Cesa el goteo de dimisiones en el PSN a la espera de la llegada de Blanco
La dirección del PSN ha logrado parar el primer golpe tras la decisión de dar la Presidencia a UPN. La crisis interna sólo deja maltrecha la organización de las Juventudes Socialistas en Nafarroa. Para cerrar la grieta en este primer momento ha sido clave la convocatoria de un Comité Regional el 1 de setiembre, en el que por fin se explicará José Blanco, y la nueva promesa de un eventual cambio de línea a corto plazo.
Ramón SOLA |
Cuatro indicadores muestran que el secretario general del PSN, Carlos Chivite, ha logrado superar el primer asalto en la pugna abierta en el partido tras la decisión de dar el Gobierno a UPN-CDN. El dato más claro es el voto conjunto de los doce parlamentarios del grupo que el sábado cedieron sin fisuras la presidencia a Miguel Sanz. Los otros tres se derivan de la posición de figuras referenciales, a distintos niveles, de la posición de las bases: el ex secretario general Juan José Lizarbe, el ex alcalde de Corella Ramón Jiménez y el primer edil de Sartaguda Juan Ramón Martínez.
Juan José Lizarbe, cuyo descabalgamiento por parte de Chivite en el último congreso ordinario de 2004 le sitúa como líder lógico de la oposición interna, defendió en Radio Euskadi que ahora «lo importante es solucionar las cosas y desde dentro, porque la culpa es nuestra, no de un extraño o un marciano». La pasada semana, en la reunión del grupo parlamentario posterior a la orden emanada de la sede central de Ferraz, Lizarbe había dejado abierta la puerta para votar no a Miguel Sanz. Finalmente recurrió al voto en blanco, sin diferenciarse de sus compañeros. En la entrevista radio- fónica dijo que también la dimisión «se me pasó por la cabeza», pero finalmente sigue.
Un giro sustancial también es el que se refleja en la posición del ex alcalde de Corella Ramón Jiménez, miembro de la Ejecutiva. Tras anunciarse desde Madrid la ruptura del proceso para conformar un gobierno alternativo con Nafarroa Bai e IUN, Jiménez afirmó tajantemente que en el momento en que Sanz fuera reelegido abandonaría el partido. Jiménez estuvo presente en la tribuna en la segunda de las tres sesiones del debate de investidura. Carlos Chivite, que ese día estaba acompañado del portavoz del PSOE en el Congreso, Diego López Garrido, se le acercó en un momento para hablar con él. Finalmente, el concejal corellano ha decidido seguir en el partido, según confir- maba ayer en ``Diario de Navarra'': «Me voy a quedar a jugar la prórroga», argumentó.
Significativo resulta también el modo en que se han acallado los llamamientos iniciales a impulsar un nuevo partido, al considerar que el PSN ya no les representaba. Uno de quienes lo formuló más claramente fue el alcalde de Sartaguda, Juan Ramón Martínez, expedientado y suspendido de militancia al asumir la vara de mando con el respaldo de ANV. Pero en el chupinazo de Sartaguda, que se convirtió en la práctica en un cónclave de críticos con la decisión de Ferraz, se prodigaron los mensajes en sentido contrario, es decir, para tratar de cambiar el rumbo del PSN desde dentro.
El siguiente asalto queda fijado, pues, para el 1 de setiembre, día en que el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, acudirá por fin a Iruñea a explicar la decisión tomada. El interrogante principal para la mayoría de los dirigentes navarros disconformes con Ferraz gira en torno a por qué la dirección federal del partido no ve posible pactar con Nafarroa Bai si esta coalición ha aparcado lo que el PSOE denomina «cuestiones identitarias».
«Excelentes relaciones»
La respuesta a esta pregunta ya ha sido anticipada por varios líderes del PSOE. Blanco alegará que es una cuestión de fiabilidad, pero sobre todo de tiempo. El presidente del Senado, Javier Rojo, ya ha afirmado públicamente que «quizás es pronto» para gobernar con Nafarroa Bai y ha abogado por esperar a comprobar primero cómo se materializa la colaboración entre ambas fuerzas en los ayuntamientos que gestionan juntos.
Algo similar hizo anteayer Diego López Garrido, portavoz del PSOE en el Congreso. Vaticinó una colaboración creciente con Nafarroa Bai, siempre en la medida en que la coalición vaya relegando en su agenda cuestiones como la del órgano común Iruñea-Lakua o el euskara. En el debate de investidura, Patxi Zabaleta no ha dudado en resaltar que su único objetivo ahora es el cambio de gobierno, y no el cambio de marco.
