Las dos misioneras cristianas surcoreanas secuestradas por los talibán fueron ayer finalmente liberadas y entregadas a personal del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Mientras, las autoridades surcoreanas y dirigentes talibán continúan con las negociaciones para la liberación de los 19 surcoreanos secuestrados a mediados de julio.

Las dos mujeres rompieron a llorar tras ver a los miembros de la Cruz Roja, bajaron de un Toyota Corella gris oscuro conducido por un líder tribal y subieron a un vehículo de una ONG. Las dos rehenes no realizaron declaraciones a los periodistas, que fueron avisados de que la liberación se iba a producir por los propios talibán.

Las mujeres, enfermas según informaciones proporcionadas por los talibán, fueron secuestradas juntos a otros 23 surcoreanos el pasado 19 de julio. Ellas son las primeras en ser liberadas, ya que dos rehenes fueron ejecutados a finales de julio, incluido el líder del grupo, Bae Hyung-kyu, de 42 años, que fue acribillado.

Por su parte, un hombre, que aseguró hablar en nombre de los talibán en calidad de comandante regional de la milicia en la provincia de Ghazni, telefoneó a la agencia de noticias surcoreana Yonhap para anunciarle que las mujeres iban a ser liberadas.

«Es un gran alivio para el CICR la liberación de estas dos rehenes, que pueden ahora regresar a casa y reunirse con sus familiares», afirmó Reto Stocker, jefe de la delegación del CICR en Kabul. Ambas mujeres, con pañuelo en la cabeza, pantalones de color caqui y blusón tradicional afgano hasta la rodilla, fueron trasladadas a una base militar estadounidense en la ciudad de Ghazni, donde pudieron entrar sólo después de que registraran minuciosamente las dos bolsas que portaban.

El Ministerio surcoreano de Exteriores ha identificado a las rehenes liberadas como Kim Kyung-Ja, de 37 años, y Kim Ji-na, de 32. Asimismo, el Gobierno de Seúl ha exigido la inmediata liberación de los ciudadanos surcoreanos que todavía permanecen en manos de los milicianos talibán.