Iñaki Lekuona Periodista
Que alguien se lo diga
Hace ya una semana que lo escuché de boca de José Luis Rodríguez Zapatero y todavía no salgo de mi asombro. Navarra es de todos, dijo. ¿De todos? ¿De qué todos? ¿De todos los navarros? Porque si es así no entiendo por qué se decide en Madrid lo que sólo compete a los navarros. ¿De todos los españoles? Porque si es así no sé cómo se permite que en las elecciones al Parlamento Navarro concurran exclusivamente los navarros. ¿De todos los europeos? Porque si es así algo tendrán que opinar los berlineses sobre el bochornoso espectáculo que acaban de ofrecernos la dirección del PSN y la del PSOE.
Pero no queda ahí la bobada. Sobre la posibilidad, remotísima, de que pudiera crearse un nuevo partido socialista en Navarra, Zapatero, solemnemente y sin pestañear, dijo que el PSN «es un partido con solera, tradición e historia», que «ha pasado momentos de dificultad», pero que «los compañeros del PSOE van estar detrás del nuevo portavoz». Por puntos. Lo de la solera, la tradición y la historia, se puede resumir en una oración subordinada : el PSN fue constituido en junio de 1982, cuando la Agrupación Socialista de Navarra del PSOE, integrada hasta entonces en el Partido Socialista de Euskadi (PSE), se segregó de éste para formar su propia federación. Y sobre eso de que «los compañeros del PSOE van a estar detrás del nuevo portavoz» del PSN, no cabe duda. Está muy clarito que quien manda en el socialismo navarro no es otro que Pepiño Blanco metido a ventrílocuo a lo Moreno, que con la mano metida tras la levita del secretario general del PSN le menea las caderas mientras suelta aquello de ¡toma Navarra!
¿Cómo puede decir alguien que Navarra es de todos, que si tradición y solera del PSN y que si los compañeros del PSOE fuman en pipa? Que alguien le diga a este señor que se calle, por favor, y que haría mejor en abandonar el cargo de dirección de su partido mientras todavía sea presidente del Ejecutivo español, que así él se ahorrará esquizofrenias y los demás disgustos. Porque si en el conflicto vasco, en lugar de actuar como secretario general del PSOE hubiera interpretado el papel de jefe de gobierno, hoy a lo mejor estábamos contando otra historia. Que alguien se lo diga, por favor.