Pese a la negativa a aceptar un ejecutivo conjunto oficializada por Blanco, los mensajes de todos los dirigentes del PSOE salvo éste no ponen en duda a NaBai como futuro compañero de viaje. Tras el aval dado por José Luis Rodríguez Zapatero en el Debate sobre el Estado de la Nación española, el domingo López Garrido dijo que la coalición es «absolutamente democrática», que el PSOE mantiene con ella «espléndidas relaciones» y que «en absoluto consideramos que no pueda gobernarse con Nafarroa Bai por razones de veto a sus orígenes o sus componentes. Ahora no se dan condiciones, pero quién sabe en el futuro». En correspondencia, en el debate de investidura desde NaBai no ha habido críticas excesivas hacia el PSOE, al contrario de lo ocurrido en la intervención de IUN. Y Josu Jon Imaz, presidente del PNV, ha aderezado todo ello con un artículo en ``El País'' en el que imputaba interés en evitar un gobierno alternativo... a ETA.
El 1 de setiembre, Blanco alegará que es posible que las cosas cambien a corto plazo, aunque el PSN lleva en realidad 25 años respaldando gobiernos de la derecha. Por citar un ejemplo, en 1999 también se abstuvo, como el sábado, para posibilitar que Sanz tomara el cargo. Ni antes ni después tuvo necesidad de hacer lo mismo. Antes, debido a que el «procedimiento automático», luego eliminado, daba la presidencia per se a la lista más votada. Y después, en 2003, por que la ilegalización ya le dio la mayoría absoluta a UPN-CDN.
Las críticas internas a la decisión de la dirección federal del PSOE tienen su contrapunto en Barañain, donde el grupo municipal del PSN hizo público un comunicado en el que no sólo apoya directamente la decisión de Ferraz de dar el gobierno a la derecha, sino que critica que en la localidad -la tercera mayor de Nafarroa- se le haya impuesto el pacto con NaBai e IUN.
El Grupo Municipal Socialista de Barañain, compuesto por cuatro concejales, anuncia que apoya «sin reservas» la decisión de la Ejecutiva Federal y subraya que consideran que la cesión del poder a UPN es algo de «plena cordura y responsabilidad política».
Aprovechando el desenlace de este caso, estos ediles exigen a la Ejecutiva Regional «una explicación y una reparación» por haber llevado al grupo municipal a «una situación no deseada». Se refieren así al pacto con NaBai e IUN, derivado del compromiso alcanzado en junio en varios consistorios por las direcciones de las tres formaciones. Afirma que fueron «obligados» a conformar ese gobierno y no ahorran calificativos contra NaBai e IUN. De la coalición dicen que «nada tenemos que ver con NaBai, denominación interesadamente amable y coyuntural del nacionalismo vasco excluyente». Y de IUN, que es «expresión de un comunismo atávico y asambleario en vías de extinción».
El grupo de Barañain considera que el mandato dado ahora por la Ejecutiva Federal para ceder el gobierno a Sanz «nos dota de autoridad moral para exigir a la Ejecutiva Regional una explicación y una reparación». E insta a la militancia a «acatar y cumplir con lealtad» la orden de Ferraz.
El primer impacto de la orden de Ferraz ha tenido menos efectos de los temidos por el PSN. En el Parlamento sólo se ha producido la renuncia de Fernando Puras, pero siguen críticos como Lizarbe o María Gracia Iribarren. Y en la Ejecutiva se cuentan cinco dimisiones no especialmente significativas y cuyos puestos al parecer ni siquiera van a ser cubiertos, aunque sí se deberán reorganizar las áreas. María Luisa Osta se encargaba de Formación; Irene Lapuerta, de Bienestar Social; Mariano Cerezo, de Empleo; Lourdes Montero, de Infraestructuras; y Teresa Iradiel, de Desarrollo Rural. La Ejecutiva del PSN es muy amplia: tiene 31 miembros, de los que, tras el último congreso, 23 eran partidarios de Chivite y 8 de Lizarbe. Continúan en sus puestos todos los nombres claves: Román Felones, Elena Torres, Samuel Caro, Fernando Puras, Roberto Jiménez, Iosu Senosiain, Alfonso Mateo, Ramón Jiménez, Jorge Mori, María José Fernández, Juan Moscoso...