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La osa Franska recibió perdigonazos antes de ser atropellada por un coche

La osa Franska, que fue soltada el año pasado en Pirineos para favorecer la repoblación de la especie, llegó a ser tiroteada, como lo demuestran los perdigonazos hallados en su cuerpo, antes de ser arrollada por dos vehículos de manera accidental en las cercanías de Lourdes.

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Franska murió a raíz de las heridas que sufrió el pasado 9 de agosto al ser arrollada sucesivamente por dos vehículos en una carretera a cinco kilómetros de la localidad de Lourdes. La autopsia al animal ha confirmado la versión dada por las autoridades tras el trágico suceso. Según el fiscal Laurent Griffon, la osa eslovena falleció a consecuencia de los golpes sufridos al colisionar con un coche y un camión militar en el vial que une Lourdes y Argelés-Gazost.

No obstante, las pruebas han permitido saber que el cuerpo de Franska contenía decenas de perdigones de pequeño calibre, alojados varias semanas antes. El plomo recibido no tiene relación con la muerte de la osa pero sí denota que fue agredida por alguien.

Esta osa era polémica porque, según los detractores a su introducción en Pirineos, en el último año había atacado a 150 ovejas y se acercaba a parajes habitados por el ser humano. Esta actitud había originado la animadversión de los ganaderos. Con el fin de responder a las críticas de los profesionales del sector, el Ministerio francés de Ecología había anunciado en los días previos al trágico suceso un seguimiento a Franska para analizar su comportamiento hacia el ganado.

Franska formaba parte de un grupo de cinco plantígrados procedentes de Eslovenia soltados en 2006 con el objetivo de contribuir a la repoblación de la especie, que en Pirineos está en riesgo de extinción ya que sólo queda una quincena de osos en la cordillera, frente a los centenares que había hace un siglo. El plan gubernamental se activó después de que en noviembre de 2004 un cazador matara a Canelle, la última hembra fértil autóctona.

De los cinco animales que liberaron en Pirineos, uno -Palouma- falleció a las pocas semanas, aparentamente al sufrir una caída accidental, por lo que tras la muerte de Franska sólo quedan tres de los ejemplares eslovenos reintroducidos dentro del plan de protección de la especie. Palouma fue hallada por dos excursionistas tras despeñarse por una zona rocosa.

El análisis posterior a la muerte ha confirmado la tesis de quienes afirmaban que el animal era mucho mayor de lo que habían dicho las autoridades eslovenas, que apuntaron que su edad era de 7 años, cuando en realidad era de 17. A este respecto, el semanario ``Le Canard Enchaîne'' definió a Franska como «una osa vieja y menopáusica».

Los colectivos ecologistas han solicitado al Gobierno francés que suelte en breve plazo dos nuevos ejemplares para sustituir a las dos hembras fallecidas y asegurar así la reproducción de la especie.

 

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