La economía de Japón crece por debajo de las expectativas creadas
La economía japonesa sigue creciendo a un ritmo lento, atenazada por la deflación y el tímido consumo doméstico, pese de la pujanza de su sector exterior favorecido por un yen débil, según los datos macroeconómicos publicados ayer. Si bien el crecimiento de la economía japonesa fue menor de lo esperado por los analistas, sólo un 0,1%, se trata del décimo trimestre consecutivo de crecimiento para la segunda economía del mundo.
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El Producto Interior Bruto (PIB) de Japón creció en el primer trimestre del año fiscal 2007, de abril a junio, el 0,5% en relación al mismo período de 2006 y el 0,1% frente al trimestre enero-marzo, por debajo de lo que esperaban los analistas.
De esta forma, la segunda economía del mundo continúa prolongando su mayor fase de expansión desde la II Guerra Mundial, aunque la deflación y la debilidad del consumo doméstico, que supone el 55% del PIB, continúan ensombreciendo los resultados.
Al respecto, los analistas recuerdan que el mito del fuerte ahorro privado de los hogares japoneses se ha fundido, agotándose el modelo de estado-providencia desarrollado.
El crecimiento del PIB japonés en términos nominales, sin tener en cuenta las variaciones de los precios, creció el 1,1% con respecto al mismo trimestre del ejercicio fiscal anterior y un 0,3% frente a los tres primeros meses de 2007.
Esta diferencia entre el crecimiento real y el nominal es el efecto de la deflación, un viejo conocido de Japón, que se vio aquejada por este problema durante los años 80 -en la llamada década perdida- y del que el país no se consigue desembarazar.
La semana pasada, el Gobierno revisó a la baja su previsión del PIB nominal para el año fiscal 2007 al 2%, igualándolo al crecimiento real y dejando claro, de modo implícito, que el Ejecutivo no da por concluida la etapa de la deflación.
A este respecto, la ministra de Economía de Japón, Hiroko Ota, señaló ayer que «mientras que el ritmo del crecimiento económico se ha reducido, espero que la recuperación liderada por la demanda doméstica continúe».
Pero el consumo doméstico, el principal componente del Producto Interio Bruto, creció tan sólo un 0,4% en el último trimestre, por debajo del promedio del PIB.
A pesar de la ralentización del crecimiento con respecto al trimestre anterior, cuando experimentó un repunte del 3,3% en términos interanuales, el titular de Economía aseguró que «el Gobierno no ha cambiado su visión de que la recuperación económica continúa su marcha de manera sostenible».
El sector exterior, aunque en menor medida que otras ocasiones, es una de las categorías que sigue impulsando el crecimiento japonés, animado sobre todo por el beneficioso tipo de cambio de los últimos meses, con un yen depreciado frente al dólar y el euro. De hecho, la moneda europea llegó a negociarse en este período por encima de los 165 yenes, mientras que el billete verde superó los 123 yenes.
Crecen la expectaciones
Las exportaciones crecieron en este período un 0,9% en términos reales, mientras que las importaciones aumentaron en este período en un 0,8%.
La balanza exterior nipona, por su parte, sigue registrando continuos superávit, según los datos divulgados hoy por el Ministerio de Finanzas nipón.
En junio, el superávit por cuenta corriente creció un 48,4% en comparación con el mismo mes del año anterior, hasta los 1,52 billones de yenes (12.670 millones de dólares).
La venta de bienes y servicios creció el 74,3 por ciento, mientras el excedente del comercio de mercancías aumentaba un 56,8 por ciento, las exportaciones un 16,1 por ciento y las importaciones el 9,2 por ciento en este período.
Todos estos indicadores pergeñan un panorama ligeramente más tibio que lo que habían pronosticado la mayoría de los analistas, que habían previsto el crecimiento de Japón para este período iba a ser un 1 por ciento mayor que en el mismo trimestre del año pasado y el 0,3 por ciento superior a los tres primeros meses de 2007.
El analista del instituto económico NLI, Taro Saito, señaló que esta desaceleración del crecimiento económico obedece a moderación en la inversión empresarial, consumo y exportaciones. «El trimestre siguiente será crítico», señaló Saito. «Si los pagos siguen reduciéndose, esto podría dañar el crecimiento global. El consumo sigue sin repuntar», agregó.
De todas formas, el mercado de valores nipón, resentido tras la marejada bursátil de las últimas semanas, asumió estos últimos datos con un leve alza de su principal selectivo, el Nikkei, que cerró la sesión con una subida del 0,21%. Esta crisis también podría hacer que el Banco de Japón decida finalmente no aumentar los tipos de interés en su reunión de agosto, tal y como preveían los analistas.