribe que uno se ha equivocado queriendo, es cuando duele. Soy de la opinión de que hay que tratar el error con naturalidad, como ocurre en otros países. A nadie se le ocurre pensar que un delantero falla una ocasión a propósito. Pues lo mismo ocurre con nosotros, sólo pido que se equiparen por igual ambos errores. Arbitrar es muy difícil porque, incluso viendo la jugada muchas veces, no se llega a una misma conclusión... y nosotros debemos decidir en una décima de segundo y sin cámaras.

Usted dijo recientemente que los niños no quieren ser colegiados. ¿Es consciente el mundo del fútbol de lo que se le avecina en el caso de que ello se generalice?

Pienso que no, pero estoy convencido de que esto puede llegar a pasar. En categorías modestas y de menores hay ocasio- nes en las que se ven obligados a pitar padres y entrenadores. Es la consecuencia de que al colegiado no se le trata bien; a un niño que comienza a arbitrar se le exige lo mismo que a uno de Primera División. Entiendo que a quien está aprendiendo hay que mimarlo y tener paciencia con él, no abroncarle por parte de entrenadores y padres. El que empieza acaba cansándose al recibir sólo críticas e insultos, es una situación muy complicada.

¿Ser los malos de la película entra dentro del sueldo?

Que esto sea así por decreto es totalmente injusto. Hay estudios que demuestran que el porcentaje de aciertos de un colegiado es muchísimo mayor, del orden del noventa y tantos por ciento, que el de fallos. Lo mismo ocurre si comparamos el número de errores de un árbitro con el de los jugadores en un encuentro.

¿Habrá una nueva reedición de la falta de sintonía entre árbitros y comités?

Tuvimos una reunión con ellos y esperamos que la cosa se solucione. Nosotros tenemos nuestra labor, ellos la suya. Confiemos en que haya una perfecta colaboración y no se produzca ningún problema.

Natxo MATXIN

«`No hagas ni caso chaval, que el público no tiene ni idea' me decían algunos jugadores en mis inicios»

No cuenta con antecedentes familiares relacionados con el arbitraje, sus inicios fueron por casualidad. Pese a ello, se ve unido de por vida a un mundo que también da alguna que otra satisfacción.

¿Cómo se inició en el tema del arbitraje?

Por pura casualidad. Un compañero del instituto, que ya era árbitro desde hacía tiempo, me comentó la idea. En principio no me hizo gracia, pero probé y me gustó tanto que he seguido hasta ahora, y ya han pasado 18 años desde entonces.

¿Se ve toda su vida ligado a este mundillo?

Creo que sí, de una manera o de otra el árbitro que empieza y sigue unos años lo es para toda la vida. Supongo que, aunque quiera olvidarlo cuando acabe mi carrera, de alguna forma seguiré unido.

¿Soporta mucho cachondeo de la cuadrilla el día después de los partidos?

Sí, tienes que aguantar más de una broma, porque cada uno tiene su equipo preferido y, cuando cometes algún error, te vacilan, pero los amigos son conscientes de que lo pasas mal y te apoyan cuando tienes algún fallo.

¿Algún gesto deportivo que se haya quedado grabado en su memoria y que merezca ser destacado?

En mis inicios en Primera División, con 26 añitos, los jugadores me veían como uno más y algunos me apoyaban cuando tenía a todo el público en contra protestando o insultando. «No hagas ni caso chaval, sigue así que el público no tiene ni idea», me comentaban. En todos los equipos siempre hay dos o tres jugadores que ayudan.

¿Recuerda haber salido despedido con aplausos al finalizar un partido?

Precisamente en la final del Mundial sub 20, y en el momento del reparto de las medallas, el trío arbitral recibió aplausos porque en Canadá la manera de entender el deporte es totalmente diferente a la que existe aquí.

¿Tira mucho de video para analizar su actuación y, según el caso, corregir errores?

Es una parte más de nuestro trabajo el mejorar aspectos para evitar que se repitan fallos, pero tampoco es cuestión de ponerse el video para autoflagelarse.

N.M.

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