Torturaren Aurkako Taldea (TAT) homenajeará el domingo, 19 de agosto, en la bilbaina plaza de Santiago, a Juan Calvo Azabal, detenido por la Ertzaintza que, tras su paso por las dependencias de Arkaute, ingresó cadáver en el Hospital de Txagorritxu de Gasteiz. El acto de reconocimiento, a las 19.30, se extenderá a los familiares de esa persona muerta el 20 de agosto de 1993 y a «las 7.000 torturadas en las últimas tres décadas en Euskal Herria».

Juan Carlos Ioldi, uno de los portavoces de TAT, recordó que Juan Calvo fue arrestado por la Policía autonómica, al parecer acusado de sustraer un vehículo, y trasladado a la comisaría de Arkaute, de donde salió muerto. Su cuerpo, subrayó, estaba «lleno de magulladuras y golpes. La versión oficial fue que murió por asfixia. Hubo una investigación judicial en la que fueron imputados varios ertzainas y un mando fue condenado a 6 años de prisión, pero posteriormente -denunció- se rebajó su condena a un año, lo que no conllevaba pena de prisión».

Ioldi recordó que, en virtud de la legislación española aplicada por la Ertzaintza, Calvo estuvo incomunicado, no disponiendo de abogado y médico de confianza que le asistieran. De la incomunicación que permite la Justicia española, dijo que «posibilita que hasta el día de hoy, y en los últimos 30 años, la tortura se practique sistemáticamente» por parte de los diferentes cuerpos policiales.

El miembro de TAT manifestó que «hoy en día, cuando tanto se habla de recuperar la memoria histórica, nosotros decimos que la memoria histórica hay que recuperarla en todos los sentidos. Hay que recuperar -remarcó- la memoria histórica en la que se plasmen también las 7.000 personas torturadas en estos últimos 30 años».

Ioldi fue más allá, al aclarar que «no nos consideramos víctimas de nada», sino que inciden en el hecho de que en las tres últimas décadas 7.000 ciudadanos vascos han sido torturados y eso «tiene que estar reflejado en esa memoria histórica».

Tampoco perdió la ocasión para censurar el papel jugado por las autoridades y los medios de comunicación en la ocultación de esta práctica ilegal.

Resaltó que en el acto se reconocerá a esas 7.000 personas -entre ellas Lasa, Zabala, Kalparsoro, Iantzi, Arregi y Muruetagoiena-. Además, aclaró que «en Euskal Herria se torturó, se ha torturado y, mientras este sistema se mantenga, se repetirá la tortura».