Karl Rove, asesor político y mano derecha de la Casa Blanca, abandona a Bush
Karl Rove, mano derecha de George Bush y considerado artífice de sus victorias electorales, dejará a fin de mes su cargo como principal asesor político del presidente. Así lo anunció en una entrevista publicada en «The Wall Street Journal». En su ascendente carrera, destaca su labor en la sombra para convencer al Congreso de invadir Irak, sus triquiñuelas para desacreditar a políticos y su implicación en la revelación de la identidad de la espía Valerie Palme .
GARA |
Karl Rove, uno de los asesores más veteranos en el Gobierno de George W. Bush, dejará el cargo el próximo 31 de agosto. Él mismo lo anunció en una entrevista publicada ayer en el diario económico «The Wall Street Journal». «Creo que ha llegado la hora. Siempre hay algo que te mantiene aquí y aunque me gustaría quedarme tengo que hacer esto por el bien de mi familia», afirmó sin dar más razones de su dimisión.
Rove ha sido uno de los principales apoyos de Bush desde que éste llegó a la Casa Blanca en 2001. Por ello, en muchos círculos se le conoce como «el cerebro de Bush» o «la pequeña ingeniería». De hecho, fue uno de los estrategas principales de las campañas presidenciales de 2000 y 2004. También se le atribuye haber convencido a George W. Bush de sus posibilidades de ganar en las elecciones a gobernador de Texas en 1994. Luego le animó a presentarse como candidato a presidente.
Dos meses después de su victoria en los comicios de 2000, Bush lo nombró asesor político de la Presidencia de EEUU, un cargo clave en la Casa Blanca. Aunque durante estos siete años no se haya implicado directamente en las decisiones relativas a la Política Exterior, siempre ha jugado un papel relevante en la sombra.
Tras los atentados del 11- S, Rove centró toda su atención en Irak y en preparar la invasión. Para ello, se afanó en convencer al Congreso de la necesidad de legitimar la guerra en Irak y a la sociedad, de «la amenaza» que representaba Saddam Hussein.
Pese al progresivo deterioro de la situación en el país árabe, el aumento de la violencia y las constantes críticas al Gobierno por el envío de nuevas tropas, Rove sostuvo en esta entrevista que «con los esfuerzos de los americanos en Irak, el país estará en una mejor situación».
Precisamente, los diversos problemas políticos que enfrenta la Administración Bush le hicieron retrasar su salida del Ejecutivo. Hace ya un año que tenía intención de abandonar su cargo de asesor político de Bush.
Además de su exitosa carrera política, en su currículum destaca su implicación en la investigación judicial por la filtración a los medios del nombre de la agente de la CIA Valerie Palme. Joseph Wilson, ex embajador, acusó a Rove de revelar en 2003 la identidad de su esposa en represalia por la publicación en «The New York Times» de un artículo en el que Wilson acusaba a Washington de mentir haciendo creer que Hussein quería comprar uranio en Níger.
La revelación de la indentidad de un agente secreto es delito federal en EEUU. Aunque una investigación determinó que Rove era uno de los responsables de esta «fuga» de información, hasta el momento no ha sido imputado. Su colega Lewis Scooter Libby, asesor del vicepresidente, Dick Cheney, fue condenado a dos años y medio de cárcel por «obstrucción a la justicia y falso testimonio». No obstante, Bush ya expresó su voluntad de indultarlo.
En varias ocasiones, ha sido acusado de desacreditar a políticos con métodos poco éticos como escuchas telefónicas o rumores. Se sospecha que fue él quien insinuó la homosexualidad de Ann Richards, contrincante de Bush para el cargo de gobernador de Texas, y aireó asuntos familiares del senador John McCain, rival de Bush en las primarias republicanas.
El presidente estadounidense George W. Bush agradeció ayer el «enorme sacrificio» de Karl Rove. En unas breves y emotivas declaraciones junto a Rove en los jardines de la Casa Blanca antes de partir de vacaciones hacia su rancho de Crawford (Texas), Bush lo definió como «un querido amigo». «Hemos sido grandes amigos durante mucho tiempo y vamos a seguir siéndolo. Trabajamos juntos para poder estar en la posición de servir a este país», manifestó.
«Doy las gracias a Darby -esposa de Rove- y a Karl por realizar un tremendo sacrificio y os deseo todo lo mejor», subrayó Bush.
Horas antes, la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, confirmó esta dimisión anunciada por «The Wall Street Journal». «Obviamente, es una gran pérdida para nosotros. Es un gran colega, una mente brillante», destacó. «Vamos a extrañarlo mucho pero sabemos que no se iría si no estuviese seguro de éste es el momento adecuado para dar más a su familia. Seguirá siendo uno de los amigos del presidente», insistió. Nacido en Denver en 1950, en 1973 trabajó como asiste de George Bush -padre del actual presidente- en el Comité Nacional republicano y, a principios de los 80, se asentó en Texas donde abrió una oficina de consultoría política. Su primer cliente fue Bill Clements, primer gobernador republicano del siglo XX en Texas, para el que trabajó en 1978. Rove se convirtió en el número uno del márketing político, con una enorme lista de contactos y logró reclutar a importantes políticos del Partido Demócrata para que se pasaran al Partido Republicano.